Luis Ugalde 15 de octubre de 2022
La política venezolana renacerá exitosa
tanto más rápido cuanto antes se enraíce en este estado de necesidad que vive
el país
Fingir normalidad cuando el paciente está grave y requiere intervención urgente es una estupidez. Es el caso del régimen en Venezuela hoy. Desde 1916 surgió una Venezuela que un siglo después (2016) está de muerte; tragedia que exige cambio urgente y no falsa normalidad y bonanza. Ya no volveremos a lo que fuimos, ni con el actual régimen ni con el deseado rescate de la democracia.
Desde
hace un siglo con la irrupción del petróleo y su renta
creciente la despoblada Venezuela, rural, pobre y analfabeta dio un salto
formidable y en muchos aspectos se puso a la cabeza de América Latina. El dueño
del petróleo en el subsuelo, el Estado se
convirtió en eje y palanca de la transformación del país durante un siglo; hoy
su destrucción y ruina nos arrastra a la pobreza y al estado de extrema
necesidad, en muchos casos desesperada. No busquemos soluciones con las mismas
fórmulas para recibir los mismos fracasos. Creo que el renacer será exitoso si
partimos de la base de nuestro estado de necesidad y nos liberamos de este
Estado petrolero cuyas ruinas actuales son más lastre que ayuda. Hay algo que
la destrucción no nos puede quitar: el talento humano y sus capacidades para
recrear, rehacer y renacer a algo nuevo e inédito. Siempre nos viene a la mente
el “milagro” del renacer de Alemania y de Europa de las ruinas del nazismo y de
la guerra mundial. Con la guerra perdieron todo menos su talento y energía para
renacer y rehacerse. Después de una guerra que destruye todo, la gente no se
aferra a ilusiones pasadas y se rehace desde su extrema necesidad activando sus
capacidades y la fuerza interior de su espíritu.
Luis
Ugalde
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