Celina Carquez 11 de junio de 2024
Los
rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) fueron designados por la Asamblea
Nacional el 24 de agosto de 2023 y durante nueve meses; el rector principal
Juan Carlos Delpino se ha mantenido en silencio, salvo por uno que otro tuit en
la red X al inicio de su gestión.
“Elvis
Amoroso toma decisiones sin convocar a sesión desde marzo. El CNE es un cuerpo
colegiado y yo tengo derecho a votar, salvar mi voto y razonarlo, y a hacer
valer el derecho de todos los candidatos”, dispara.
Delpino
es abogado de profesión y militó en el partido Acción Democrática. En los años
80 llegó a ser secretario juvenil. No es un recién llegado al Poder Electoral.
Trabajó junto con el exrector Vicente Díaz y fue, antes de rector principal,
rector suplente incorporado.
Este
abogado es hijo del histórico líder sindical Juan José Delpino, quien presidió
la Confederación de Trabajadores Venezolanos (CTV). El rector es jovial y
echador de broma, lo que alguien podría llamar en criollo “un jodedor”, pero al
mismo tiempo habla con absoluta firmeza y preocupación sobre el ente comicial y
los problemas que enfrentan.
— Me puede confirmar si es verdad que el directorio del CNE no se reúne para decidir nada…
—No,
el directorio del CNE no sesiona. La última vez que lo hizo fue el 26 de marzo,
cuando se decidió que la tarjeta de la Unidad y la de Un Nuevo Tiempo serían
las habilitadas para postular al candidato opositor de la Plataforma Unitaria.
— No entiendo. ¿Cómo se decidió entonces revocarle la invitación a la Unión
Europea?
—Esa
decisión la tomó Amoroso por su cuenta, claro, había consenso en la mayoría,
pero él viola nuestros derechos al no convocar una sesión para ello y
permitirnos disentir, votar “no” o salvar el voto. Al final la votación sería
tres a dos, pero es irregular que una persona decida por todo un cuerpo
colegiado, porque sabe que la mayoría votará con él.
—¿Pero ni siquiera les avisó, al menos?
—No,
me convocaron 20 minutos antes para una rueda de prensa sin decirme ni siquiera
la materia que iba a tratar y decidí, por eso mismo, no asistir.
—En
nueve meses usted no ha hablado. ¿Por qué esperó tanto, por qué lo hace ahora?
—Se
acabó el tiempo de la prudencia. Fui el único rector que salvó su voto cuando
el vicepresidente Carlos Quintero llevó a sesión el tema de las tarjetas. La
votación fue cuatro a uno. Sin la prudencia, no hubiésemos podido salvar la
tarjeta de la Unidad.
Traté de que me concedieran más tiempo para la inscripción de los ciudadanos en
el exterior durante la jornada de actualización del Registro Electoral, porque
el proceso comenzó tarde en muchos lugares; en Europa tardaron 15 días en
iniciar y fue una jornada abusiva en muchos países. Me iban a dar diez días y
luego no cumplieron.
—Sigo
sin entender. ¿Cómo se toman las decisiones así? ¿A quién le comunica sus
diferencias o los requerimientos de los partidos que participan en la justa?
¿Amoroso toma la decisión por todo el mundo?
— El
país necesita que se sepa qué opinan cada uno de los rectores. Amoroso cree que
el ente comicial es como la Contraloría donde él decidía todo. En el Poder
Electoral no se respetan ya ni las formas. Sin embargo, para todo me entiendo
con el vicepresidente, Carlos Quintero, a quien sí le preocupa el tema de la
institucionalidad a pesar de su posición política, y tampoco está cómodo con la
situación. Todo lo resuelvo con él. Quintero viene de la escuela de Tibisay
Lucena, en la cual, pese a la tendencia política, se respetaba el proceso
técnico e institucional y uno podía participar e incidir. Debemos restablecer
el proceso de sesiones en el organismo y que se imponga el debate de las
decisiones que se toman como Poder Electoral.
—¿Usted
es el único incómodo con la suspensión de facto de sesiones?
—No,
no puedo hablar por los demás; pero sé que, incluso, entre los rectores
vinculados al oficialismo hay molestias, como es el caso del vicepresidente.
—¿Cómo
se llevan Carlos Quintero, vicepresidente, y Elvis Amoroso, presidente?
—No se
llevan, y ese es parte del problema. Uno es disciplinado, sabe mucho sobre
elecciones, y el otro no.
—En el
oficialismo están al tanto de esto, supongo…
—Hay
alguien en el Gobierno que decide todo en materia electoral al que le interesa
este estado de cosas.
—¿Quién?
—Una
persona que maneja los hilos del CNE.
—¿Puede
decir quién es?
—No
hace falta…
—¿Cómo
creen que ve una parte de la sociedad a este CNE?
—Dime
tú…
—Los ven como que son parte del Gobierno.
—Somos funcionarios del Gobierno.
—Me refiero a que tanto silencio ha hecho a la gente pensar que ustedes
están en la jugada con el oficialismo y el Gobierno. Que la oposición está sola
y no tiene interlocución allí.
—Los
partidos saben con quién hablar cuando tienen una dificultad, de eso no te
quepa la menor duda. El día que se decidió cuál tarjeta se iba a usar, hubo un
proceso de consultas y estuvimos llamándonos hasta que se tomó la decisión.
Hice de todo para que le aceptaran la renuncia al gobernador del Zulia, Manuel
Rosales, porque estaban negados, así como tampoco querían aceptar que el
partido Movimiento Progresista de Venezuela, de Simón Calzadilla. se adhiriera
a la candidatura de Edmundo González Urrutia. En ese respecto nadie tiene
dudas. Claro que hay un interés para que la gente no crea en el CNE, pero los
partidos saben a quién acudir y obtienen respuestas.
—¿Cómo se lleva con la rectora Aimé Nogal? ¿Trabajan juntos? ¿Tienen
posiciones de equipo?
—Me
llevo bien en lo personal. Coincidimos en muchas cosas. Pero no, no trabajamos
juntos ni decidimos nada en equipo.
— ¿Por
qué?
—Así
se han dado las cosas. Ella tiene un carácter duro y está formada. Decide por
su cuenta.
— ¿Y
la rectora no ha protestado que no se convoquen sesiones?
— No,
que yo sepa.
— ¿Qué
otra atribución, que usted considera que no le corresponde, se está tomando
Amoroso?
—Tenemos
un censor en la secretaría: Alejandro Meneses (y comenta que a él se le
atribuye ser el responsable de la inhabilitación de la dirigente de Vente,
María Corina Machado). Resulta que Meneses examina la correspondencia y decide
cuál recibe y cuál no. Ese es un organismo del Estado y está en el deber de
recibir toda la correspondencia y contestarla. Si un partido quiere entregar
una correspondencia a veces no se la recibe. Eso es inaceptable desde el punto
de vista jurídico, viola el derecho administrativo y es absolutamente anti
democrático.
—¿Cómo
evalúa técnicamente el proceso electoral?
—No
tengo dudas de que el CNE no va a birlar ni un solo voto ciudadano. Será un
proceso limpio. Antes de ser rector, fui funcionario del organismo, trabajé con
el exrector Vicente Díaz, y también fui rector suplente incorporado. De manera
que en el área técnica no tengo ninguna duda sobre el sistema automatizado.
—Pero
hay abusos, ventajismo, no hay equidad en los medios. Todo eso también le
corresponde al organismo garantizarlo…
—Me
importa tanto la campaña de Nicolás Maduro, como la de Edmundo González
Urrutia. la de Antonio Ecarri y José Brito; es decir, no puedes tener un
candidato sobre el cual hay una recompensa por su cabeza, ni tener a
abanderados vetados en los medios o que les impiden recorrer el país. O que
suceda, como cuando fue Ecarri a introducir una carta para pedirle al CNE que
reconsiderara la invitación a la Misión de Observación Electoral de la Unión
Europea y pedir un debate con Maduro, que esa carta no se aceptara, y que para
poder entrar a la oficina de mi rectoría tuve que pedir la intervención de la
Guardia Nacional, y hacer valer mi condición de rector. Todo eso es
inaceptable. Y te repito, ya se acabó el silencio por prudencia y en aras de
lograr algunas cosas. No tengo nada que temer.
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