JAVIER BRASSESCO | EL UNIVERSAL
miércoles 28 de diciembre de 2011
Y aunque el 90% de los desechos que producimos pueden reciclarse (60% en una primera etapa con poca tecnología), en Caracas se recicla poco menos del 15% de los mismos, y lo que se recupera se hace en un basurero a cielo abierto como lo es La Bonanza, en precarias condiciones de salubridad.
De esta manera se desperdician recursos naturales y oportunidades de generar empresas productivas, además de crear un pasivo ambiental. Para ilustrar toda la energía que se puede obtener de la basura, el ambientalista Hernán Papaterra pone como ejemplo el Metro de Monterrey, México, que se mueve y se ilumina gracias a la energía que producen los desechos de la urbe, con una población semejante a la de Caracas.
David López, quien dirige el Imapsas (Instituto Municipal Autónomo de Protección y Saneamiento Ambiental de Sucre), recuerda que para crear una plataforma de reciclaje se necesita el concurso de todos: gobierno central, estadal y municipal, empresa privada y comunidades. En el caso de Sucre, relata, se llevan adelante varias iniciativas, pero todas tienen un alcance limitado: "Los mochileros de José Félix tienen como meta llegar a recoger 100 toneladas de vidrio por día, pero eso no es ni el 10% de lo que se produce en Sucre. Y Vidrios de Venezuela, además, no cuenta con transporte. Y tenemos una iniciativa de reciclaje orgánico, pero nos limita la cantidad que recibe la empresa".
Evelyn Pallota, directora de Ambiente de la gobernación de Miranda, cuenta que en vez de facilidades, las iniciativas de reciclaje lo que encuentran son trabas. Relata que a raíz de la expropiación de la empresa Owen Illinois, ahora se piden un montón de requisitos para recibir el vidrio que recogen las comunidades en los proyectos pilotos que tienen en poblaciones de Tacarigua de la Laguna: "aquí todo es al revés, fíjate que mientras en Europa los alcaldes hablan de la basura que se dejó de generar gracias a las iniciativas verdes, aquí se jactan de las toneladas que recogen".
José Quintero, director de Procatia, organización que ganó un premio del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas por su iniciativa de capacitación ambiental en las comunidades, cuenta que en el municipio Libertador cada vez hay menos interés: "Tenemos un proyecto que hemos expuesto en Panamá, Brasil y Colombia, pero aquí ni caso nos hacen".
Le parece inaudito que el Ministerio de Ambiente, en vez de diseñar estrategias de reciclaje, se dedique a recoger basura. Cuenta que cuando Faría era ministra de Ambiente y se gastaron 141 millardos de entonces en la compra de equipos, desde Procatia se le dijo que con ese dinero se hubiera podido construir un centro de acopio en cada parroquia de Caracas para recibir material a reciclar.
Daniela Matheus, quien desde Ecoclick realiza jornadas de reciclaje, cree que existe una mentalidad que no favorece el reciclaje: "Somos ricos, decimos, y entonces no importa despilfarrar, enterrar la basura".
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