Editorial del Equipo
Productor
Por once años
consecutivos el gobierno nacional ha renovado mediante decreto presidencial la
inamovilidad laboral a todos los trabajadores del país, independientemente del
monto del salario que devengue el trabajador, anuncio realizado en Consejo de
Ministros extraordinario en cadena de radio y televisión el sábado 24 de
diciembre.
Este decreto atenta
contra el desarrollo de las PYME´s y de los emprendedores que están intentando
contra viento y marea el establecimiento de nuevas empresas, así lo decimos por
cuanto el decreto de facto no aplica a los trabajadores de empresas públicas ni
a los del gobierno central, pues ellos si disponen de sus nominas a su antojo y
libre albedrio, cuando un trabajador o un grupo de trabajadores es despedido, los
mandan a introducir demandas antes los tribunales competentes y allí duermen el
sueño de los eternos. Para el caso de las empresas privadas medianas y grandes
el procedimiento para salir de los trabajadores indeseados es a través de la
negociación ofreciendo paquetes económicos contra la firma de la carta de
renuncia.
El otro aspecto que
debemos resaltar es que los trabajadores mala conducta o irresponsables
simplemente hacen lo que les viene en gana, faltas recurrentes al trabajo por
cualquier motivo, bajo rendimiento en las labores asignadas, reclamos continuos
de las condiciones del trabajo con o sin razón, negativa a desempeñar trabajos
asignados, etc,. Todo ello amparado bajo la figura de la inamovilidad.
Pero como siempre las
empresas le dan la vuelta al problema asumiendo la temporalidad y contratación
de trabajadores a medio tiempo como la norma a seguir, única manera de
defenderse de un estado de derecho que ampara a un sector y deja desnudos y sin
defensa al otro sector.
Si además le sumamos el
continuo acoso contra la empresa privada a través de leyes y decretos, nuevos
impuestos, normativas incumplibles y amenazas de expropiación, configura un
panorama poco alentador para el emprendimiento y el crecimiento de las PYME´s.
¿Hacia dónde vamos?,
pues hacia una disminución de la actividad económica privada, aumento de la
influencia estatal, menos producción de bienes y servicios, aumento de las
importaciones beneficiando a empresas y trabajadores de otros países y un
continuo deterioro de las condiciones internas.
Así no se construye un
país.
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