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miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿Qué municipio queremos?



Por Carlos Romero M., 16/12/2011

El municipio que es la forma constitucional como se organiza el territorio nacional, concluye el año 2011 con un importante nivel de deterioro institucional, amenazado por el diseño que impone las leyes del poder popular, afectado por dificultades financieras y con una importante crisis en la identidad de los ciudadanos con las instituciones políticas que integran el Poder Público Municipal.

Las Leyes del Poder Popular y el impulso que en algunos lugares del país el gobierno le ha dado a los consejos comunales y a las comunas en construcción, han puesto en duda la naturaleza del municipio como el poder político más inmediato al ciudadano.

El diseño clientelar y centralizado que ha impuesto el gobierno nacional a su llamada política de descentralización hacia el Poder Popular, se ha aprovechado del déficit ciudadano que existe en nuestra sociedad y de la ausencia de un liderazgo político local que le ha faltado asumir con responsabilidad ética y moral su condición de representantes electos por el soberano para cumplir funciones políticas de conducción de una sociedad organizada en Municipios.

Muchos son los alcaldes y muchos los concejales en los 335 municipios del país que se olvidaron del debate político sobre la autonomía local, el respeto hacia la norma constitucional y la defensa de los resultados del referendo del año 2007 que ratificó al Municipio como la unidad política primaria, en algunos casos, incluso han facilitado el desarrollo del poder popular.

Las primarias del 12 de febrero 2012 nos lleva a elegir a un candidato a alcalde, dentro de un esfuerzo valioso e histórico, pero el mismo debería ser complementado con una metodología que permitiera a los ciudadanos participar en la elección de los candidatos a concejales. Considero importante que tengamos esa oportunidad, pues así se contribuye a recuperar los vínculos perdidos en esa relación de representación política de los electores con sus elegidos para la función legislativa local y crea un mayor compromiso de esos candidatos frente a sus electores, dándole mayor sentido al valor de la representación política.

Además, considero que la Unidad, debería impulsar que sus denominadas mesas de unidades locales, promuevan antes del 12 de febrero un debate público entre los precandidatos a Alcaldes y los ciudadanos a los fines de valorar las opiniones, visiones y propuestas de los mismos en relación a temas tan esenciales como: el rol del municipio, de sus instituciones y actores electos en un proceso de descentralización futuro; las acciones para impulsar y defender la autonomía municipal, siempre respetando su carácter limitado; las acciones para involucrar a los ciudadanos en la gestión pública local; y sobre las políticas para la inclusión de las organizaciones del llamado poder popular; entre otros temas.

Cualquier candidato a Alcalde y a Concejal, deben tener claro que el diseño actual del Municipio le exige la participación de ambos en el Consejo Local de Planificación Pública, principalmente para el debate sobre el Plan de Desarrollo Local. Por lo tanto, es importante ver cómo los precandidatos visualizan está instancia en el futuro, qué valor le darán, qué plantean sobre su relación con los ciudadanos y con un Consejo Federal de Gobierno que realmente funcione como instancia responsable de la descentralización en Venezuela.

El diseño del Municipio previsto en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, sin duda requiere replantearse, y estoy convencido que con una instancia en la que se encuentran gobierno y gobernados, electos y electores, autoridades y ciudadanos, mucho se puede hacer para lograr consensos que permitan recuperar al municipio como la unidad política primaria, por lo tanto y en este sentido veo al Consejo Local de Participación como un espacio de oportunidad que hay que replantear.

Son muchos temas como para que la elección de los candidatos a ser funcionarios electos del Poder Público Municipal no sean el producto de un proceso legítimo de participación ciudadana, más cuando el país requiere de un gran pacto nacional que desarrolle la política de descentralización, que como ha demostrado el diseño del Estado Comunal, no puede ser un proceso de arriba hacia abajo, sino por el contrario un proceso de abajo hacia arriba, en el cual el municipio a través de sus representantes y los ciudadanos jueguen un papel fundamental.

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