Por Carlos Romero M.,
16/12/2011
El
municipio que es la forma constitucional como se organiza el territorio
nacional, concluye el año 2011 con un importante nivel de deterioro
institucional, amenazado por el diseño que impone las leyes del poder popular,
afectado por dificultades financieras y con una importante crisis en la
identidad de los ciudadanos con las instituciones políticas que integran el
Poder Público Municipal.
Las
Leyes del Poder Popular y el impulso que en algunos lugares del país el
gobierno le ha dado a los consejos comunales y a las comunas en construcción,
han puesto en duda la naturaleza del municipio como el poder político más
inmediato al ciudadano.
El
diseño clientelar y centralizado que ha impuesto el gobierno nacional a su
llamada política de descentralización hacia el Poder Popular, se ha aprovechado
del déficit ciudadano que existe en nuestra sociedad y de la ausencia de un
liderazgo político local que le ha faltado asumir con responsabilidad ética y moral
su condición de representantes electos por el soberano para cumplir funciones
políticas de conducción de una sociedad organizada en Municipios.
Muchos
son los alcaldes y muchos los concejales en los 335 municipios del país que se
olvidaron del debate político sobre la autonomía local, el respeto hacia la
norma constitucional y la defensa de los resultados del referendo del año 2007
que ratificó al Municipio como la unidad política primaria, en algunos casos,
incluso han facilitado el desarrollo del poder popular.
Las
primarias del 12 de febrero 2012 nos lleva a elegir a un candidato a alcalde,
dentro de un esfuerzo valioso e histórico, pero el mismo debería ser
complementado con una metodología que permitiera a los ciudadanos participar en
la elección de los candidatos a concejales. Considero importante que tengamos
esa oportunidad, pues así se contribuye a recuperar los vínculos perdidos en
esa relación de representación política de los electores con sus elegidos para
la función legislativa local y crea un mayor compromiso de esos candidatos
frente a sus electores, dándole mayor sentido al valor de la representación
política.
Además,
considero que la Unidad, debería impulsar que sus denominadas mesas de unidades
locales, promuevan antes del 12 de febrero un debate público entre los
precandidatos a Alcaldes y los ciudadanos a los fines de valorar las opiniones,
visiones y propuestas de los mismos en relación a temas tan esenciales como: el
rol del municipio, de sus instituciones y actores electos en un proceso de
descentralización futuro; las acciones para impulsar y defender la autonomía
municipal, siempre respetando su carácter limitado; las acciones para
involucrar a los ciudadanos en la gestión pública local; y sobre las políticas
para la inclusión de las organizaciones del llamado poder popular; entre otros
temas.
Cualquier
candidato a Alcalde y a Concejal, deben tener claro que el diseño actual del
Municipio le exige la participación de ambos en el Consejo Local de
Planificación Pública, principalmente para el debate sobre el Plan de
Desarrollo Local. Por lo tanto, es importante ver cómo los precandidatos
visualizan está instancia en el futuro, qué valor le darán, qué plantean sobre
su relación con los ciudadanos y con un Consejo Federal de Gobierno que
realmente funcione como instancia responsable de la descentralización en
Venezuela.
El
diseño del Municipio previsto en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal,
sin duda requiere replantearse, y estoy convencido que con una instancia en la
que se encuentran gobierno y gobernados, electos y electores, autoridades y
ciudadanos, mucho se puede hacer para lograr consensos que permitan recuperar
al municipio como la unidad política primaria, por lo tanto y en este sentido
veo al Consejo Local de Participación como un espacio de oportunidad que hay
que replantear.
Son
muchos temas como para que la elección de los candidatos a ser funcionarios
electos del Poder Público Municipal no sean el producto de un proceso legítimo
de participación ciudadana, más cuando el país requiere de un gran pacto
nacional que desarrolle la política de descentralización, que como ha
demostrado el diseño del Estado Comunal, no puede ser un proceso de arriba
hacia abajo, sino por el contrario un proceso de abajo hacia arriba, en el cual
el municipio a través de sus representantes y los ciudadanos jueguen un papel
fundamental.
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