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jueves, 1 de diciembre de 2011

Europa en apuros

Tulio Hernández
El Nacional / Noticiero Digital

Un fantasma recorre Europa, el fantasma del debilitamiento del peso internacional y el valor y la utilidad de la Unión Europea. Es lo que comienzan a predecir, con gran angustia, analistas y científicos sociales que encuentran en la crisis económica, la reducción del empleo, las desventuras del euro, las debilidades evidentes ante el avance irrefrenable de las economías emergentes y el crecimiento de la deuda ­que en países como Italia y Grecia ha conducido a la caída de sus gobiernos­ alarmantes señales de que el entusiasmo que suscitó la UE como contrapeso al poder de Estados Unidos pudiese estar comenzando a esfumarse.
La percepción de que el esquema de la unión traía beneficios evidentes a todos sus miembros, especialmente a aquellos que cuando ingresaron se hallaban en situación desventajosa, ha perdido peso. Hoy en día, en esos mismos países, Grecia, España, Italia y Portugal, comienza a popularizarse la sensación de que el euro trae más problemas que utilidades y que la relación de diálogo horizontal, que tanto orgullo producía en la región, ha sido sustituida por el dominio unilateral de la pareja Francia-Alemania. Especialmente por Alemania, en donde, a la inversa, muchos de sus ciudadanos perciben que a ellos les toca lo peor del reparto, porque los países que no hacen sus deberes son una pesada carga para la economía del suyo que, en teoría, no necesita de las demás para mantenerse boyante.
La sensación creciente es que la UE ya no es en realidad un espacio de integración solidaria, sino un gran mercado controlado por entidades financieras que se encuentran por encima de los gobiernos.
Es la otra cara del descontento. La crisis económica deviene en crisis política y una nueva lógica entra en escena. En todos los países donde los gobiernos tienen que tomar decisiones evidentemente impopulares para reducir el déficit ­recortes en los presupuestos de políticas sociales y estrategias de austeridad­ la fuerza política en el poder queda prácticamente condenada a perderlo. Haz los ajustes y entrega el gobierno, parece ser la nueva regla. Y en ese contexto hay que entender el avasallante triunfo de Rajoy y el Partido Popular en las elecciones del pasado domingo en España.
Lo que hace aguas es el esquema clásico derecha-izquierda que le permitía a la población orientarse con un mínimo de claridad y seguridad en el mercado de las ofertas políticas. Mantenerse en el poder o conquistarlo ya no depende de los valores que se promuevan o los programas que se presenten ­Rajoy, por ejemplo, no presentó ninguno­, sino de esa especie de sentencia de muerte que, no importa cuál sea la filiación ideológica, significa no tener más remedio que aplicar el paquete de recortes que la lógica económica de la UE exige.
Y topamos de nuevo con las finanzas y el futuro de la unión. La crisis, lo ha explicado muy bien el sociólogo francés Michel Wieviorka, no sólo devela que los Estados europeos están de manos atadas frente a un capitalismo omnipotente que es precisamente el de los mercados financieros; también pone en evidencia las limitaciones del sistema político aún dominante impotente ante la emergencia de nuevos movimientos, muchos de ellos de ultraderecha, que proponen políticas xenófobas, retorno al proteccionismo económico, luchas fanáticas contra el Islam, la supremacía de la nación, la salida de Europa o la liquidación del euro.
Hay quienes, sin embargo, sostienen que hay todavía mucho juego político y que la crisis podría ser una gran oportunidad para dar un nuevo salto integrador. En todo caso, para el mundo democrático sería una gran pérdida. Europa y su unión han sido hasta ahora una gran referencia y modelo de inspiración para los demócratas del mundo. Para pertenecer a ella no basta con la ubicación geográfica del país.
Se fijó como condición necesaria que las naciones miembros tengan sistemas políticos nítidamente democráticos.
Y eso, hay que decirlo, ha hecho de Europa una referencia del diálogo constante entre gobiernos y de la democracia como principio en el escenario internacional que sería saludable preservar.

hernandezmontenegro@cantv.net
http://www.noticierodigital.com/2011/11/europa-en-apuros/

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