Gustavo Ocando Alex 08 de septiembre de 2022
@gusocandoalex
Algunos
empresarios cierran las puertas de sus negocios por las amenazas por parte de
grupos criminales, admite su gremio. El mes pasado, una banda mató al
trabajador de una licorería a consecuencia de una extorsión. El repunte
económico de 2022, en vilo.
Dos
hombres detuvieron su motocicleta la tarde del 17 de agosto en la avenida
Delicias, de Maracaibo. El ocupante del asiento trasero se bajó, entró
presuroso a una licorería cercana, sacó su arma y mató de un tiro en la cabeza
a un trabajador del comercio e hirió a otro, antes de huir. El ataque fue parte
de una extorsión.
Dentro del negocio, se halló un panfleto en el que un grupo criminal liderado por un delincuente apodado “El Yiyi” se declaraba autor intelectual del atentado.
Una
comisión mixta de militares y policías arrestó en flagrancia, 72 horas después,
a tres hombres de la misma banda que estaban a punto de realizar un atentado
similar contra un negocio del centro comercial Gran Bazar, en el centro de la
ciudad.
En su
posesión, tenían una granada fragmentaria. Los detenidos se encargaban de
recopilar información sobre las víctimas de las extorsiones, llamar a
comerciantes para forzarlos a pagar altas sumas de dinero y realizar atentados,
informaron las autoridades.
Aquel
asesinato en la licorería es la cúspide de una montaña cada vez más alta de
hechos de inseguridad que impactan a los empresarios del Zulia, el estado más
poblado de Venezuela.
Según
el diario digital El Pitazo, extorsionadores hicieron explotar
granadas en 11 negocios de la región, limítrofe con Colombia, durante los ocho
primeros meses de 2022.
Dos
días después del homicidio dentro de la licorería, ocho hombres arrojaron una
granada y dispararon contra la fachada de un supermercado de Ciudad Ojeda, en
la Costa Oriental del Lago, a decenas de kilómetros de Maracaibo. En el hecho,
murió un policía.
Apenas
cuatro días después de ese hecho, otro grupo de extorsionadores lanzó una
granada fragmentaria contra una ferretería recién inaugurada en otro municipio
zuliano, Cabimas.
Los
secuestros también minan la actividad comercial. El domingo pasado, hombres
armados ingresaron a un supermercado de Cabimas para llevarse a la fuerza al
comerciante asiático Xiaoyong Feng, de 48 años. Es el quinto rapto del año en
Zulia.
La
semana pasada, se supo del secuestro de otro comerciante en Puerto Cabello, en
el estado de Carabobo. Sujetos armados y uniformados como agentes de
contrainteligencia militar raptaron en un bodegón a Jovito Gómez, de 58 años.
El jefe de la policía científica del país, Douglas Rico, informó de su
liberación tras “fuerte presión” de las autoridades.
El peor desafío
La
inseguridad es “el peor” de los desafíos que enfrentan los empresarios en
Maracaibo, según el presidente de la Cámara de Comercio de la ciudad, Francois
Galletti. “Algunos cesan su actividad cuando el riesgo es demasiado elevado”,
asevera a la Voz de América.
La
gran mayoría de los dueños de negocios siguen operando “a pesar de esas
dificultades”, dice el vocero del gremio, quien aconseja denunciar las
extorsiones ante las autoridades para evitar que, por el contrario, “vaya
creciendo” al ceder a los pagos exigidos.
Venezuela
estuvo incluida entre los países más peligrosos del mundo y es la nación menos
pacífica de Suramérica, de acuerdo con un ranking publicado el
año pasado por el laboratorio de ideas Instituto de Economía y Paz, que, sin
embargo, acotó que hubo una reducción de su tasa de homicidios y de la cifra de
muertes por el conflicto interno.
Según
el Observatorio Venezolano de la Violencia, la emigración y la crisis económica
generaron menos oportunidades para el delito, al menos hasta 2020. El año del
moderado repunte de las variables económicas, el actual, parece ser fértil para
las criminales.
Las
extorsiones y secuestros contra decenas de empresarios representan un desafío
mayor a la continuidad del proceso de recuperación que experimentan este año
las actividades comerciales en Venezuela, advierte el economista y docente
Gustavo Machado.
Son un
freno a la “reactivación” económica y la actuación de las autoridades para
evitar esos hechos de inseguridad es clave, dice. Esas amenazas violentas se
suman a otros factores que obstaculizan la actividad económica, como los
apagones frecuentes, señala.
Noticias
sobre extorsiones y ataques contra empresarios y sus compañías en regiones como
Zulia reflotan en un año en el que instituciones multilaterales y firmas
privadas, como el Fondo Monetario Internacional y la CEPAL, dan por sentado que
el Producto Interno Bruto de Venezuela se elevará en 2022 hasta rozar los 10
puntos porcentuales.
Machado,
profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del
Zulia, aclara que lo que algunos especialistas han llamado “un pequeño rebote económico” comienza a
concretarse tras siete años de caída en 74 % del PIB del país suramericano.
“El
punto clave aquí es que toda situación que está ocurriendo en materia de
inseguridad y que afecte la posibilidad de realizar la actividad económica, va
a afectar una economía que todavía presenta una condición de debilidad producto
del duro proceso” de crisis, indica.
Freno
al rebote
Ese
repunte económico de Venezuela ha provocado que haya mayor disponibilidad de
dinero en efectivo y, así, aumenta la probabilidad de hurtos, robos y
secuestros, observa el economista y profesor de la Universidad Católica del
Táchira, Aldo Contreras.
“Volvimos
al uso del efectivo. Hasta 65 % de las transacciones a nivel nacional se hacen
en divisas y, de eso, cerca de 40 % se hace en efectivo, con dólares, euros,
pesos y gramos de oro. Eso aumenta la posibilidad de que en las cajas chicas de
los negocios, supermercados, ferreterías, haya montos altos en efectivo”,
advierte en entrevista con la VOA.
Detalla
que, hace años, Venezuela era una tierra fértil para la clonación de tarjetas
de débito o crédito o hurtos violentos en cajeros automáticos en los bancos.
Ahora, el modus operandi consiste en desempolvar viejas
prácticas como la extorsión y el secuestro.
“Hay
que volver a generar estrategias de resguardo de ese dinero. Con el aumento de
la cantidad de transacciones en efectivo esto vuelve a estar en la palestra”,
remarca.
Ricardo
Acosta Cedeño, expresidente de Fedecámaras Zulia y dirigente regional del
partido Fuerza Vecinal, opuesto al gobierno de Nicolás Maduro, da por sentado
de que en ese estado hay “un rebrote” de la extorsión, el secuestro y el sicariato.
La
inseguridad personal de los empresarios se suma a otros factores, como la ralentización de la economía por la pandemia
por COVID-19 y los efectos de las sanciones económicas contra el gobierno de
Maduro en regiones petroleras, con Zulia a la cabeza, asegura.
“Si la
delincuencia continúa como va, en verdad es difícil que haya un verdadero
rebote de la economía. Esperamos que esto cambie en el corto plazo”, manifiesta
Acosta Cedeño.
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