Héctor Ignacio Escandell Marcano 07 de abril de 2024
Los
venezolanos sufren inseguridad alimentaria, mientras que el 80 % de las
familias tiene miedo de quedarse sin alimentos.
Según
la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), un tercio del país sufre
inseguridad alimentaria. Los datos revelan que las familias dejaron de consumir
alimentos tres veces por día.
Ante
este escenario, la nutricionista Ingrid Candela, profesora de la Universidad
Central de Venezuela y consultora, explicó en el programa Háblame
Bajito que transmite Radio Fe y Alegría Noticias de
dónde salen los indicadores de seguridad alimentaria y cómo se calculan.
Inseguridad alimentaria en Venezuela
La
profesora describió que el indicador de disponibilidad de alimentos mide la
cantidad de comida disponible para una población específica. La Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) mide el IPS
para contabilizar la cantidad de calorías que consume la población por día. Se
mide desde los años 90.
“Venezuela
logró alcanzar un valor aceptable en 2012 y 2013, por eso recibió un
reconocimiento”, esos datos eran representativos de la realidad de 2009 y 2010,
aseguró la nutricionista.
“Los
últimos valores publicados para el trienio 2020-2022 indican que Venezuela
estaba en 17,9 %” y en 2012 estábamos por dejado de 5 %. Lo ideal es estar por
debajo de 5 %, ese es el número ideal para alcanzar los objetivos de desarrollo
sostenibles de Naciones Unidas.
En
contexto, Venezuela no está bien en relación al mundo y a la región. La
especialista detalló que actualmente, el IPS del mundo está en 9,2 %, el de
América Latina y el Caribe es de 6,7 % y 6,5 % en Suramérica.
Acceso
y posibilidad de compra de alimentos
La
otra dimensión para medir la seguridad alimentaria es la disponibilidad y la
posibilidad que tiene la gente para comprarlos.
Se
mide si un hogar tiene o no acceso a la canasta alimentaria. En este momento,
hay alimentos en los mercados, pero la mayoría de los venezolanos no tienen
capacidad de compra.
Según
la Encovi, la pobreza de ingreso es de 51,9 % y la pobreza total es de 82,8 %.
La nutricionista considera que los datos “siguen siendo extremadamente altos”.
En las
comunidades no hay acceso a un empleo formal, esto afecta los ingresos
constantes de las familias vulnerables. La mayoría esta viviendo de la economía
informal.
El
Clap como intercambio
Algunas
personas han resuelto cambiar los productos que reciben de los Comité Locales
de Abastecimiento y Producción (CLAP) por alguna proteína, frutas o verduras.
La
nutricionista Ingrid Candela alertó sobre la realidad de las zonas rurales en
donde las personas no tienen acceso acceso a los alimentos porque no pueden ir
a las ciudades a comprar comida. Tampoco cuentan los ingresos para comprar
alimentos.
En
2023, según datos del Centro de Documentación y Análisis Social de la
Federación Venezolana de Maestros (Cendas), cerca de 1 % de la población
gana lo suficiente para comprar la canasta alimentaria. El monto superó los 500
dólares en 2023.
Por
otro lado, los alimentos que llegan en la caja del CLAP solo cubren una semana
de alimentación, no más de un 20 % de las necesidades calóricas de un hogar.
De
igual forma, la cantidad de los alimentos no se traduce en calidad alimentaria.
Las poblaciones vulnerables están consumiendo pocas proteínas animales, frutas,
verduras y vegetales.
¿Los
venezolanos dejan de comer?
Según
los datos de la Encovi que explica la nutricionista, un 68 % de hogares
reportan que dejaron de comer alimentos saludables, otro 66 % disminuyó
variedad de alimentos, por otro lado, 46,9 % de los hogares indican que
comieron menos.
El 32
% de los hogares dejó de hacer una comida al día, otro 32, % sintió hambre y no
comió porque no tenía dinero y lo más grave, un 12 % reportó que duró todo un
día sin comer.
La
inseguridad alimentaria se expresa de diferentes maneras, sin embargo, los
últimos tres datos demuestran que los venezolanos no están alimentándose según
los requerimientos normales.
Un 82
% de los hogares reporta que siente miedo de quedarse sin alimentos.
Desde
el año 2020, los indicadores mejoraron unos pocos puntos porcentuales, pero la
realidad sigue siendo dramática.
La
desigualdad es un reto para el país
Según
los datos, dos de cada diez personas tienen el privilegio de hacer mercado en
términos de cantidad y calidad. El dato demuestra el nivel desigualdad que
marca a la sociedad venezolana.
Es
decir, el 80 % de las personas no puede comprar alimentos en la cantidad y
calidad necesaria para hablar de seguridad alimentaria.
Actualmente,
el Estado autorizó a las agencias internacionales para desarrollar un plan
de respuesta humanitaria que intenta disminuir los
niveles de desnutrición en la infancia y el riesgo de pasar hambre en sectores
vulnerables.
Los
sectores rurales comen arepa y plátano, mientras que en las zonas urbanas comen
pan y lo combinan con queso. La especialista alerta que en muchos casos, las
cantidades no son las adecuadas.
Producir
para evitar inseguridad alimentaria
Uno de
los retos que enfrenta el país es recuperar la producción nacional y favorecer
a los productores nacionales.
Que la
producción nacional pueda sustituir las importaciones de alimentos básicos.
De
igual forma, es necesario garantizarle a la ciudadanía la mayor cantidad
calorías disponibles para la saludable alimentación de las familias y que las
personas puedan comprar los alimentos.
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