ELÍAS CAMHAJI 08 de noviembre de 2021
@eliascamhaji
Los
negocios del supuesto testaferro de Nicolás Maduro, en el centro del último
conflicto entre EE UU y Venezuela, recalan una y otra vez en los círculos
mexicanos del poder y el dinero
Muchos de los caminos de Alex Saab llevan a México. El empresario colombiano, el gran operador del chavismo en los últimos años, señalado por la Casa Blanca como el testaferro de Nicolás Maduro, está en el centro del conflicto diplomático entre Caracas y Washington tras haber sido extraditado a territorio estadounidense a mediados de octubre pasado. Saab se enfrenta a 20 años de cárcel por lavado de dinero y su destino se definirá en una corte de Florida (EE UU). Pero su red de negocios ha encontrado un punto neurálgico en suelo mexicano: desde donde gestionó transacciones millonarias con petróleo venezolano y tejió una telaraña de empresas opacas para transportar toneladas de alimentos. Este miércoles ha emergido otra trama ligada a Saab, que movió 64 millones de dólares en víveres a través de empresas fantasma, paraísos fiscales y —otra vez— compañías mexicanas, de acuerdo una investigación de Mexicanos contra la Corrupción. Las revelaciones que han salido, y las que vendrán, amenazan con salpicar los círculos del poder político y económico del país, piezas clave en el engranaje de Saab.
El
periodista Roberto Deniz, cuyo trabajo ha sido pionero en desvelar el
poder en las sombras del empresario de 49 años, afirma en una tribuna publicada
esta semana que el juicio de Saab apunta a ser un nuevo caso Odebrecht por la telaraña de políticos
latinoamericanos implicados en sus negocios. “Ahora no es Brasil, sino
Venezuela, el eje de una trama de negociados oscuros con actores poderosos en
varios países”, explica Deniz, que desde el exilio aún resiente el asedio y los
últimos embates del Gobierno de Maduro en las últimas semanas. El colombiano y
sus negocios han sido investigados en Brasil, Ecuador, Colombia, Suiza y el
Reino Unido, entre otros países.
Washington
acusa a Saab de crear un esquema de sobornos para funcionarios chavistas,
malversar fondos públicos y transferir 350 millones de dólares que estaban en
Venezuela y que acabaron en cuentas de él y sus socios en el extranjero. El
empresario se ha declarado inocente. En una acusación de la Corte del Distrito
Sur de Florida contra cinco de sus socios, hecha pública el pasado 7 de
octubre, se señalan transferencias por más de 70 millones de dólares a
compañías mexicanas relacionadas en la trama de los CLAP. “Los co-conspiradores
utilizaron numerosas empresas, que ellos controlaban, para adjudicarse
contratos con el Gobierno venezolano para fabricar y exportar cajas de comida
desde México y paquetes de medicinas desde varios países”, se lee en el
documento.
En junio
pasado, una investigación de EL PAÍS y el portal venezolano
Armando.info destapó que las autoridades mexicanas fueron cruciales
para que funcionara una red dirigida por Saab que movió millones de dólares por
todo el mundo. Los negocios se basaban en un esquema que intercambiaba petróleo
venezolano por alimentos producidos en México y se disfrazaron como acuerdos de
ayuda humanitaria. Esos pactos nunca se hicieron públicos, pero se fraguaron
con la intermediación de Maximiliano Reyes, subsecretario mexicano para América
Latina y el Caribe, y con la participación de la empresa estatal Seguridad
Alimentaria Mexicana (Segalmex), según documentos en poder de ambos medios y
entrevistas con personas involucradas directamente en los tratos.
“Partimos
de que los empresarios que se acercan a nosotros lo hacen de buena fe y desean
tener mejores vínculos económicos en la región”, defendió Reyes. La trama, sin
embargo, introdujo a tres empresarios mexicanos a la lista negra del
Departamento del Tesoro por hacer negocios con el Gobierno de Maduro y la petrolera PDVSA, y por triangular las operaciones a través
de empresas fantasma y paraísos fiscales, al margen del sistema financiero
internacional. Como reveló otra entrega de las investigaciones de este diario
y Armando.info, otra
muestra de las implicaciones políticas es que el entramado vinculado a Saab
también tocó la puerta de Pemex, pero la venta de crudo de PDVSA no parece
haberse concretado.
La
última entrega sobre los negocios de Saab señala que entre 2019 y 2020, al
paralelo que funcionó la trama del petróleo venezolano, ocho empresas mexicanas
estuvieron involucradas en el envío de alimentos a Venezuela por un valor de 64
millones de dólares. La comida era para las cajas CLAP, un programa del
chavismo que repartía comida a sectores vulnerables y que ha estado en el punto
de mira por incluir productos de baja calidad y a sobreprecio. La red, según
esta versión, utilizó empresas que emitían facturas falsas e importadoras en
paraísos fiscales y en ella participaron actores políticos acusados de
corrupción y ligados a las cúpulas de poder en el país sudamericano.
Ya
desde el 2016, durante la Administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018), se
había identificado a empresas mexicanas que monopolizaron el envío de productos
de baja calidad para las cajas CLAP y bajo sospecha de la corrupción. En 2018, la
Procuraduría General de la República (PGR) de México sancionó a las compañías
por tratarse de un “esquema fraudulento”, pero se libraron del castigo a través
de unos “acuerdos reparatorios”, que rayaban en lo simbólico. En 2019, la
Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), ya en el mandato de Andrés Manuel
López Obrador, congeló las cuentas de 19 empresas y personas que vendieron
alimentos al Gobierno de Maduro.
El
titular de la UIF, Santiago Nieto, dio a conocer el fin de semana que se
presentaron cinco denuncias contra 25 sujetos ligados a los negocios de las
CLAP y a Saab. Nieto también dijo que el acuerdo que concedió la PGR durante el
Gobierno anterior fue ilegal y presentó otra serie de denuncias ante la
Secretaría de la Función Pública, el ministerio del Gabinete que fiscaliza al
Ejecutivo. La UIF, que depende de la Secretaría de Hacienda, trabaja en
conjunto con la DEA y el Departamento del Tesoro, pero aún no está claro el
alcance de las investigaciones y si hay indicios formales contra funcionarios
en activo.
Tras
pasar más de un año detenido en Cabo Verde, un juez de Florida desestimó siete de los ocho
cargos que enfrenta Saab, como parte del acuerdo de extradición a Estados
Unidos desde el país africano. La única acusación que persiste es conspiración
para blanquear capitales. Maduro ha defendido que Saab es un mártir, alegando
que era un enviado diplomático de su Gobierno pese a que durante años negó
cualquier vínculo con él.
El
chavismo, de hecho, suspendió de tajo las negociaciones con la oposición en
México a medida que avanzó el proceso de extradición. Fuentes gubernamentales
de Venezuela argumentan que la opacidad en los negocios de Saab, encumbrado
desde el oficialismo como un “agente antibloqueo”, es el único recurso que les
queda para sortear el embargo estadounidense a su país. A la espera de las
próximas vistas, de las revelaciones de los sumarios judiciales desde Estados
Unidos y de acuerdos de delaciones que pueden negociarse, el caso Saab anticipa
nuevas sacudidas en México, Venezuela y más de una treintena de países por los que pasaron sus negocios,
a miles de kilómetros de la costa de Florida.
Tomado
de: https://elpais.com/mexico/2021-11-08/mexico-el-gran-pozo-negro-de-alex-saab.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico