Mantener a los niños y adolescentes alejados de situaciones de riesgo como el consumo de sustancias, el castigo físico, el maltrato, el abuso sexual y los accidentes en el hogar siempre debe ser una prioridad, más aún durante las vacaciones escolares, periodo en el que suele aumentar este tipo de amenazas.
La falta de creatividad o alternativas para la recreación puede hacer que nuestros hijos queden atrapados por las pantallas del televisor, la computadora o los videojuegos intoxicándose de contenidos violentos o sexuales no aptos para su edad e inconvenientes para su salud emocional.
A veces, las familias sienten un alivio al ver que sus hijos se “quedan tranquilos” cuando no se despegan de las seductoras pantallas y olvidamos que el contenido que ven, escuchan y comparten puede confundirlos, alterarlos, llenarlos de tensión y estimular su agresividad.
Otro de los riesgos es la frustración por no lograr las expectativas que se plantearon para las vacaciones “soñadas” y ese sentimiento puede traducirse en tristeza y ansiedad. La sensación de “no tener nada que hacer” y no poder disfrutar como lo hacen los vecinos, las vecinas e incluso otros integrantes de la familia, puede generar tensiones y mal humor que hay que identificar para que no afecten la convivencia familiar.
Paradójicamente, muchas horas con nuestros seres queridos pueden llevarnos a conflictos que dificultan la convivencia. La intolerancia a las diversas formas de ser y actuar de los miembros de las familias, por las diferencias en los intereses, puede hacer que se pierda la paciencia y los gritos, insultos y agresiones físicas se hagan presentes.
Lo cierto es que las vacaciones pueden alterar el equilibrio emocional por el reto de tener más tiempo para estar juntos, de modo que los conflictos, que durante el año pudieron estar encubiertos porque salíamos en la mañana y regresábamos en la noche, en las vacaciones tienen 24 horas para manifestarse.
Los conflictos solo se pueden prevenir si logramos reconocer los factores que los generan para tomar medidas que posibiliten el autocontrol cuando las diferencias o contradicciones se hagan presentes.
En las vacaciones, más que nunca, es necesario negociar partiendo de lo cotidiano. Negociar no es imponerse, es comunicarse, intercambiar opiniones y hacer propuestas lo más democráticamente posible. Ciertamente no es fácil, cuesta complacer al otro porque podemos caer en la tentación de querer tener siempre la razón.
Sin embargo, es necesario enseñar a nuestros hijos a resolver los conflictos y a vivir en armonía con el ejemplo. Así podremos hacer de las vacaciones un tiempo para crecer como personas y enriquecernos como familia.
¿Qué podemos hacer?
La estrechez del presupuesto en los tiempos que vivimos no se la pone fácil a las familias. De ahí que haya que agotar todas las posibilidades al alcance.
Realizar actividades artísticas. Estimulándolos a que se expresen con dibujos que pueden convertirse en cuentos que se compartan con la familia. Podrían realizar tarjetas, cuadros con imágenes o escenas que obsequien a sus seres queridos o para decorar su habitación.
Convertir las manos en posibilidades para crear realizando manualidades sencillas, para crear juguetes, títeres, porta lápices, juegos de memoria, rompecabezas.
Realizar paseos, visitas, practicar un deporte. Se pueden organizar las familias para turnarse y acompañarlos.
Colaborar con las tareas del hogar y compartir, en horarios acordados, y que tengan como compensación el estar juntos, comunicarse mientras realizan las actividades domésticas.
Redecorar el cuarto o algún lugar de la vivienda con el apoyo de los adultos pueden organizar la habitación de forma diferente, seleccionar lo que ya no utilizan y si están en buen estado donarlos y de esta forma se estimula la solidaridad.
Ver juntos series o películas, reflexionar sobre el contenido, los personajes, la trama, para identificar qué opinan y sienten sobre lo planteado. Se puede estimular su imaginación preguntándoles qué hubiesen hecho ellos en esa situación.
Participar en actividades vacacionales. Son una buena oportunidad para que puedan recrearse y socializar con otros niños. Se puede investigar cuáles están realizando las alcaldías para este período con costos accesibles y personal preparado.
https://efectococuyo.com/opinion/vacaciones-para-no-sufrir/
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