Roberto Giusti: Esta noticia fue publicada el Martes, febrero 7, 2012
Buena,
mala o regular, esa es la percepción de un electorado para el cual el
desequilibrio de poderes o el obsceno manoseo con regímenes como el cubano, el
sirio o el iraní, resulta una abstracción ajena a la dura realidad que viven
las grandes mayorías. Pero esta percepción sobre las necesidades básicas
insatisfechas refleja el colosal fracaso de un gobierno, en teoría de aliento
popular, que no sólo ha sido incapaz de detener el crecimiento de la pobreza,
sino que la estimula y se aprovecha de ella para perpetuar la relación de
sujeción y servidumbre que mantienen con los más vulnerables.
Si
se hubiera vencido o al menos atenuado, las causas del desempleo, de la
violencia, la inseguridad, del déficit habitacional o de la crisis de la salud,
otras serían las prioridades del grueso de los venezolanos. Pero no es así y
ahogándonos, como estamos, en los males primarios de los países pobres, la
gente exige respuestas claras y rápidas a un problema que es de supervivencia.
Así
lo han comprendido algunos de los precandidatos quienes, a pesar de su supuesta
blandenguería al no priorizar ciertos temas, se desmarcan del chavismo
burocrático en posturas claves como el fin del antagonismo y de la polarización
(marca de fábrica de este régimen), a través de una real inclusión en la cual
desaparezcan el clientelismo y el asistencialismo condicionado. Esto implica,
sin embargo, el rescate de mecanismos democráticos de participación y de
criterios de eficiencia en programas sociales dirigidos a liquidar, no a
perpetuar, la pobreza. No se trata, entonces, como afirman ciertos críticos, de
plantear un simple cambio de gobierno, sino de una transformación radical en la
forma de concebir y ejercer el poder.
Esto
lo comprendió el electorado de oposición y quizás lo entenderán indecisos y
chavistas, con el valor agregado de que si gana uno de quienes pregona ese
discurso, sólo tendrá que consolidarlo desde el 13 de febrero. Pero si ganara
alguien con el otro discurso, entonces se verá obligado a cambiar de mensaje
para atraer al elector no oposicionista porque si es fiel y persiste en su
postura, tendrá asegurada la derrota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico