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domingo, 5 de febrero de 2012

Twitter: la política vigilada


Por Antoni Gutiérrez Rubí

La red ha mostrado a los partidos que si no hacen política con los ciudadanos, los ciudadanos harán política sin ellos

Ciudad de México (29 enero 2012).- El presidente Barack Obama ha conseguido una audiencia extraordinaria en su importante discurso de la Unión de esta semana; y no nos referimos a la televisiva, sino a la digital. Más de 760 mil tweets, según datos oficiales de Twitter, fueron escritos en relación con su intervención con el hashtag #StateOfTheUnion o #SOTU. Hubo momentos con más de 14 mil mensajes por minuto. Tras estos mensajes cortos hay millones de personas, seguidores, reputaciones y una espectacular capacidad de difusión y creación de opinión. Todo ello, en la palma de la mano. En el smartphone , en tabletas o en ordenadores portátiles. Estamos hablando de la construcción de la opinión pública en tiempo real, influyendo en los medios de comunicación tradicionales y creando los marcos mentales de percepciones e imágenes públicas muy poderosas.

Twitter se ha convertido en el canal más libre, autónomo y dinámico para compartir información, sí. Pero también en el más versátil canal multiplataforma y en el sensor de comportamientos sociales más certero de los estados de ánimo, las ideas reputacionales y los contextos públicos (hashtags). La brevedad no ha sido un obstáculo ni para la calidad ni para la transparencia. La posibilidad de retuitear (compartir los tuiteos), o mencionar a las personas o fuentes, hacen del canal un flujo constante de pistas y retazos vitales de gran tensión informativa. Además, los acortadores de URL han incrementado la conectividad y han ampliado el potencial del tuiteo como un mensaje triple: titular, fuente y más información con el link asociado a una página web, un blog, una red social o un contenedor de documentos digitales.

Los ciudadanos han dejado de consumir (paguen o no por el producto o servicio) para ser los protagonistas de la información. Los partidos han perdido el privilegio de la política, así como los medios han perdido el privilegio de la información (desaparece la exclusividad).

En Twitter se libra una batalla conceptual sobre cómo se entiende el activismo digital. En algunos partidos políticos se concibe como herramienta de modo "automático" para lanzar informaciones y hacer difusión continua, convirtiendo en algunos casos a sus simpatizantes en autómatas, más que facilitar que éstos sean autónomos. Las nuevas redes sociales en internet son un extraordinario canal bidireccional, multicanal y multiformato de comunicación y de diálogo con la ciudadanía. Twitter es un espacio para el diálogo, pero también para la respuesta irónica, mofa o crítica. O para el contraataque inteligente, aprovechando la fuerza (los errores del contrario) como sucede en el judo, para devolver el golpe digital como un boomerang . Es también una tecnología social que favorece el debate, la proximidad, la accesibilidad y la inmediatez. La red no entiende de uniformidades, ni de uniformes. El pensamiento único se impone cuando sólo hay una voz. Cuando se hace de la conversación digital un auténtico debate, se puede convencer. Si no, la alternativa es la imposición.

Política sin partidos
Hay que perder el miedo a no tener el control y confiar en los propios militantes y simpatizantes, facilitándoles los medios, la formación, los escenarios más propicios que les permitan generar contactos, alianzas y lazos entre ellos para mejorar la visibilidad del partido. Se debe consolidar la figura del ciberactivista del partido o del simpatizante online , a pesar del cambio (y por tanto el miedo) que pueda generar en la propia organización.

Hay miedo a que lo digital desborde y contamine. Algunos dirigentes, incluso jóvenes dirigentes, creen que los culos de hierro y los brazos de madera (en alusión al control orgánico de las asambleas de discursos interminables y votaciones unánimes) son más democráticos "porque la gente está presente y da la cara". Y existe el recelo mal disimulado de que tanto hervor digital sea una moda, esté vacío de contenido político y prisionero de nuevos y elitistas dogmáticos que acaben ampliando la brecha digital. Pero los riesgos, algunos de ellos muy reales, no pueden ni deben paralizar los cambios necesarios y urgentes. La política formal puede llegar tarde y mal a lo emergente. Que no se extrañe entonces de ocupar el último lugar en la valoración social.

En este fuego cruzado, a algunos dirigentes tan sólo les tienta canalizar la energía de los activistas digitales para instrumentalizar su capacidad movilizadora, pero lateralizando su protagonismo y liderazgo. Creen que el espacio digital hay que colonizarlo, sin comprender que de lo que se trata es de influir y dejarse influir. Pretenden convertir lo digital en un nuevo espacio dogmático o de reclutamiento, pero así sólo se encontrarán con redes vacías de vitalidad. No estamos hablando simplemente de nuevos militantes (cibermilitantes) o de un nuevo campo de batalla política (la Red). Tampoco se trata únicamente de nuevas herramientas (blogs, Twitter, redes sociales, videopolítica...). No, no hablamos sólo de tecnología. Hablamos de la política del futuro. De comprenderla nuevamente, de repensarla en la sociedad red.

La política no puede vivir de espaldas a esta nueva realidad. La política tiene que dar pasos decididos para incorporarse plenamente a una sociedad que ya es muy diferente de la del siglo XX y que exige nuevas demandas y nuevos actores. El estado natural del talento y de la creatividad está también en la Red. La filosofía de trabajo en cooperación, horizontal, será el sistema natural del siglo XXI y antes lo vean y lo hagan suyo los partidos, antes se darán cuenta de que si no hacen política con los ciudadanos, los ciudadanos harán política sin los partidos.

La tecnología social, en su capacidad disruptiva y su penetración global, puede favorecer un ecosistema digital en el que las personas puedan reconstruir su identidad personal y colectiva. Pero deberemos empujar para garantizar el poder de los sin poder.

En este proceso de reeducación y de uso emancipatorio de las nuevas tecnologías lo importante no es el soft , ni el hard , sino el mind . Por eso, lo esperanzador es el trasvase de usuarios a activistas. El caudal creciente de personas que, a partir de un uso exigente e intensivo de la tecnología, aprenden a empoderarse y a tomar conciencia de su dimensión global y social. La política, la nueva práctica política, será el espacio natural para la defensa del modelo de sociedad libre y justa.

En palabras de Joichi Ito: "El voto es una manera muy pobre de saber lo que la gente quiere. En el pasado era la única forma de recoger la opinión popular, pero la gente ahora puede hablarte directamente a través de las redes sociales. Creo que las voces serán más importantes que los votos. El periodismo es importante, pero lo importante es encauzar la voz de los ciudadanos, como ocurre con los procesos de democracia deliberativa: tomas una muestra aleatoria de población, la encierras en un cuarto y los pones a debatir; al final, esa muestra de gente es capaz de llegar a tener una opinión muy específica sobre cuestiones complejas como los impuestos o el sistema de salud. El ciudadano medio tiene mucha más capacidad de participar en la gobernanza de lo que se piensa, si se le da la información adecuada y se le hace ver que su voz está siendo escuchada".

Las voces. Las personas. Las redes. Es el tiempo de la reverberación social y digital. La reverberación es un fenómeno derivado de la reflexión del sonido, consistente en una ligera prolongación de éste una vez que se ha extinguido el original, debido a las ondas reflejadas. En un recinto pequeño la reverberación puede resultar inapreciable, pero cuanto mayor es el recinto, mejor percibe el oído este retardo o ligera prolongación del sonido. Hagamos grandes los recintos sociales para que sean audibles y organicemos la reverberación para transformar el ruido en una voz social comprensible, reconocible por todos y cada uno de nosotros. Rompamos el círculo de la indiferencia.

El autor es consultor político y asesor de comunicación en España y Latinoamérica. Premio "Victory Award" al mejor blog político 2012.

http://www.gutierrez-rubi.es

Twitter: @antonigr

Tomado de:
http://www.reforma.com/enfoque/articulo/643/1285179/default.asp?plazaconsulta=reforma&

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