Andrés Oppenheimer Sábado,
25 de febrero de 2012
Muchos de los que
pensábamos que Chávez terminaría ganando las elecciones del 7 de octubre
—gracias a una combinación del uso indiscriminado de fondos estatales para
comprar votos, un casi monopolio de los medios de difusión y la intimidación de
votantes opositores— deberemos repensar nuestros pronósticos
La admisión del presidente venezolano Hugo Chávez de que
tendrá que “repensar su agenda” tras haber sido diagnosticado con una nueva
“lesión” que podría ser cancerosa plantea dudas sobre el futuro de su modelo
narcisista-leninista tanto en Venezuela como en otros países latinoamericanos.
Muchos de los que pensábamos que Chávez terminaría
ganando las elecciones del 7 de octubre —gracias a una combinación del uso
indiscriminado de fondos estatales para comprar votos, un casi monopolio de los
medios de difusión y la intimidación de votantes opositores— deberemos repensar
nuestros pronósticos. Chávez aún puede ganar, pero ya no es algo tan seguro.
La confesión de Chávez —tras meses asegurando que ya
estaba curado e insultando a quienes especulaban lo contrario— de que el
tratamiento del cáncer lo obligará a bajar el ritmo de sus actividades, sumada
al masivo apoyo que recibió el candidato opositor Henrique Capriles Radonski en
las elecciones primarias del 12 de febrero, son dos factores que indudablemente
tendrán un gran impacto en la campaña electoral.
De repente, Chávez parece vulnerable. Los analistas
políticos venezolanos ya no debaten si Chávez estará en el poder “más allá del
2019” — tal como el mismo presidente afirmó en fecha tan reciente como el 18 de
febrero—, sino si seguirá siendo presidente a fines de este año.
TRES POSIBILIDADES
Hay tres grandes escenarios de lo que puede ocurrir en
Venezuela durante los próximos meses:
• Escenario 1: Nada cambia. Chávez reduce su ritmo de
actividades, pero sigue en carrera para las elecciones presidenciales de
octubre.
Chávez podría ganar si, además del uso casi irrestricto
de los medios electrónicos y la intimidación de opositores, su gobierno se
beneficia de una escalada de los precios del petróleo en caso de un ataque
israelí contra las instalaciones nucleares de Irán. Eso le daría al gobierno
venezolano aún más recursos para ganar votos.
Además, Chávez se podría beneficiar del “efecto lástima”,
que podría hacer que muchos venezolanos sientan simpatía por él debido a su
enfermedad y lo apoyen en las urnas, aunque por otro lado muchos venezolanos
resienten el hecho de que el presidente y sus ministros hayan mentido al negar
airadamente rumores sobre su enfermedad que resultaron ser ciertos.
• Escenario 2: Chávez designa a un sucesor. Su salud se
deteriora y el presidente venezolano designa a un sustituto para que compita en
las elecciones de octubre, tal como lo hizo Fidel Castro en Cuba cuando anunció
el 31 de julio del 2006 que se sometería a una operación y que cedía
provisoriamente el poder a su hermano Raúl.
Cuba, cuya economía depende de los petrodólares de Chávez
y es el país más interesado en mantener el status quo en Venezuela, será la
primera en recomendarle a Chávez una sucesión como la de los hermanos Castro
que mantenga vivo el gobierno, en la que Chávez seguiría siendo el “padre de la
revolución” pero detrás de bambalinas.
Pero sin la presencia constante de Chávez en los medios,
su sucesor podría perder las elecciones de octubre. El gobierno de Venezuela es
notoriamente inepto y corrupto, y depende casi por completo de la popularidad
personal de Chávez en algunos sectores de la población. Asimismo, el gobierno
enfrenta tendencias electorales que han mostrado un constante aumento de los
votos de la oposición: los candidatos anti-Chavistas obtuvieron el 52 por
ciento de los votos en las elecciones legislativas del 2010, e inesperadamente
conquistaron 3 millones de votos en las primarias de este mes.
• Escenario 3: Una intervención militar, o “el escenario
egipcio”. Chávez queda incapacitado o muere durante los próximos meses, y los
militares venezolanos toman el poder con la excusa de impedir una ola de
violencia.
MILITARES ACUSADOS
Los generales de Chávez —algunos de los cuales, como el
Ministro de Defensa Gen. Henry Rangel Silva, han sido acusados por Estados
Unidos de estar involucrados en el narcotráfico, mientras que otros temen
investigaciones por corrupción si la oposición llega al poder— son los que más
tendrían que perder si el régimen de Chávez se derrumba.
“Para evitar perder el poder, los militares y las fuerzas
radicales podrían buscar una salida militar para suspender las elecciones,
alegando un supuesto peligro de guerra civil”, me señaló el consultor político
y encuestador Alfredo Keller desde Caracas. “Si Chávez desaparece, es muy
posible un escenario egipcio”.
Mi opinión: Cualquiera de estos tres escenarios es
posible, pero para preservar lo que queda de democracia en Venezuela, la
comunidad internacional debería advertir ya mismo a los militares venezolanos
que no aceptará un “escenario egipcio” en Venezuela.
Lo último que necesita Latinoamérica tras la erosión de
las libertades democráticas en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y otros
países es un regreso de las juntas militares.
Los dos primeros escenarios —gane
quien gane— serían preferibles al tercero.
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