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domingo, 19 de febrero de 2012

El zamuro que perdió su identidad



Por Carlos Vilchez Navamuel, 17/02/2012

“Cualquier parecido con algún personaje
de la historia actual es pura coincidencia.”


Había una vez, no muy lejos de otros reinos, un pueblo gobernado por un zamuro* acomplejado y hablador, odiaba el mundo de las águilas porque eran grandes, fuertes y volaban más alto que él. 

Cuenta la leyenda que este zamuro tenía una formación castrense, era megalómano, de joven le gustaba lanzarse desde las alturas en paracaídas. No contento donde estaba, un día este zamuro y unos cuantos “compinches” suyos, empezaron a idear un plan para derrocar al gobierno donde ellos vivían, con el tiempo lideró una rebelión, las cosas salieron mal y no tuvo un buen final, el zamuro y sus secuaces fueron encarcelados por un corto período, la historia dice que la suerte le llegó y fue indultado no se sabe aún  porqué razón.

Una vez liberado, decidió entrar en política, como todos los políticos en campaña ofreció el cielo, la Tierra y la Luna, mintió, mintió y mintió, muchos de los que le oyeron  le creyeron y fue así como este zamuro logró su primer objetivo, gobernar el reino donde nació. Una vez instalado, malévolo como era, ideó un plan vil y dañino, fomentó el odio entre las clases.

Al principio de su reinado se reunió con otro par de zamuros más viejos que él, enemigos también del reino de las águilas. Juntos y confundidos, los tres, soñaban con el mismo objetivo, destruir al reino de las águilas. Dice también la leyenda que hizo amistad con reinos de otros continentes gobernados por zamuros de su misma especie y autoritarios como él.

El reino de este zamuro era muy rico, pero como buen zamuro, no sabía nada de administración, gobernaba de forma autoritaria, caprichosa y malgastaba las entradas del reino con clientelismo, compraba armas, hacía grandes negocios con otros de su especie que pensaban parecido a él. y por sus acciones parecía estar loco de atar, a sus opositores, por ejemplo los insultaba y les decía toda clase de improperios, los llamaba entre otros,  pendejos, imbéciles, cochinos, escuálidos y ladrones.

Un día afirmó tener una grave enfermedad, pero algunos no le creyeron, con el tiempo se infló, su cara parecía una pelota de fútbol, a veces aparecía y se le veía con gran energía, la leyenda dice que los zamuros viejos lo mantenían vivo como el Cid Campeador.

Este zamuro aunque aprendió a volar, nunca llegó allí, donde las águilas lo hacían, por esa razón y por sus complejos las aborrecía, sin embargo el destino le jugó una mala pasada, y sin darse cuenta  este zamuro, poco a poco, empezó a creerse que él era una águila. Con el pasar del tiempo, perdió su identidad, olvidó donde y como nació. “Águila no caza moscas” les decía a sus contrarios.

Su disfraz mental jamás se lo quitó, no había quien se animara a decirle la verdad que todos conocían,  si se nace zamuro, se cría como zamuro y actúa como zamuro, es un zamuro.


* Zamuro (buitre): Ave rapaz diurna que se alimenta de carroña.  El buitre negro americano también recibe los nombres vulgares de buitre negro, jote, jote de cabeza negra, y zamuro en Venezuela.


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