Ana Uzcátegui 28 de enero de 2023
Ni
una economía dolarizada de facto, ni la exoneración de
aranceles e IVA para facilitar la importación de una gran cantidad de productos
terminados desde 2019, han impedido que los precios de los
productos en Venezuela sean más caros que en el resto de Latinoamérica, Estados
Unidos o Europa. Al menos el doble pueden costar las bebidas, verduras, frutas o tubérculos en
este país, en comparación a los precios reflejados en las páginas web de
supermercados de Cúcuta o Bogotá. Lo mismo ocurre
si se revisan marcas en Walmart, la cadena de almacenes en USA y
se comparan con las que exhiben bodegones en Venezuela, que en algunos
casos son hasta 300% más costosas.
Para economistas, hay seis factores claves que hacen que en este país cubrir el 60% de una dieta calórica como lo recomienda por la OMS sea un privilegio sólo para un sector reducido de la población. El primero es que Venezuela vivió por cuatro años en hiperinflación, uno de los ciclos más largos de la historia, sólo superado por Nicaragua. Eso destruyó el poder adquisitivo de los venezolanos y llevó a la pobreza al 80% del país, según la Encuesta Condiciones de Vida (ENCOVI), de la UCAB.
Esta subida
de precios de manera acelerada ha sido promovida por las políticas económicas
del Gobierno. Según explica el economista Gerardo Álvarez, el
Ejecutivo nacional ha gastado más de los ingresos fiscales que obtiene el
Estado, y para financiar ese déficit recurre al Banco Central de Venezuela
(BCV), para crea liquidez sin respaldo en las reservas internacionales ni en la
producción.
El
segundo factor, es que aunque el oficialismo mantenga el discurso de
recuperación económica, el país sigue estando entre las inflaciones más
elevadas del planeta. La vicepresidente de la República, Delcy Rodríguez,
dijo el 23 de enero que la inflación en 2022 cerró en 234%, Venezuela
sólo sería superada por Zimbabue que registró inflación de 244%. De acuerdo
con cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), el país cerró
con inflación en 305%. En el hemisferio sólo Argentina se le acerca, con
una inflación de 94.8%.
"Esa
característica nos coloca en desventaja con el resto del mundo. Si quitamos a
Argentina, ningún país de América Latina tuvo una inflación que superara el 25%
anual", Enfatizó Álvarez.
La
tercera consecuencia es el incremento que ha tenido el precio del dólar. "Octubre
tuvo una tasa de inflación del 8.5%. El día 15 de diciembre la tasa
intermensual llegó a 20,19%. Un aumento de 137%. En ningún país de América
Latina ha ocurrido ese fenómeno cuyas tasas de variación de inflación mensual
se mantiene siempre estables, en un dígito".
Como
cuarta característica está la especulación cambiaría y de los precios
en el mercado. Un ejemplo claro es el que revela la Cesta Petare, elaborada
por el economista Ángel Alvarado. En octubre 2022 una persona gastaba
en Miranda 326 bolívares ($39.29) para comprar un cartón de huevos, una harina
de maíz, queso blanco, un kilo de carne, aceite de maíz, azúcar, un arroz y
café molido. El 15 de enero de 2023 esos mismos ocho producto, costaron el
doble, 689 bolívares y $35,36.
"Lo
que mueve a la especulación en Venezuela es la incertidumbre de la política
económica. El empresario que hace incrementos discrecionales, prevé que los
costos de sus productos comprados en el exterior van a ser mucho más caros a
corto plazo, porque la política de Maduro se ha basado en una práctica
recurrente de incrementar la liquidez monetaria y eso produce un efecto
inflacionario automático en todos los bienes y servicios",
mencionó Dilio Hernández, economista.
Esa
especulación también se da porque en Venezuela la mayoría de los
productos y materias primas son importados, y los países están registrando
niveles de inflación que no ocurrían desde hace 40 años. El Banco Mundial
aseguró que se vive una antesala a una recesión. Los precios de los
productos están aumentando por la crisis energética de la invasión Rusia o
Ucrania. Por lo tanto los empresarios criollos que adquieren su mercancía
en el exterior, arrastran esa inflación a sus estructuras de costos.
Un
quinto factor que hace que los alimentos sean más caros en Venezuela, es
la desconfianza en el Bolívar. Desde enero 2022 la moneda
nacional se ha devaluado 367% con respecto al precio del dólar.
Adicionalmente en esta nación se aplica un control cambiario desde hace más de
23 años, mientras que países que gozan de democracia plena cuentan con
libre convertibilidad.
Finalmente la
sexta característica es el contexto en el que opera el sector privado.
Según el presidente de la Cámara de Industriales de Lara, Joel Segura,
las empresas de manufactura operan al 35% de su capacidad instalada,
mientras las industrias de Colombia están al 100%. Adicionalmente el
sector privado tiene que elevar sus gastos porque los servicios públicos para
producir en Venezuela son deficientes, entonces debe pagar para tener
suministro alternativos de electricidad, agua, a veces comprar gasolina en el
mercado negro y aumentar sus costos en seguridad.
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