Agencias 28 de enero de 2023
El
portugués António Vitorino, director general de la Organización Internacional
para las Migraciones (OIM), pidió en una entrevista con EFE que la guerra en
Ucrania no deje que se olviden otras crisis humanitarias, como la provocada por
el éxodo venezolano.
“Para
nosotros es muy importante y comprensible la atención a la situación en
Ucrania”, pero “que no nos haga olvidar que continúa habiendo en el mundo
entero muchas otras crisis humanitarias que exigen apoyo y movilización” de la
comunidad internacional, dijo Vitorino a EFE en el marco de una visita a
Brasilia.
Entre
esas otras crisis, afirmó que “claramente” se inscriben “la situación de
Venezuela” y el impacto que tiene en casi toda América Latina, que impone
“necesidades humanitarias urgentes”.
Citó
que, actualmente, entre otros países, se calcula que hay unos 2,5 millones de
migrantes venezolanos en Colombia, unos 1,7 millones en Perú, otros 400.000 en
Brasil e igual número en Chile, y cerca de 700.000 en Ecuador, que ha recibido
el mayor impacto per cápita, en función de su población.
LA TRÁGICA TRAVESÍA DEL DARIÉN
Vitorino
asoció de alguna manera la crisis venezolana a la dura situación que se
registra desde hace más de dos años en las selvas del Darién, un inhóspito
territorio que separa a Colombia de Panamá y se ha sido convertido en ruta para
el tráfico de personas.
Explicó
que, según datos de la OIM, en 2021 atravesaron el Darién unas 133.000
personas, número equivalente al que pasó por esa zona en los diez años
anteriores, y que en 2022 esa cifra subió a cerca de 250.000.
Según
Vitorino, en torno al 60 % de quienes arriesgan sus vidas en el Darién son
venezolanos, a los que se han sumado migrantes de otros países, incluso del
Caribe, que en su gran mayoría tienen la esperanza de llegar a Estados Unidos.
En
relación a los caribeños, explicó que “los caminos trazados por las redes del
tráfico de personas no funcionan con la lógica de la racionalidad geográfica” y
cuentan con “medios muy poderosos y eficaces para hacer su negocio a costo de
la vulnerabilidad humana”.
Indicó
que la OIM y otros organismos humanitarios tienen una vasta operación de atención
a los migrantes en la salida del Darién, en Panamá, pero admitió que faltan
recursos para dar una asistencia “más efectiva” debido al inmenso flujo de
personas, que llegan en su mayoría con cuadros de “deshidratación, heridas y
enfermas”.
Aclaró
que poco se sabe sobre las víctimas que quedan dentro de la selva, aunque
precisó que, durante 2022, en la región del Caribe fueron hallados 321
migrantes muertos, lo cual “es muy impresionante si se compara con el año
anterior, cuando habían sido 130”.
Lamentó
además que “el 51 % de los cuerpos no pudieron ser identificados”, por lo que
ni siquiera fue posible “informar a las familias sobre la muerte de sus seres
queridos”.
LA
NECESIDAD DE FINANCIACIÓN HUMANITARIA Y PARA EL DESARROLLO
En
ese marco de falta de recursos, valoró que, por una iniciativa de Canadá y la
Unión Europea (UE), con apoyo de la propia OIM y el Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), haya sido convocada una nueva
Conferencia de Países Donantes, que se celebrará en Bruselas los próximos 16 y
17 de marzo.
Según
Vitorino, en el caso de América Latina la necesidad no es solo de apoyo a la
asistencia humanitaria, sino que también es de “financiación para el
desarrollo” de las “comunidades de acogida” a los venezolanos, que constituyen
la mayoría de los migrantes.
Son
“ciudades que sufren una presión” pues “ven llegar un significativo número de
personas que tienen derechos” y desbordan la capacidad de los servicios
sociales, dijo.
“El
éxito de la integración se da a nivel local”, enfatizó el director de la OIM,
quien subrayó la necesidad de que los “servicios sociales básicos sean
ofrecidos a los venezolanos, pero que también sean garantizados a los
ciudadanos de las comunidades de acogida”.
Como
ejemplo, citó el caso de la educación, a la que sectores de la población más pobre
de América Latina tienen un acceso limitado.
“La
escolarización es fundamental”, dijo Vitorino, y en el caso de los migrantes,
entre los que hay muchos menores, afirmó que “no se puede permitir que una
generación de niños venezolanos sea privada del acceso a la educación o al
sistema de salud”, porque eso sería comprometer el futuro de la propia
Venezuela”.
Tomado
de: https://www.lapatilla.com/2023/01/28/oim-guerra-ucrania-venezuela/
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