ISABEL PEREIRA PIZANI 31 de julio de 2023
@isapereirap
“La salud pública en Venezuela redujo en
70% su capacidad de respuesta desde 2016. El 28% de los escolares no asisten a
clases por falta de agua. La educación y la salud constituyen el núcleo
prioritario de la reconstrucción institucional porque en sus redes,
organizaciones, personal, políticas y filosofía descansa la posibilidad de
contar con ciudadanos comprometidos con el crecimiento y mejora del país en
todos sus planos. ¿Cómo se genera un criterio de pertenencia en un país que
aspira vivir en democracia plena?”.
Se anuncian los tiempos para comenzar a recoger los vidrios rotos, valorar lo que sirve hoy y puede ser útil mañana. Unir lo fracturado y comenzar a andar con una nueva visión de búsqueda de dignidad, libertad e igualdad para todos. La reconstrucción en su origen es un desafío moral, pues es poner la bitácora hacia la creación y valorización y no hacia la venganza y el ajuste de cuentas, un cambio de las reglas de juego que rigen nuestra conducta individual y colectiva. Para lograrlo indudablemente hay que hacer un gran esfuerzo, internalizar la capacidad de perdonar, entender la fragilidad humana y recomenzar con una mirada distinta a pegar los fragmentos de aquello que una vez se llamó Venezuela.
Este
camino tiene que ser total, abarcar todos los rincones, detectar lo que ha sido
profanado, invadido, avasallado por la corrupción, reconocer los fragmentos
sanos y buscar el inmenso frasco de pegalotodo, esta vez insuflado de un
espíritu positivo de armonía y reconocimiento de lo que genuinamente tiene
valor. Esta reconstrucción institucional para que sea válida tiene
que abarcar, cubrir todos los espacios en sus planos objetivos y subjetivos.
Quizás el inicio sea la educación en todas sus gradaciones desde el
nivel inicial, básico, medio, superior, en la formación para el trabajo,
en su profunda conexión con la economía y búsqueda de nuevos
conocimientos, destrezas científicas, tecnológicas que nos permita avanzar a
los niveles más altos que se están surcando en muchos puntos del mundo.
El
campo de la salud ha sido otro de los más afectados, en todas sus dimensiones,
abandonado, en este país donde la búsqueda del mayor bienestar físico y mental
de sus habitantes se ha transformado en un terreno politiquero de experiencias
populistas fracasadas a costillas del bienestar humano. Unos 9,3 millones
de personas con algún problema crónico de salud no tienen cómo atenderse por
falta de recursos o medicamentos. La salud pública en Venezuela redujo en 70%
su capacidad de respuesta desde 2016.
“El
desafío en todos los campos institucionales es cómo y qué rescatar, cuáles decisiones
y ejecuciones pueden contribuir a una transición positiva”
Se
impone la gran tarea de recuperar las enormes redes de atención sanitaria que
cubrían nuestro país -los ambulatorios comunitarios- a la vez que se
repotencia esa invaluable red de grandes hospitales y centros de salud que
atendían a toda Venezuela y que no han podido ser sustituidos por ningún
programa tipo “Barrio Adentro” que solo ha destruido la calidad de la atención
y succionado los recursos que nutrían nuestra gran red de ambulatorios
nacionales. Uno de los principales desafíos que es necesario resolver es lograr
recalificar las huestes de personal sanitario graduadas recientemente, olvidar
su calificativo como operadores políticos y seriamente dimensionar la
separación de su nivel de conocimientos con los egresados de las escuelas de
Medicina y salud de las universidades autónomas nacionales, evaluarlos,
recalificarlos e incorporarlos al servicio del país. Estos médicos integrales
son jóvenes, pueden aportar lo que han aprendido y avanzar en un proceso de
recalificación. No son culpables son víctimas de un engaño colectivo.
La
educación y la salud constituyen el núcleo prioritario de la reconstrucción
institucional porque en sus redes, organizaciones, personal, políticas y
filosofía descansa la posibilidad de contar con ciudadanos comprometidos con el
crecimiento y mejora del país en todos sus planos.
En el
ámbito educacional se constata que los datos de la matrícula escolar acusan una
pérdida creciente de estudiantes. En 2006, por cada 100 personas en edad
escolar, 51 estaban inscritos en el sistema educativo. Hoy, por cada 100,
apenas 32 reciben formación. De acuerdo con la Encuesta Nacional de
Condiciones de Vida (Encovi), en Venezuela 28% de los escolares no asisten
a clases por falta de agua, 22% por carencias de alimentos en el hogar y 13%
por el incumplimiento de la dimensión alimentaria en la escuela.
La crisis
educativa también ha derivado en la pérdida de escuelas. El Instituto
Nacional de Estadística (INE) indicó que, desde 2016, han desaparecido
1.275 planteles educativos: 848 escuelas públicas y 427 privadas. De 30.687
planteles educativos que había en 2016, quedan 29.412. Realidad contraería a la
aseveración de Nicolás Maduro quien expresó recientemente que “a pesar de la
guerra económica, no se ha cerrado ni se cerrará jamás una escuela”.
En
cuanto al reclamo público de los maestros y su imprescindible e insustituible
misión en cualquier sociedad, es urgente reconocer que hoy en Venezuela
enfrentan su crisis más profunda a nivel salarial, conminados a abandonar las
aulas de clase, a buscar otros empleos y a emigrar. En 2019 estaban en sus
posiciones 527.538 maestros hoy quedan 263.769, un proceso que continua de
forma indetenible. Según datos de UDSE 50% de los profesionales en educación
integral, especial, matemáticas, física, química, biología e inglés, ya no
están en las aulas de clases. Los maestros en Venezuela apenas pueden
adquirir 5% de la canasta básica de alimentos. El docente de mayor rango
percibe un poco menos de 10 dólares al mes. Mientras que el de menor escalafón
no llega a los 5 dólares. Una consecuencia de la escasez de maestros ha sido la
aparición de los llamados maestros “piratas”, según el experto en
educación Leonardo Carvajal, con 17 años, carecen de la titulación
adecuada para impartir las clases que se les asignan.
Otro
gran reto en la reconstrucción institucional es el referido al sistema de
justicia, hoy brutalmente trastornado, profanado, tergiversado, ámbito en el
cual se plantea el gran desafío que representa la ruptura con el Estado de
Derecho. Lo más significativo es el control del Tribunal Supremo de
Justicia (TSJ) ejercido desde el poder político y exactamente desde el
Ejecutivo.
Con la
reforma de la Ley del TSJ en mayo de 2004 entró en vigor la muy cuestionada Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (LOTSJ), aprobada por la mayoría
parlamentaria oficialista en la Asamblea Nacional. Su objeto expreso fue
aumentar el número de jueces (“magistrados”) en cada una de las Salas del TSJ,
para asegurar el control político de las mismas. Muestra de una
década de intolerancia política y oportunidades perdidas para el progreso de
los Derechos Humanos en Venezuela. Otro evento significativo de la crisis del
sistema de justicia fue la elección de magistrados. En el año 2010, se
eligieron anticipadamente nueve (9) nuevos magistrados titulares para el TSJ y
32 suplentes. El proceso de selección comenzó debido a la jubilación extraña
acordada el 14 de mayo de 2010, por la Sala Plena del TSJ cuando se dictó la
resolución No. 2010.
Para
enfrentar esta destrucción del sistema de justicia es imprescindible conocer
qué proponen nuestras facultades de Derecho de las universidades nacionales.
¿Cómo lograr transitar de la justicia como un área institucional doblegada y
subordinada al poder central y transformarla en todo un andamiaje al servicio
del ciudadano, de los derechos civiles, políticos, humanos? Este es un campo de
alta sensibilidad, en ella descansa uno de los pilares fundamentales del
equilibrio democrático, se trata de cómo y qué hacer para que la justicia sea
impecable y genere la confianza que requiere la vida ciudadana en su sistema
político.
Sin
olvidar un tema vital para la reconstrucción institucional es el relativo
al carácter electoral de la democracia. Según Norberto Bobbio “el
sufragio universal es la característica para que una sociedad moderna pueda ser
considerada como democrática”. La inquietud que subyace a este tema sería ¿cómo
rehacer la confianza en una institución electoral equilibrada que garantice al
ciudadano que sus aspiraciones sean respetadas?
Siempre
en cada campo de reconstrucción surge el inquietante peligro que conlleva la
transición de un modelo sin autonomía a otro autonómico, al servicio de los
nobles fines de la democracia. Uno de los mayores obstáculos en la
reconstrucción de las instituciones jurídicas es cómo enfrentar la corrupción
judicial, hasta dónde han sido impregnados los jueces y tribunales de
descomposición y servilismo. Enderezar los registros públicos convertidos en
mercaderes de los requerimientos legales de los ciudadanos en el cumplimiento
de las grandes decisiones de los tribunales sobre la suerte de los ciudadanos.
¿Qué hacer, cómo mover el ejército de funcionarios del sistema judicial a una
posición orientada al servicio al ciudadano?
El
desafío en todos los campos institucionales es cómo y qué rescatar, cuáles
decisiones y ejecuciones pueden contribuir a una transición positiva, a
una reeducación de los servidores públicos que les permita lograr sintonía con
la ciudadanía y no con las órdenes que emanan de centros de represión política.
Cómo hacer para que el ciudadano recupere la confianza en los defensores
institucionales de sus derechos, quiénes serán los nuevos jueces de conducta
transparente, defensores del ciudadano y de sus derechos, pero a la vez capaces
de reconocer objetivamente las violaciones, aplicar castigos, acabar con
la impunidad criminal y aplicar sanciones coherentes y equilibradas.
En
todos estos planos, la educación, la salud, la justicia se imponen los
grandes retos que implican reconstruir un Estado al servicio del
ciudadano, pero también rescatar, aunque sea con pinzas, los avances, los
nuevos aprendizajes, las ideas nuevas que hayamos podido aprender; ser capaces
de reconocer al inmenso caudal de gentes que intentaron aun en las condiciones
más adversas actuar con honestidad, fieles a la verdad, a la ley, defendiendo
los derechos ciudadanos, estamos seguros que se encontrarán grandes hallazgos
en este terreno.
Uno de
los campos más importantes de la reconstrucción institucional es el correspondiente
a la valoración de nuestra gente: los maestros, el personal de salud, médicos,
enfermeras y la gran variedad de servidores públicos, los que con su capacidad
técnica han sido responsables de reparar todo tipo de averías eléctricas,
sanitarias, telefónicas, seguridad personal y patrimonial, resolviendo
problemas operativos de la cotidianidad, es imprescindible rescatar su dignidad
y reconocer sus derechos, ubicarlos en los lugares que se merecen por haber
tenido la educación de las generaciones presentes y futuras en sus manos
y haber sobrevivido a las terribles circunstancias que pesaban sobre
nuestros sistemas educativos, sanitarios, servicios públicos en todos los
niveles desde el primario hasta los más complejos, la atención curativa
hospitalaria y la resolución de problemas técnicos implicados en la
conexión con servicios públicos indispensables para el funcionamiento de
los hogares.
Muchas
inquietudes surgen respecto a la seguridad, la protección ciudadana y el campo
militar. Quizás el prioritario, además de reconocer sus dificultades, sea el
desplegar una gran acción de rescate moral y ética de todas las instituciones
que portan armas, para defender la libertad y la integridad ciudadana y
el respeto a los valores de la civilidad de la cual deben ser sus
grandes servidores.
Es
importante acercarse y conocer cómo se transmite el conocimiento de nuestra
historia como país, nación, Estado, en las instituciones que forman a los defensores
de la libertad ciudadana. ¿Cómo se genera un criterio de pertenencia en un país
que aspira vivir en democracia plena? Los cuerpos armados en Venezuela deben
tener acceso a un conocimiento profundo del país, cómo se conformó, cuáles han
sido sus grandes logros y cuáles los desafíos. No puede taparse el sol con un
dedo y cambiar la historia hacia una versión adulterada de víctimas, culpables
y de vengadores del honor nacional.
El
campo de las instituciones armadas se presenta como el terreno propicio para
sembrar nuevos valores no de dominación sino de libertad, no de sumisión
sino de servicio, erradicar la debilidad ante la corrupción y la riqueza fácil,
sobre todo poder reconocer con grandeza y humildad que son servidores públicos
cuya misión es garantizar que todos los ciudadanos confíen en sus instituciones
y lo muestren en su comportamiento cotidiano.
No es
posible relegar el aprendizaje que hemos recibido a la fuerza al vivir día a
día la destrucción de los medios de comunicación independientes, la saña
ejercida para robar nombres y tradiciones periodísticas, doblegar conciencias y
arrebatarles a los ciudadanos venezolanos la posibilidad de mirar al mundo,
conocer sus realidades, confrontar las versiones sobre nuestra historia y
cotidianidad. Será un gran día de fiesta nacional cuando se anuncie que la
dictadura comunicacional ha sido terminada, que la pérfida institución llamada
“Conatel” ha cesado en sus funciones represivas, y que nuestros periodistas en
todos los campos pueden ejercer de nuevo sus funciones como los ciudadanos
libres que son. Bienvenido el primer día de reapertura y operación de RCTV y Radio
Caracas Radio, el momento en que El Nacional recupere su
sede, el día en que de nuevo se abran los quioscos de venta de periódicos, como
en cualquier ciudad civilizada del mundo.
En
estos momentos que se debaten candidaturas para dirigir el país con base en
una elección primaria es menester que los aspirantes reconozcan la
dimensión de una tarea que históricamente no ha tenido comparación, se trata de
cómo plantea ese gran conocedor de nuestra historia Elías Pino Iturrieta y su
contraparte la joven periodista Adriana Núñez Rabascall, de comenzar a corregir
las malas maneras, crear
conciencia ciudadana y ejecutar un infinito y vasto plan de reconstrucción
institucional que nos conduzca por el buen camino hacia lo que podemos ser, un
país de ciudadanos responsables, libres e iguales.
ISABEL
PEREIRA PIZANI
@isapereirap
Invitamos
a suscribirse a nuestro Boletín semanal, tanto por Whatsapp como vía correo
electrónico, con los más leídos de la semana, Foros realizados, lectura
recomendada y nuestra sección de Gastronomía y Salud. A través del correo
electrónico anunciamos los Foros por venir de la siguiente semana con los
enlaces para participar y siempre acompañamos de documentos importantes,
boletines de otras organizaciones e información que normalmente NO publicamos
en el Blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico