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viernes, 17 de mayo de 2024

Futuro de paz, por Fernando Luis Egaña


Fernando Luis Egaña 16 de mayo de 2024

Esa paz verdadera requiere que la hegemonía imperante sea superada por los caminos de la Constitución, y que sus responsables encaren la acción de la justicia independiente

El conjunto de la nación anhela un futuro de paz. Y hay quienes buscan impedirlo, porque la violencia, la represión, la intimidación y la impunidad, son el ambiente necesario para ejercer su poder despótico.

Se aprecia, entonces, cómo un poder cupular alcanza a controlar a un país, a imponer su afán de dominio, y a sustituir la soberanía popular, por la obsesión del continuismo.

En una realidad así, ¿es posible un futuro de paz? Es difícil pero es posible. No me refiero a la paz «estática» de la resignación colectiva. No. Me refiero a la paz «dinámica» de la justicia, la convivencia democrática, el desarrollo económico.

Esa paz verdadera requiere que la hegemonía imperante sea superada por los caminos de la Constitución, y que sus responsables encaren la acción de la justicia independiente.

La venganza no conduce a la paz sino que siembra o produce más violencia. La justicia si lleva a la paz, entre otros motivos, porque demuestra que el mal no prevalece ante el bien, el derecho, y la voluntad de cambio.

Un futuro de paz es fundamento para la reconstrucción nacional.

Fernando Luis Egaña


 
 

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