San Josemaría 04 de mayo de 2024
@sJosemaria
¡Madre!
-Llámala fuerte, fuerte. -Te escucha, te ve en peligro quizá, y te brinda, tu
Madre Santa María, con la gracia de su Hijo, el consuelo de su regazo, la
ternura de sus caricias: y te encontrarás reconfortado para la nueva lucha.
(Camino, 516)
Para
comprender el papel que María desempeña en la vida cristiana, para sentirnos
atraídos hacia Ella, para buscar su amable compañía con filial afecto, no hacen
falta grandes disquisiciones, aunque el misterio de la Maternidad divina tiene
una riqueza de contenido sobre el que nunca reflexionaremos bastante.
Hemos de amar a Dios con el mismo corazón con el que queremos a nuestros padres, a nuestros hermanos, a los otros miembros de nuestra familia, a nuestros amigos o amigas: no tenemos otro corazón. Y con ese mismo corazón hemos de tratar a María.
¿Cómo
se comportan un hijo o una hija normales con su madre? De mil maneras, pero
siempre con cariño y con confianza. Con un cariño que discurrirá en cada caso
por cauces determinados, nacidos de la vida misma, que no son nunca algo frío,
sino costumbres entrañables de hogar, pequeños detalles diarios, que el hijo
necesita tener con su madre y que la madre echa de menos si el hijo alguna vez
los olvida: un beso o una caricia al salir o al volver a casa, un pequeño
obsequio, unas palabras expresivas. (Es Cristo que pasa, 142)
Tomado
de: https://opusdei.org/es/dailytext/madre-llamala-fuerte-fuerte/
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