miércoles, 27 de abril de 2022

Himnos, por @Paugamus


Paulina Gamus 26 de abril de 2022

@Paugamus

El diccionario de la Real Academia ofrece varias definiciones de la palabra himno, algunas de ellas están relacionadas con aspectos religiosos. La que se adapta más directamente con nuestro concepto general de himno, es:  «Composición musical emblemática de una colectividad que la identifica y que une entre si a quienes la interpretan».

Los venezolanos padecemos  una especie de himnitis aguda, no existe profesión, entidad, colegio, liceo, que no tenga un himno. Aún recuerdo, después de más 70 años, el himno de mi inolvidable e irrepetible escuela, la Experimental Venezuela: «Venezuela tus clarines, tus arados Venezuela, la pupila de tus lagos, la esmeralda de tus selvas. El regazo del Caribe, las palomas de tus velas, para aquellos que te quieren, son tus hijos Venezuela….»  Hermoso sin duda y cantado por los niños en cada acto escolar,  mucho más.

Uno de los himnos que más me emociona al  oírlo es el de Francia,  La marsellesa. Si alguien quisiera adaptarlo  a las actuales normas de lo políticamente correcto y de respeto a los derechos humanos, sin duda eliminaría la estrofa que dice: «A las armas ciudadanos, formen vuestros batallones,  que una sangre impura riegue nuestros campos».  El himno ruso según tengo entendido, es el mismo de la Unión Soviética. Resulta curioso que nadie, es decir Putin, haya procurado cambiarlo, quizá porque tiene una estrofa  muy reveladora: «la eterna unión de los pueblos hermanos». ¿Ucrania, por ejemplo?. España tiene un himno sin letra, no podía ser de otra manera  en un país que aparte de una nacionalidad, tiene varias varias subnacionalidades. Esto sin pretender ofender a ninguna de ellas.

Los himnos nacionales son parte de la tradición de un país. El himno de los Estados Unidos de Norteamérica, tiene unos agudos que hacen muy difícil su interpretación. Hace años hubo un movimiento para  cambiarlo por  God Save America, una suerte de himno sentimental de los ciudadanos de ese país, pero no prosperó precisamente por respeto a la tradición.

Así llegamos a nuestro himno nacional Gloria al bravo pueblo”.  Siempre me llamó la atención una estrofa que me parecía incomprensible: » A este santo nombre tembló de pavor, el vil egoísmo que otra vez triunfó». Fue declarado himno nacional de Venezuela por el presidente  Guzmán Blanco en 1881 y tuvieron que pasar 118 años para entender lo profético o vidente que fue Vicente Salias al escribir su letra. 

Sirva la introducción para llegar al reciente cambio no solo del himno sino de todos los símbolos que identificaron durante 400  a la ciudad de Caracas. El escudo con el león de Santiago fue sustituido por uno donde aparecen la imagen de Guaicaipuro, la del Negro Primero  y en el mismo orden de importancia, la del Libertador Simón Bolívar.

Tuve la curiosidad de indagar quién fue el autor del despropósito y se trata de un artista plástico llamado Omar Cruz quien fue condecorado el 10 de mayo de 2021 por el Concejo Municipal del Municipio Bolivariano Libertador (es decir Caracas) y declarado además algo tan cursi como comprometedor: «Patrimonio cultural viviente de la ciudad de Caracas».

La bandera también cambiada, por más explicaciones que se ofrezcan para describirla y sin detenerse en los colores, tiene a simple vista una cierta similitud con la bandera cubana.  En cuanto al himno que es el meollo de esta nota, diré que fui concejal de Caracas entre 1974 y 1979.   No teníamos un himno y me alegro, no imagino a mis colegas de entonces entonándolo. Fue en 1984 que un jurado integrado por Jesús Ignacio Pérez Perazo, Lucas Guillermo Castillo, Álvaro Páez Pumar y José Antonio Abreu , aprobó el himno de Caracas con letra de Chelique Sarabia y música de Tiero Pezzzuti de Matteis.  En la metodología para aprobar ese himno ya desplazado, está la diferencia.

El nuevo himno se llama Caracas vencerá, no sabemos cuándo, cómo, ni a quiénes. Una de sus estrofas más significativas es la tercera: «En Caracas 27 de febrero, nuestro pueblo a la calle se lanzó. Al pasado jamás regresaremos.. Pueblo cimarrón de resistencia…» El autor de la letra, Noel Márquez, narra de dónde vino su inspiración. Además de recalcar la lucha contra el colonialismo y el imperialismo, habla de algo más novedoso: «Allí cobra máxima significación la rebelión del 27 de febrero  de 1989 contra políticas neoliberales impuestas por intereses foráneos y complicidad de aliados internos».

Hasta en un himno que se supone es de todos los caraqueños, el oficialismo procura transformar la ola de saqueos ocurrida en el trágico evento conocido como el «Caracazo», en una gesta heroica. Quienes han saqueado al país durante 22 años no pueden menos que elogiar a quienes participaron de esa orgía de robo, destrucción y muerte.

Caracas no necesita un himno, ninguno podrá superar  el Canto a Caracas de un dominicano de origen y caraqueño de corazón como Billo Frómeta:  «Para cantarte a ti mi Caracas puse al arpa todas las cuerdas de oro, para cantarte a ti mi Caracas le he pedido al poeta que le ponga a mi verso toda su inspiración. Y es que yo quiero tanto a mi Caracas…» Una canción sin pretensiones de himno con la que todos los caraqueños podemos identificarnos sin distinción de ideologías, como esa que  elogia el saqueo.

Paulina Gamus

@Paugamus

  

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