Por Héctor Silva Michelena
El Instituto de Medicina
Tropical de la UCV se vio obligado a cerrar sus puertas el jueves pasado debido
a los actos vandálicos de los que ha sido víctima en lo que va de año y que ha
empeorado en las últimas semanas, con el robo de varios equipos y la
destrucción de varios equipos.
“No tenemos la menor idea de
cuándo podremos volver a funcionar porque aún no hemos terminado de hacer la
evaluación de los daños. Tampoco sabemos cuándo se reanudarán las clases,
porque ahora tenemos miedo por la seguridad de los estudiantes”, expresó la
doctora Raiza Ruiz, que dirige el instituto.
Ruiz destacó que en los
últimos 15 días la situación se puso peor. “Primero entraron y destrozaron por
completo el laboratorio de micología, donde se hacen pruebas de hongos y de
bacteriología. Este domingo volvieron a entrar y hubo un ensañamiento terrible:
destruyeron todas las puertas de seguridad e ingresaron a los laboratorios
donde se hacen las pruebas de chagas y toxoplasmosis. Se llevaron todo:
computadoras, microscopios, inyectadoras para tomar muestras a pacientes y
regaron los reactivos”, añadió la doctora. Asimismo, señaló que el pasado lunes
en la noche volvieron a irrumpir en las instalaciones. “Destruyeron lo poco que
quedaba del laboratorio de micología. Entraron en todos los demás sitios, hasta
las áreas administrativas, y se llevaron equipos que son invalorables para
nuestro trabajo”.
El Instituto de Medicina
Tropical de la UCV fue fundado en 1947 y existen estudios que únicamente pueden
llevarse a cabo en sus instalaciones. “Hay diagnósticos en los que este
instituto es el único que los puede hacer en todo el país. Esas personas se expusieron
a un material biológico extremadamente peligroso, y deben buscar atención
médica porque están expuestas a un hongo potencialmente letal”, destacó la
doctora Ruiz, al tiempo que añadió que “lamentablemente, ya no las podemos
atender aquí, que es uno de los pocos centros donde se presta diagnóstico para
esas patologías”.
Sin embargo, manifestó su
optimismo ante los acontecimientos y la crisis generalizada en el país. “Aquí
seguíamos, de alguna manera, guapeando, tratando de hacer las cosas. Funcionábamos
con recursos superdeficitarios, a punta de proyectos de investigación, recursos
propios, donaciones y lloradera en todas partes. Ahora vienen y nos roban”.
“En este momento, como la
gente de Tumeremo, que ya no está pidiendo justicia sino sus muertos, nosotros
lo que estamos pidiendo es seguridad para poder seguir trabajando por nuestros
pacientes y nuestro instituto. Ya veremos cómo hacemos nosotros mismos para
volver a adquirir los equipos”, concluyó. Esto no es todo. La universidad está
atada al garrote vil del gobierno.
Pero ¿qué era y cómo
funcionaba el garrote vil? Este método de ejecución terminaba con la vida de
los condenados a la pena capital mediante la rotura del cuello. El 19 de abril
de 2013 inició Maduro su mandato formal para culminar el periodo constitucional
2013-2019. Bajo su mandato se discutió y aprobó la ICCU, en julio de 2013, acto
que no solo subvertía, por la fuerza, el papel jugado por Fapuv durante más de
20 años, ejerciendo la representación y defensa de los profesores universitarios,
debidamente reconocida por el CNE el 25 de noviembre de 2005, como organización
gremial. Fapuv agrupa más de 18 asociaciones universitarias públicas nacionales
y representa a unos 50.000 miembros del personal docente, investigación y
extensión.
El instrumento que la rige son
las Normas de Homologación de Sueldos, Salarios y otros beneficios adicionales
que datan de 1982, y que siguen en plena vigencia. A pesar de los conflictos
desarrollados, Fapuv siempre defendió la trascendencia de la universidad
autónoma, democrática y plural, como recinto de la libertad de expresión y del
pensamiento crítico. La CCUII intentó subsumir a la universidad en un estado de
clara inclinación totalitaria.
Hagamos historia. El 30 de
junio de 1933, en la Gaceta Estudiantilde Friburgo, el nuevo rector,
Martin Heidegger, publicaba un llamamiento titulado “El servicio del trabajo y
la universidad”. Allí define el campamento de trabajo como el lugar de
una nueva patentización de la comunidad del pueblo”. El campamento, como una
nueva realidad, y la universidad se proponen “recoger, en un recíproco dar y
tomar, las fuerzas educativas de nuestro pueblo en aquella nueva unidad
de raíz desde la cual el pueblo se obliga a actuar para el futuro en su
Estado”.
A mayor abundamiento,
mencionaremos la conferencia pronunciada por Heidegger en Tubinga el 30 de
noviembre de 1933, que llevaba por título “La universidad en el Estado
nacionalsocialista”. Allí el gran filósofo quiere aparecer como el genuino
nacionalsocialista, superior al mismísimo Führer, quien había hablado del final
de la revolución y del comienzo de la evolución. Y ello porque Heidegger
planteó la tesis según la cual la revolución en la universidad aún no había
siquiera comenzado. Allí el rector parte de la “carencia de fin” de la
enseñanza y del “desenfreno” de la investigación. Algo increíble hoy en día
para un profesor universitario. Todo ello lo contrapone Heidegger, por un lado,
con la futura “camaradería” entre docentes y estudiantes, quienes en conjunto
son “trabajadores”; y, por otra parte, con una nueva relación respecto del ente
en total, es decir, una unidad cuyo punto de referencia es el Estado, en el
cual el pueblo puede tener su historia.
El filósofo emplea términos
como “fuerza de mando”, lo “primitivo” donde yace el verdadero humanismo, y
“movimiento ofensivo”. Uno tiene la fuerte impresión de que la verdad es
siempre “nacional”, puesto que dice: “Aprender significa darse a sí mismo desde
la posesión primitiva de su existencia nacional y descubrirse a sí mismo como
el poseedor de la verdad del pueblo en su Estado”. La afinidad de estos
párrafos con el contenido de las dos CCU impuestas por el gobierno “patriótico”
hiela la sangre.
Que Maduro ignore las palabras
de José Martí: “Ser cultos es el único modo de ser libres”, no sorprende a
ningún universitario, pero que su nuevo ministro de Educación Universitaria,
Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, un egresado de la UCV, también lo ignore,
demuestra su docilidad al darle la espalda a la universidad autónoma, y sostener,
como lo había hecho su predecesor Pedro Calzadilla, también egresado de la UCV,
que las universidades estaban obligadas a aplicar, por segunda vez, una
Convención Colectiva Única (CCUII), ignora el papel de la universidad en el
desarrollo de nuestra cultura y nuestra identidad.
A lo largo de su rica y
extensa historia la universidad ha sabido responder al reto del desarrollo de
las ciencias, en cada tiempo y lugar: la universidad tiene una doble misión,
mediante una memoriza, conserva y regenera una herencia cultural de
conocimientos; mediante la otra transmite ideas, valores y también regenera
conocimientos. El frontispicio de la Universidad de Heidelberg dice: “Al
espíritu vivo”.
Otra herramienta que utiliza
el gobierno para hacer creer que las universidades no cumplen con su función
docente es la creación de sindicatos fantasmas cuyo único propósito es crear el
caos en el recinto universitario, en todos sus aspectos: administrativo,
docente y de mantenimiento y aseo, con el pretexto de que se les pagan bajos
salarios y de que a muchos de ellos la universidad los considera
“tercerizados”, lo cual es absolutamente falso, pero aceptado como válido por
el gobierno. ¿Fueron, en verdad, vándalos, quienes asaltaron Medicina Tropical?
Vale recordar lo que sobre el
socialismo dijo un gran estudioso francés, Edgard Morin: “La palabra socialismo
se degradó completamente con el triunfo del socialismo totalitario, y se
desacreditó por completo después de su caída”. Es un pensamiento en
ruinas.
18-03-16
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