San Josemaría 14 de marzo de 2020
@sJosemaria
El
espíritu de mortificación, más que como una manifestación de Amor, brota como
una de sus consecuencias. Si fallas en esas pequeñas pruebas, reconócelo,
flaquea tu amor al Amor. (Surco, 981)
Penitencia,
para los padres y, en general, para los que tienen una misión de gobierno o
educativa, es corregir cuando hay que hacerlo, de acuerdo con la naturaleza del
error y con las condiciones del que necesita esa ayuda, por encima de
subjetivismos necios y sentimentales.
El
espíritu de penitencia lleva a no apegarse desordenadamente a ese boceto
monumental de los proyectos futuros, en el que ya hemos previsto cuáles serán
nuestros trazos y pinceladas maestras. ¡Qué alegría damos a Dios cuando sabemos
renunciar a nuestros garabatos y brochazos de maestrillo, y permitimos que sea
El quien añada los rasgos y colores que más le plazcan! (Amigos de Dios, 138)
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