Matt Spetalnick y Sarah N. Lynch 26 de marzo de
2020
@mattspetalnick y @SarahNLynch
Estados
Unidos acusó el jueves al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y a otros
altos funcionarios de su gobierno de “narcoterrorismo”, la más reciente medida
en la campaña de presión de la administración de Donald Trump contra el líder
socialista.
El
Departamento de Estado de Estados Unidos ofreció una recompensa de hasta 15
millones de dólares por información que lleve al arresto o procesamiento de
algunos ciudadanos venezolanos, incluido el presidente Maduro, a quien
Washington quiere lejos del poder.
“El
Departamento ofrece un recompensa de hasta 15 millones de dólares por
información relacionada con Nicolás Maduro Moros”, dijo la cartera en un
comunicado.
El
fiscal general de Estados Unidos, William Barr, anunció los cargos contra
Maduro, quien ya enfrenta sanciones del gobierno de Trump, como parte de un
conjunto de medidas para presionar su salida del poder.
En
Caracas, el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, denunció que el gobierno de
Trump busca ganancias electorales en el estado de Florida con las acusaciones
contra Maduro.
Arreaza
dijo a la televisión estatal venezolana que los señalamientos eran “miserables,
vulgares e infundados”.
“Ofrecer
recompensas al estilo de los vaqueros racistas del lejano oeste demuestra el
desespero de la elite supremacista de Washington y su obsesión contra Venezuela
para alcanzar réditos electorales en el estado de la Florida”, dijo el
canciller.
Barr
acusó a Maduro y algunos de sus colaboradores de conspirar junto con un
disidentes de la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC) “para inundar Estados Unidos con cocaína”.
“Mientras
el pueblo venezolano sufre, esta camarilla (...) se llena los bolsillos”, dijo
Barr sobre Maduro y los más de una docena de otras personas que fueron
acusadas, una lista que incluye al ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir
Padrino López, al presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno y
al presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, segundo
hombre fuerte del gobierno.
El
Departamento de Estado ofreció una recompensa de 10 millones de dólares por
información que lleve al arresto o procesamiento de Cabello.
La
acusación, una inusual acción de Estados Unidos contra un mandatario en
funciones de otro país, marca una significativa escalada de Washington contra
Maduro, en momentos en que funcionarios estadounidenses han dicho que Trump
está cada vez más frustrado con los resultados de su política hacia Venezuela.
Estados
Unidos y otras decenas de países reconocen al líder opositor Juan Guaidó como
el presidente legítimo del país. Pero Maduro se ha mantenido en el poder con el
apoyo de los militares, y de países aliados como Rusia, China y Cuba.
Los
funcionarios estadounidenses acusan a Maduro y sus colaboradores de convertir a
Venezuela en un “narcoestado”, tras asegurar que utilizan los fondos del
narcotráfico para compensar la caída de los ingresos de sus exportaciones
petroleras, en medio de las severas sanciones contra la estatal PDVSA.
Las
acusaciones expedidas en Nueva York, Florida y Washington.
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