Carlos Tablante 26 de marzo de 2020
@TablanteOficial
Todos
sabemos que el principal responsable de las carencias y el desastre que hoy
sufrimos en Venezuela es el usurpador y a pesar de la resiliencia de nuestro
pueblo, para impulsar el cambio urgente que necesita el país, la dictadura
mantiene secuestrado al Estado controlando de manera perversa el poder interno
a favor de sus mezquinos intereses.
Como
es obvio, con el surgimiento de la pandemia, en Venezuela estamos en una
emergencia dentro de la emergencia que nos obliga a actuar con inteligencia en
medio de graves complejidades para detener la catástrofe del coronavirus que
amenaza la vida de millares de venezolanos ya debilitados por la falta de
alimentos, medicinas, tratamientos médicos y servicios básicos como el agua, la
electricidad, el gas y la gasolina, de lo cual, sin duda alguna, el principal
responsable es Maduro.
Lo
urgente, en una situación de socorro y auxilio como la actual, es salvar vidas
y para ello el presidente encargado Juan Guaidó ha dicho que está dispuesto a
hacer todo lo que sea necesario a fin de conseguir recursos y apoyo
internacional para la adquisición de insumos médicos como mascarillas, guantes,
respiradores y demás equipos de protección para enfrentar al virus, a través de
la OMS, la OPS y de la Cruz Roja, para entregárselo directamente al personal
sanitario a través de la Federación Médica y del Colegio de Enfermeras.
También
se podría aprobar en la Asamblea Nacional la creación de una comisión paritaria
integrada inclusive con diputados del PSUV, con la asesoría de los expertos y
científicos, que podría supervisar y facilitar la gestión de crisis frente a la
pandemia.
Es
innegable que quien obstaculiza las soluciones que el país reclama es el propio
Maduro que se aferra al poder con una ambición desmedida pisoteando la
Constitución y la legalidad a su antojo. A lo que debemos agregar ahora la
decisión del Departamento de Justicia de EEUU de este jueves que hace graves
señalamientos contra Maduro y su entorno: Diosdado Cabello, Maikel Moreno,
Vladimir Padrino López, Hugo Carvajal, Tareck El Aissami y Samark López Bello,
entre otros.
Al
igual que con las sanciones, la responsabilidad es personal contra los
integrantes, tal como lo definimos en 2013, de un entramado criminal que
sustituyó al Estado de Derecho, convirtiéndolo en un estado delincuente y
permitiendo el gran saqueo de los recursos públicos como nunca se había visto
en la historia republicana venezolana.
Todo
esto plantea, por la urgencia de los eventos que sacuden al país, la necesidad
de retomar la hoja de ruta de las conversaciones de Oslo y Barbados donde se
planteó la opción de un gobierno de transición de unidad y emergencia nacional
con representación de la Asamblea Nacional, la FAN y el Psuv para gestionar la
crisis humanitaria compleja y restablecer el orden constitucional con la
convocatoria a elecciones presidenciales y parlamentarias, cumpliendo con los
estándares democráticos internacionales para abrir la vía electoral y evitar
así que aumente el desastre y la tragedia que viven las mayorías de nuestro
país.
Llegó
la hora decisiva. Necesitamos mas unidad y una conducción politica que acompañe
a nuestro pueblo en esta dura experiencia, acechado por carencias y amenazas.
Los
diputados de la AN, siendo el poder más representativo y legitimado con el voto
de mas de catorce millones de venezolanos, tienen que declarase en sesión
permanente a través de medios tele-máticos y, en medio de la precariedad
institucional impuesta por el régimen (diputados perseguidos y en el exilio),
para ofrecerle a Venezuela una alternativa realizable en el proceso de
reconstrucción en el que todos debemos involucrarnos para salir de esta etapa
oscura de desesperanza.
Atender
una emergencia de estas características en tiempos de dictadura es un
monumental reto para las fuerzas democráticas venezolanas pero es absolutamente
necesario si queremos evitar una tragedia sin precedentes.
Carlos
Tablante
@TablanteOficial
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