José Ángel Barrueco 29 de febrero de 2020
@j_a_barrueco
Un
filme sobre la familia, los errores y el perdón
En el último tercio de esta película, Ronald, el padre
de familia, le dice a su hija, devorada por la culpa debido a algo que ocurrió
hacia la mitad del filme y que no podemos desvelar: ¿Recuerdas el
versículo favorito del abuelo? Decía: “El odio suscita rencillas… pero el amor…
el amor perdona todas las faltas… Y yo te amo muchísimo”.
Ronald suele llevar a su familia a la iglesia, donde
al principio del largometraje escuchamos a un reverendo hablar sobre el amor y
el odio (palabras, ambas, de cuatro letras, como les recuerda a los
feligreses), y su mensaje es clave en el desarrollo de la trama y en la actitud
de los personajes; entre otras cosas, ese hombre sostiene que El amor
también olvida el error. Si nos dedicamos a amar al prójimo, el odio cesará.
Waves, que
significa “Olas”, y que ha sido ridículamente titulada aquí Un momento
en el tiempo, es una espléndida película a la que en España no se le ha
prestado toda la atención que merecía, aunque en su país de origen, Estados
Unidos, cosechó un buen número de premios y de nominaciones y fue rodada en
tres formatos de pantalla diferentes, que van cambiando a medida que varían las
circunstancias de los personajes principales.
El director y guionista, Trey Edward Shults, nos
presenta a una familia de color y de clase alta formada por el padre (Sterling
K. Brown), un viudo que volvió a casarse, la madrastra (Renée Elise Goldsberry)
y los dos hijos (Kelvin Harrison Jr. y Taylor Russell), ambos en la
adolescencia y ambos figuras centrales de las dos partes en las que podríamos
dividir el filme.
En la primera parte asistimos a los amores del varón,
Tyler, con su novia Alexis (Alexa Demie), blanca y con raíces mexicanas. Tyler
trata de destacar en la lucha libre y se ve sometido a los asedios de su padre
para que sea el mejor, entrene más y sea el número uno en todos los campos.
Pero Tyler arrastra una lesión en el hombro (que teme
confesar a sus padres) y deja embarazada a su novia, lo que supondrá el meollo
de sus problemas y su mala gestión para afrontarlos y le empujará a cometer
errores graves.
En la segunda, tras una especie de paréntesis o
vínculo que conecta las dos historias, es la hija, Emily, quien se enamora de
un blanco, Luke (Lucas Hedges), un muchacho cuyo padre está enfermo de cáncer.
Es en esta segunda mitad del filme cuando Emily habla
con Ronald, su padre, y éste le dice que se guíe por el amor y por el perdón
(como indicábamos en las primeras líneas de este texto), porque aferrarse al
odio destruye a una persona. Emily tratará de arreglar lo que se ha roto, ya
sea respecto a su familia o respecto a la de Luke. Es como si los más jóvenes
trataran de aprender de sus mayores para reparar los daños.
Waves es
una película que concede mucha importancia a las texturas, a los colores, a la
música, a las sensaciones, a toda esa gama sensorial en la que Terrence Malick
es el gran experto.
Dichas sensaciones son las que tratan de transmitirnos
la variada gama de pasiones que rodean a los protagonistas: desde el amor hasta
el perdón pasando por la culpa, la enfermedad, la presión paterna, el
sufrimiento materno o la desorientación propia de los adolescentes en proceso
de aprendizaje y error hasta llegar a la maduración.
Si hubiera que reprocharle algo, sería el exceso de
tono dramático en un par de ocasiones. Por lo demás, denle una
oportunidad.
Ficha Técnica
Título original: Waves
País: Estados Unidos
Director: Trey Edward Shults
Guión: Trey Edward Shults
Música: Trent Reznor & Atticus Ross
Género: Drama / Romance
Duración: 135 min.
Reparto: Taylor Russell, Kelvin Harrison Jr., Sterling K. Brown, Alexa Demie, Clifton Collins Jr., Lucas Hedges, David Garelik, Elisa Lau, Neal Huff, Harmony Korine
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