Nota de Prensa 11 de octubre de 2022
El
documental venezolano “Oro de Sangre”, que narra los crímenes ambientales que
desde hace varios años ocurren al sur del río Orinoco, en la zona de Venezuela
impropiamente denominada “Arco Minero del Orinoco”, fue analizado en una nueva
edición del ciclo Tertulias por Venezuela.
Diez organizaciones de la sociedad civil organizaron la proyección privada del documental Oro de Sangre, dirigido por Thaelman Urgelles y Juan Urgell, donde participaron como panelistas su director y Américo de Grazia. Aragua en Red, Ciudadanía Activa, Compromiso Ciudadano, Espacio Abierto, Gente del Petróleo, Grupo La Colina, La Tertulia de los Martes, Manifiesta, Médicos Unidos de Venezuela y Red Org Baruta, quienes promovieron este interesante intercambio, donde la audiencia asistente al evento pudo intervenir con reflexiones y preguntas ante este importante tema.
El
régimen presentó El Arco Minero como un proyecto legítimo de desarrollo
económico, esta operación se ha convertido en un ecocidio sin precedentes donde
se articula un entramado criminal de características transnacionales. En el
área se han estimado reservas por 700 toneladas de oro, cobre, diamante,
coltán, hierro y bauxita; también Uranio y otros minerales radioactivos. Las
consecuencias de la extracción indiscriminada de estas riquezas minerales
perjudican, masivamente, al medio ambiente y socava los derechos humanos de
decenas de comunidades indígenas, generando una catástrofe histórica oculta en
el pulmón vegetal del planeta.
El
crimen ambiental y humanitario en el territorio del Arco Minero del Orinoco es
sin lugar a dudas la mayor crisis ecológica en la historia de Venezuela y quizá
de América latina. Una crisis que amenaza no solo la subsistencia de las
comunidades indígenas de la zona, sino la biodiversidad de la región amazónica
y del planeta; en la actualidad está afectando la provisión de energía
eléctrica a los venezolanos y a mediano plazo la destruirá.
La
operación del Arco Minero comprende una amplia serie de conflictos, que han
quedado sintetizados esencialmente en este cortometraje de 15 minutos: en
primer lugar y como tema central, la masiva destrucción ambiental que produce
la explotación minera en una de las regiones naturales más antiguas del
planeta, lo que la hace especialmente frágil y vulnerable; en segundo lugar, la
grave violación de los derechos humanos que dicha explotación produce contra
los habitantes de la región, en especial poblaciones autóctonas ancestrales; y
en tercera instancia, el entramado de; corrupción que, desde el poder impuesto
en Venezuela, habilita el saqueo de riquezas públicas por parte de sectores
particulares: civiles, militares y delictivos, tanto nacionales como
extranjeros. El resultado es un documental de denuncia social que busca motivar
a los espectadores a investigar y profundizar este crimen de lesa humanidad de
magnitudes históricas.
Tanto
Thaelman Urgelles como Américo de Grazia destacaron que no hay justificación
económica de la explotación del oro en el Arco Minero, ya que constituye menos
del 1 % del Producto Interno Bruto, y contamina las agua con cianuro y
mercurio. Con relación a la extracción de Coltán y otros minerales no hay
cifras que reflejen su impacto en la economía del país solo sirven para
enriquecer a unos pocos. Ante esto consideran que es más rentable para el país
y el resto de la humanidad, dejar esos minerales bajo tierra y ocuparnos de lo
que está encima de ella, la naturaleza y la gente.
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