martes, 27 de octubre de 2009
¿Cuándo nos vemos?
Por: Natalia B. Sánchez.
Todos lo hemos dicho. Epa, ¿cuándo nos vemos? O mejor, yo te llamo para que nos reunamos... Y eso queda en nada, todos lo sabemos. Es como un rito entre nosotros, los habladores criollos. En el fondo cuando decimos esas expresiones no tenemos la intención de hacerlo. Lo mismo pasa con el país. Todos disimulamos, en una sociedad que ha construido el disimulo como práctica social.
Como en muchas otras cosas, quien se opone fervientemente a las locuras del Gobierno parte de un supuesto errado que es pensar que ellos son venezolanos muy diferentes al resto. Yo creo que todos somos venezolanos y muy parecidos.
Y en lo que más nos parecemos es en considerar que es permitido saquear al país porque en el fondo nunca hemos creído que lo que se deriva del petróleo (la renta) es nuestro. Un venezolano común se pone furioso cuando se siente abusado, cuando alguien se mete en la cola, cuando se le quita una cosa aunque sea mínima, aunque nada valga, sólo por el hecho de que vino un abusador y se la quitó. No sólo en esta administración de Gobierno, sino en muchas otras, existe la sospecha de corrupción y, en el fondo, no nos molestamos tanto porque no sentimos que eso sea nuestro. Eso es una conciencia de ciudadanía que no forma parte del cemento colectivo, al menos del más masivo de la sociedad venezolana.
Nosotros fuimos primero venezolanos y después chavistas, razón por la cual, muchas de las explicaciones de por qué el comportamiento de quienes están en la cúpula de poder viviendo el socialismo sui generis rentista a lo criollo, están en nuestra noción de país, así como Tylor decía que los hombres tenemos la noción de progreso y civilización en nuestra mente.
Este no es el caso, o mejor dicho si hacemos una tomografía cultural al venezolano, resulta que sí tenemos la noción de desarrollo material como lo más asociado al desarrollo (indudablemente es una parte importante de éste) pero quizás no esté configurada una noción de institución, más allá del disimulo, de la habladera, del cuándo nos vemos, sin intenciones de vernos. Creo que pocas veces nos hemos tomado el país en serio, porque eso significaría una responsabilidad mayor y sobre todo nos haría sentir conciencia de abusados, y esa no nos gusta.
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Opinión y Noticias
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