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sábado, 10 de octubre de 2009

El Tremendo cansancio


Por Ana Julia Jatar.

“Y ahora ya ves lo que pasó, al fin nació, al pasar de los años, el tremendo cansancio, que provoco yo en ti". Así va la canción “Para vivir” del trovador de la Revolución Cubana, Pablo Milanés. Y ustedes me preguntarán: ¿y qué tiene que ver con la política actual de nuestro país? Mucho. Me explico. De acuerdo con los últimos sondeos de opinión sobre preferencias políticas, los otrora apasionados por Chávez sienten ese tremendo cansancio por la gigantesca disonancia cognitiva que existe entre lo que sigue prometiendo después de haber mandado once años y la triste realidad que nos tenemos que calar todos los días. Los versos de Alí Primera ya no le van así que le recomiendo a Hugo que la próxima vez que agarre el micrófono para cantarle a ese pueblo que lo oye sin escucharlo, trate con estas estrofas de Pablo ¬al fin y al cabo, un revolucionario de pura cepa¬ a ver si logra que le paren sus cada vez más escuálidas masas de obligados rojo-rojitos.

Pero el tremendo cansancio no se queda allí, sino que se esparce como un gas adormecedor en el resto del colectivo: los desencantados de Chávez se sienten huérfanos sin saber para dónde ir y los aguerridos opositores salen a marchar no cuando se les convoca sino cuando les provoca, es decir, muy de vez en cuando. Y es que el liderazgo de la oposición ¬con honrosas excepciones¬ parece no haber tomado nota de la magnitud del problema y sigue lanzándose flechas en vez de apuntarle al enemigo. La falta de acuerdo sobre las próximas elecciones para la Asamblea Nacional es un triste ejemplo. Es cierto que en democracia debe auspiciarse la competencia y la rivalidad entre candidatos, pero a los tiraflechas les pregunto: ¿Ustedes se creen la coba de que la tenemos? El país que desea libertad y, por ende, salir de este proyecto totalitario, que es la gran mayoría, sabe que para enfrentar lo que a Chávez se le ocurra sacarse se la manga ahora que pierde popularidad tenemos que estar muy unidos y muy mosca. En mi criterio, es imperante lograr una plancha única de las fuerzas opositoras de cara al año 2010, para tener la garra y la contundencia que requiere un mensaje que termine con este tremendo cansancio colectivo.

Todas las encuestadoras coinciden en decir que si las elecciones fueran hoy, y se realizaran libremente y en igualdad de condiciones, Chávez perdería ante un candidato único de la oposición. Hasta la encuestadora de Félix Seijas, que siempre favorece al Gobierno, le ha dado a Chávez la pésima noticia de que, de acuerdo con los últimos sondeos de agosto, el llamado bloque chavista baja a 41,5%, es decir, casi 13 puntos menos que dos años atrás.

El Gobierno y la oposición deben reflexionar seriamente sobre estos datos. Si esas nuevas actitudes políticas se reflejan en las movilizaciones de calle y en las elecciones parlamentarias del año que viene, el ajedrez político en el país cambiaría dramáticamente. Por ejemplo, si no pudiera mantener el control de más de los dos tercios del Congreso, a Chávez le sería constitucionalmente imposible, como lo hace ahora, nombrar a dedo el fiscal general, los miembros del TSJ, el defensor del pueblo y el contralor. Esto también lo sabe Chávez, y por ello muchos se preguntan si permitirá que suceda. Es decir, si el autócrata consentirá unas elecciones cuyos resultados le arranquen de las manos el férreo control que ejerce sobre todos los poderes.

El historiador Germán Carrera Damas es uno de los que lo duda. Las elecciones han existido porque Chávez ha estado seguro de ganarlas, si no lo está y si, a pesar de su grosero ventajismo, teme perderlas, ¿cuál será el desenlace? Sin duda dependerá de la fuerza y la determinación del movimiento opositor para revitalizar a esa gran mayoría cansada y sin esperanza. ¡Señores, pónganse de acuerdo

Publicado por:

El Blog de Ana julia Jatar

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