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lunes, 25 de noviembre de 2013

Esa gente es nuestra esperanza

FRANCISCO JOSÉ VIRTUOSO SJ jueves 21 de noviembre de 2013

Mucha gente de nuestros barrios sabe que no es el camino porque conduce al desastre, el miedo...


El Gobierno decidió enfrentar la grave crisis que está viviendo el país en materia de inflación, escasez, desequilibrio fiscal y caída de reservas, haciendo uso de un brutal juego demagógico. Antes de ponerlo en marcha se nos predicó hasta la saciedad que Venezuela vive una guerra económica, auspiciada desde el exterior del país y operada por los acaparadores y usureros, representados en la empresa que oferta bienes y servicios en el mercado interno.

El pasado 6 de noviembre, cuando ya se acercaban las fechas para el cobro de aguinaldos y otras bonificaciones de fin año, se anunciaron una serie de medidas destinadas a combatir la guerra económica: "vamos a iniciar una gran operación especial cívico-militar contra el acaparamiento, que va a recorrer toda la patria... Vamos hasta el último nivel de la cadena productiva y distributiva de todo el país...". Dos días más tarde, el operativo se puso en marcha contra las tiendas de electrodomésticos, obligándolas a rebajar sus precios hasta en un 70%. Entre colas enormes en muchos locales comerciales y grandes alborotos, se aprueba la Ley Habilitante y se anuncia la ley especial deLímites a la Ganancia y Precios Justos.

Para una parte de la gran mayoría trabajadora, cuyo sueldo no alcanza a tres salarios mínimos, se ha abierto una ventana al espejismo. Llegó diciembre y parece que se podrá cumplir con el rito navideño de llevar algún aparato nuevo para la casa, quizás hasta alcance el extra decembrino para los estrenos. Y todo ello gracias a que a los especuladores se les torció el brazo con las medidas del Gobierno y la presión de la gente en la calle.

Ensoñación, irresponsabilidad y cinismo. La crisis que vive la economía venezolana es muy grave y profunda, porque nos hemos hecho cada vez más dependientes de un Estado pobre e improductivo. Lo que unido al afán por destruir el "capitalismo nacional" ha generado tal caos y desajuste financiero que vamos al colapso social. Y es claro que en ese caos medran los inescrupulosos que aprovechan inmoralmente la ocasión para sacar provecho propio, mientras que los pobres se hacen cada vez más pobres.

Sin embargo, otra parte de nuestro pueblo es más inteligente que lo que la demagogia populista quiere hacer ver y no se resigna. Mucha gente de nuestros barrios sabe que ese no es el camino. Unos, sin embargo, prueban suerte, y, muchos otros, no negocian su dignidad, porque saben que la ruta emprendida sólo conduce hacia el desastre, la incertidumbre, el miedo y la zozobra. Saben que el bienestar sólo es posible con trabajo y esfuerzo y con un gobierno responsable. Ellos son nuestra esperanza, pues no se doblegan.

Tomado de: http://www.eluniversal.com/opinion/131121/esa-gente-es-nuestra-esperanza

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