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lunes, 25 de noviembre de 2013

Una habilitante no capacita a quien no sabe gobernar

Henrique Capriles 24 de noviembre de 2013
@hcapriles

Recorrer Venezuela es encontrarse con gente que necesita, exige y merece soluciones. Y eso es lo mismo que decir que recorrer Venezuela es escuchar de la boca de la misma gente que quiere un cambio, que necesita un cambio, ¡que merece un cambio y no la ineficacia de quien está hoy en Miraflores! Nuestro país no tiene un gobierno nacional: lo padece.

Y esa gente que pide un cambio no son los fantasmas que se imagina Nicolás en su retórica delirante, paranoica y absurda. Son madres y padres de familia que saben que ni ellos ni los suyos pueden cumplir sus metas ni desarrollar sus capacidades en medio de la crisis en la que nos ha hundido la incapacidad de él y sus cómplices. Y es un derecho que tiene cada una de esas personas de levantar su voz, protestar y manifestar que existe un país que está dispuesto a ponerle la mano en el pecho a quien pretenda pasarle por encima al pueblo.

Ellos saben lo que pasa cuando cruzamos el país, así no dejen que lo pasen por televisión. Y se desesperan. Ellos saben que hemos logrado revivir la esperanza de la gente. Y entonces amenazan. Se asustan. Ellos saben que cada familia conoce muy bien el nombre de los responsables de la crisis, de que los venezolanos estemos pasando más trabajo que nunca. Y por eso pretenden que la verdad no salga a flote. Pero no saben en lo que se están metiendo: su censura lo único que ha logrado es fortalecernos.


 A mí, a quienes tengo el honor de tener en mi equipo de trabajo y a todos los venezolanos que estamos buscando un país de progreso, las acciones de Nicolás y su combo nos demuestran, cada vez más, que merecemos una Venezuela donde las acciones de gobierno estén dirigidas a mejorar la vida de la gente, y no este desastre que persiste a realazo limpio. Por eso estamos en cada protesta de cada hermano y hermana, sin importar el color de su camisa ni su tendencia política.

 Porque ésa es otra: ya ni siquiera dejan que dentro de sus filas se hagan los reclamos justos que cada trabajador y cada ciudadano merece. Le tienen miedo al pueblo porque saben que lo perdieron. Y sin pueblo, ni una ni mil leyes habilitantes capacitan para gobernar a quien no sabe cómo hacerlo. Pero a nosotros, que sí contamos con la gente, porque siempre hemos trabajando junto al pueblo, ¡ni una ni mil habilitantes nos detendrán!

 La cantidad de desmanes y equivocaciones en las políticas públicas que han cometido desde Miraflores no se ocultan sacándonos de los medios. Pero en eso, se pelaron. Es imposible que los venezolanos no se den cuenta de cómo el sueldo no alcanza y los mercados están vacíos. O peor aún: con la gente que más necesita haciendo colas interminables, demostrando que este gobierno no ha podido resolver la producción nacional y que no tienen confianza en ellos. Y por eso la gente protesta y se organiza y entiende que es necesario un cambio. Un cambio dentro de la Constitución y a favor del futuro, no los delirios de quien está en Miraflores que no sabe para dónde mirar cuando el miedo lo acorrala al no saber qué hacer con el precipicio por el cual conduce al país.

 Desde hace rato el pueblo no le compra los embustes. Y quieren meter miedo, pero ya no tienen con qué, porque nosotros, junto al pueblo, ya logramos vencer el miedo. Los números del pasado 14 de abril todavía les arden y saben que la ineficacia y el tiempo récord en el cual Nicolás ha hundido a Venezuela en una crisis sin antecedentes, sólo ha hecho una cosa: hacer que más venezolanos abran los ojos y se den cuenta de que su modelo caducó.

 Y que lo sepan de una vez: a nosotros no van a meternos miedo con discursos de bravucones ni pegando gritos enloquecidos. Por más bulla que hagan, no pueden ocultar que ni Maduro ni ninguno de los cabecillas del partido de gobierno representa lo que la gente reclama. Fíjense lo que pasa en las colas: en un país como el nuestro, acosado por la inseguridad y la violencia desbordada, nuestros Guardias Nacionales han tenido que convertirse en vigilantes de las víctimas de la escasez producida por este gobierno corrupto, que es el único responsable de la crisis.

 No es justo que venezolanos, quienes podrían estar cumpliendo sus metas y desarrollando sus capacidades, estén perdiendo su vida en unas colas que sólo demuestran que ya nadie cree en las medidas que pueda tomar este gobierno.

 Venezuela no se puede poner de rodillas, así que nosotros, sus verdaderos líderes, la vamos a sacar adelante. El pueblo no es pendejo Nicolás. El pueblo quiere soluciones y tú has demostrado bastante bien que no puedes dárselas y que sólo te interesa mantener el poder. Se te notan todas las costuras. Ahora paga las consecuencias de la farsa que armaste a tu alrededor y mira cómo el pueblo reclama algo que tu ineficacia impide lograr: un buen gobierno.

Tomado de: http://blog.henriquecaprilesradonski.com/

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