José Luis Farías 12 de noviembre de 2013
@fariasjoseluis
Corto y
Picante:
El gigante destruyó los sectores
productivos y parte de los financieros. Las expropiaciones acabaron fincas,
hatos e industrias, las importaciones sembraron la competencia desigual que
terminó de barrer los que estaban en pie. No quedó hueso sano con la orgía
expropiadora y el cadivismo de 58 mil millones de $ anuales de productos del
exterior. Una explosión de soberanía alimentaria nos puso a importar el 80% de
lo que consumimos.
Ahora, le ha tocado al Cucuteño acabar
con el comercio, tanto el que creció con esfuerzo propio como el nacido a la
sombra de dólares preferenciales. El holocausto comenzó con los
electrodomésticos. Vendrá el turno a la línea marrón, de calzado, vestido y de
alimentos, etc. Una verdadera razzia se aproxima.
No todos los comerciantes son
especuladores. Pero la vaina es que buena parte de los que están destruyendo
con este "saqueo controlado" y "de baja intensidad" son
engendros de la robolución. ¿O qué es DAKA? Si no unos árabes enchufados que
crecieron con dólares preferenciales, presuntamente familiares de gente del
gobierno.
Todo huele a show de baja estofa. La
ignorancia militarista y comunistoide lleva a razonar que la inflación se acaba
decretando su fin, que la escasez se resuelve importando y reduciendo el
consumo readecuando los hábitos de consumo. ¿Para qué papel higiénico si una
tusa sirve y es ecológica?
El desenfreno por detener la caída
lleva al PSUV a recorrer el camino del show improvisado, una especie de tierra
arrasada para no ser derrotados. El Cucuteño asume la praxis médica de resolver
la enfermedad matando al enfermo. El pueblo no se comerá el cuento del Robin
Hood rojo, todos saben que esta desmadre institucional traerá más desempleo,
escasez y miseria. Aquí hay un solo responsable del caos: Nicolás Maduro con su
nefasto régimen que tiene miedo de llegar al 8D. A nosotros nos toca soportar
con estoicismo para llegar e iniciar el fin de este Estado Malandro.
José Luis Farías
@fariasjoseluis
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