ANTONIO MARIA DELGADO 14 de noviembre de 2013
Los esfuerzos del régimen de Nicolás
Maduro de combatir la inflación obligando a los comerciantes a bajar los
precios de sus productos con amenazas de intervenir sus locales, arrestar a sus
gerentes o permitir que el populacho saquee sus anaqueles está acelerando el
avanzado estado de descomposición económica que ya aflige a Venezuela.
Según analistas consultados, las
últimas medidas aplicadas del gobierno bolivariano para combatir
artificialmente la tasa de inflación –que ya está en vías de alcanzar el 60 por
ciento para convertirse en la más alta del mundo– generaría un espejismo
inmediato de que se está haciendo algo para contener los precios, pero
provocaría al mismo tiempo un gran empeoramiento del problema de fondo: una
insuficiente oferta de productos.
“Esto sin duda alguna se va a traducir
en una mayor escasez”, vaticinó Pedro Palma, profesor del Instituto de Estudios
Superiores de Administración (IESA).
“Todas estas ventas masivas de
productos a menores precios están propiciando a que la gente salga desesperada
por comprar cualquier cosa que le ofrecen a un menor precio, eso va a generar
un rápido agotamiento de los inventarios, que ya se están agotando, y cuando
lleguen los días navideños y la gente pretenda salir a comprar, ya no habrá
productos que comprar en los comercios”, sostuvo.
El problema está que al obligar a los
empresarios a vender sus productos por debajo de los costos de reposición,
estos no serán repuestos, explicó.
Maduro, quien acusa a los empresarios
de emprender una “Guerra Económica” contra su gobierno con fines de
desestabilización, emprendió una oleada de intervenciones contra las tiendas,
ordenando que inspectores revisen sus anaqueles para ver si los productos están
siendo vendidos a “precios justos”.
El gobernante tomó las medidas para
obligar a los comerciantes a vender su mercancía importada en base al tipo de
cambio oficial de 6.30 bolívares por dólar, en vez de la cotización del tipo de
cambio paralelo, que el miércoles cerró diez veces más alto, en 63.65
bolívares.
Pero es justamente en el mercado
paralelo donde muchos de los comerciantes alegan que adquirieron los dólares
para importar la mercancía, ya que las autoridades solo otorgan divisas al tipo
de cambio preferencial a un grupo muy selecto de empresarios, la mayoría de
ellos con estrechos vínculos con el chavismo.
La intervención de las tiendas condujo
a que miles de venezolanos se aglutinaran en distintas tiendas de
electrodomésticos para aprovechar las rebajas de precios ordenadas por el régimen.
El régimen también encarceló a los
gerentes de una de las tiendas intervenidas, ordenando su encausamiento por
acaparamiento, y en lo que motivaba a algunos dueños de tienda a abrir sus
puertas el miércoles, Maduro estimuló que el populacho saliera a las calles a
saquear, recrudeciendo su discurso hostil hacia el empresariado y emitiendo
frases como “que no quede nada en los anaqueles, que no quede nada en los
almacenes”.
Varias tiendas han sido saqueadas en
distintos puntos del país, generando gran preocupación en un país que aun
recuerda los trágicos disturbios y saqueos masivos conocidos como El
Caracazo.
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