Eloy Torres Román 11 de marzos de 2016
En el
capítulo 6 del libro del Apocalipsis,
San Juan nos muestra a Jesús como el cordero sacrificado quien al abrir
unos sellos observa cuatro seres vivientes: los Cuatro jinetes del Apocalipsis.
Ellos han generado todo tipo de controversias e interpretaciones en la
literatura acerca de su identidad. Los cuatro jinetes o portadores del Apocalipsis los encontramos en el Nuevo
Testamento, repito, como la revelación que hace Jesús a San Juan al narrar la
misión de estos cuatro jinetes y son mostrados con sus caballos. Éstos traen:
conquistas, hambre, muerte y guerras sobre la humanidad
El
jinete del caballo blanco significa la conquista. Trae consigo una corona y un
arco para someter al mundo. También ha sido llamado la victoria, pero de hecho
significa la pestilencia. Está habilitado para matar con su espada y trae la
peste sobre la tierra. El wagneriano, por su escandaloso estilo literario,
Vicente Blasco Ibáñez, en su novela “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”
escrita hace un siglo, en 1916, nos habla que éste posee flechas envenenadas
con enfermedades. Es el anti Cristo, un falso profeta. Significativo, él tiene una corona y un poder que otro le
colocó en sus manos.
El del
caballo rojo es la guerra. Viene con el poder de encantar a la humanidad para
que ésta entre en conflictos. Este jinete
trae su espada en la mano para la masacre. El color rojo significa el
derramamiento de sangre en tanto que esa espada levantada encarna la guerra, la
batalla y la persecución de todos aquellos que nos están de acuerdo con él
El del
caballo negro exhala hambre. Según el Nuevo Testamento, es el único que habla.
Nos enseña que el pan es más valioso que el aceite de oliva o el vino. Éste es
presentado como el factor que pondera por tanto es un legislador que distribuye
según su criterio.
El
jinete del caballo amarillo lleva el nombre de la muerte y el Hades, es decir
la procesión de ésta le sigue. Recibió la autoridad como la última y cuarta
parte del mundo. Conocido como el jinete amarillo, a veces es presentado sin
armas, pero, es el único que tiene nombre: el jinete pálido, pues su
presentación puede ser pálida, o verde al reflejar el color de un cadáver.
Los
profetas y el Apocalipsis son el descubrimiento de lo que acontecerá, una vez
se acerque el fin del mundo. Hay una multiplicidad de interpretaciones sobre lo
fascinantemente descrito en el Nuevo Testamento. Sin embargo, para ser
consecuentes con nuestra condición de parroquiales, podemos extrapolar ese
sexto capítulo del Nuevo Testamento a la realidad venezolana.
Hoy
nuestro país convive con una cruda realidad que nos lleva al desastre. De todos
los cinco poderes de nuestro país, observamos a cuatro de ellos coaligados para
blandir su espada, miserias, hambre y guerras contra nuestra Venezuela y su
poder legislativo, el único poder que la representa y defiende. Son los cuatro
jinetes del Apocalipsis que violentan la tranquilidad del venezolano con sus
discursos, sentencias, decisiones y posturas contrarias al sentido común y el
derecho.
Pero,
como lo sentencia el mismo Nuevo Testamento en su capítulo 21: hay esperanza y
la voluntad del hombre es clave para ello. No todo es malo, ni el Apocalipsis
con sus jinetes guiados desde Miraflores son tan poderosos, justamente por el
carácter democrático de nuestro pueblo, encontraremos la vía menos generadora
de sacrificios para superar este trance. Es la esperanza la que nos conmina a
superar esta realidad. La MUD con todos sus diputados está al frente de ello.
Es la voluntad de todo el país que rechaza a estos jinetes. Ya sabemos que
ellos son los 4 poderes del Apocalipsis que amenazan al país. Para ser
consecuentes con el propio wagneriano Vicente Blasco Ibáñez, decimos: esos
poderes han secuestrado a la nación. Encuentre Ud. cuál es cual.

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