Chuo González 17 de marzo de 2016
@ChuoGonzalez
Uno de
los grandes retos que la sociedad venezolana tiene es buscar cómo se puede lograr
un mínimo de entendimiento entre los
actores políticos que viabilice un acuerdo de gobernabilidad en medio de este
escenario caótico desde el punto de vista económico y social. Visto nuestro
patrón de comportamiento parece que nuestra estabilidad democrática está
asociada a la capacidad de distribución de la renta, entonces es posible pensar que estamos a las puertas de un
sacudón social que genere un cambio
violento en el escenario político. También puede suscitarse un cambio producto
de una suma de micro colapsos (saqueos,
protestas, cortes eléctricos, etc.) que ocasionen un desgaste general del
sistema.
Lo
planteado es un juego suma cero, donde
sólo puede haber un ganador en la lucha por el poder y en la práctica existe
una pérdida progresiva de confianza por parte de los ciudadanos hacia las instituciones y los
partidos políticos, todos involucrados en ese enfrentamiento existencial.
Hay al
menos cuatro fuentes que le dan sustento al poder en Venezuela y dependiendo de su fuerza e intensidad pueden
ser determinantes para el desenlace.
Violencia:
Desde la consolidación de la Fuerzas Armadas de Gómez y su posterior
institucionalización como los garantes del monopolio de la violencia en el período democráticos posterior a 1958, hubo un cambio en la calidad de la relación
entre el cuerpo castrense y su
presidente de turno. La función principal de las Fuerzas Armadas era ser garantes de orden, con la asunción de Chávez
al poder se gesta otro cambio con la
tesis de FAN-Pueblo–Líder, con ello revivimos
nuestra herencia del caudillo, necesario para generar orden, minimizando el
peso institucional y reduciendo al máximo a la oposición.
La
muerte de Chávez marca una ruptura del modelo, el carisma no se traspasa y el nuevo líder no logra una cohesión total
dentro de la FANB y el PSUV.
Las
FANB, hasta hace algún tiempo, fue una institución bien evaluada, pero este
prestigio se deterioró progresivamente , hasta llegar, en la gestión de Nicolás
Maduro, a un mínimo histórico de 46% de aprobación, lo que sin duda es una
alarma a lo interno de la institucionalidad castrense. Varias pueden ser las
razones: la pérdida de control de espacios territoriales; la creciente fuerza
de los pranes y sus bandas armadas en amplios espacios del país y la participación
del estamento militar en eventos claramente partidistas.
Pero
el gobierno también generó sus propios brazos armados distintos a las FANB con
los colectivos, que fungieron como
desarticuladores de protestas y violencia.
En
términos de violencia formal podemos suponer que la situación general del país
también está afectando a la FANB y esto
puede debilitar la legitimidad de medidas de control dictadas por el Ejecutivo
Nacional en momentos de alta conflictividad social.
Legitimidad
Mucho
pudiéramos decir sobre la debilidad general de las instituciones, casi todas
son mal percibidas por un amplio alto porcentaje de la población.
De
esta coyuntura de mal desempeño e incumplimiento de funciones emerge el voto de confianza que los
ciudadanos le dieron a la nueva AN. El 6D marcó un cambio cuantitativo y
cualitativo en las relaciones de poder, si bien en la práctica al parlamento se le limitan sus funciones vía
TSJ, la resonancia de la victoria hace suponer que esta nueva mayoría tiene la
primera opción en cualquier proceso electoral futuro. De mantenerse la
tendencia de las elecciones del pasado 6D en 2016, la oposición conquistaría
entre 19 y 20 gobernaciones.
La
victoria opositora fue un duro golpe a la legitimidad institucional ya menguada
por la ineficiente gestión del presidente Nicolás Maduro.
Medios de comunicación
Pese
al férreo control institucional y la compra de medios de comunicación por parte
de aliados del chavismo, las líneas
editoriales están han abierto más espacio a voces disidentes.
La discusión amplia y plural abre camino
al diálogo y debate de ideas.
Opiniones
de radicales por twitter y otras redes
sociales, poco o nada contribuyen en triunfos electorales, pues existe una
evidente necesidad social, cuya urgencia es encontrar un discurso político que
responda a las demandas de las grandes
mayorías.
Economía:
La
caída de los precios del petróleo y por consiguiente, el agotamiento del modelo
rentista junto con factores de altísimo impacto como la Inflación y el
desabastecimiento, son el polvorín capaz de
romper la estructura actual del poder en Venezuela.
Y ahora ¿qué?
Las
cuatro fuentes del poder presentadas están divididas a lo interno de cada una,
hay tensiones y ninguna de los
componentes en disputa tiene el
monopolio absoluto de sus grupos. Lo más
fácil es polarizar y quedarse en un escenario de confrontación donde uno gana y
otro pierde, pero la exigencia apunta a
tender puentes para construir nuevos
consensos que resulten en la estabilización general del sistema político.
La
defensa ante el kraken , que no es más que la sumatorio de múltiples problemas
en un breve período de tiempo, nos lleva a precisar la urgencia por estabilizar
las fuerzas en cada una de las distintas fuentes del poder. No es una
tarea sencilla, pero es de urgente
ejecución.
Se
requiere el establecimiento de un primer plan de acción donde se comience a
esbozar una estrategia global. Es imposible determinar cuándo cobrará fuerza un conflicto social abierto de
gran impacto, pues este tipo de eventos son imposibles de precisar, sin embargo
antes o después de una convulsión social de alto impacto o de una eventual renuncia, revocatorio o
cualquier otra alternativa, hay que trabajar en una agenda conjunta que pasa
por:
- · Estructurar un mensaje paraguas que incluya desde las salidas constitucionales hasta la discusión de los problemas en todos sus niveles (nacionales, regionales y municipales).
- · Articular a otros actores sociales distintos a los partidos PSUV y MUD en el plan de trabajo conjunto (universidades, gremios, empresa privada, FANB, etc.)
- · Superar el discurso de Maduro vete ya…, mediante un contenido con mayor cercanía social y pertinencia política.
- · No desconocer que dentro de la negociación todas las alternativas se deben tomar en consideración: enmienda, referéndum, renuncia, etc. planteado para la salida de Maduro del gobierno y vista la actuación del TSJ podemos afirmar que la capacidad de maniobra “institucional” del gobierno le da una ventaja importante para frenar cualquier iniciativa emprendida desde la oposición. Sin embargo, dada la velocidad del deterior social y económico antes expuesto, pudiéramos estar en presencia de un escenario de alta conflictividad que cambie la dinámica política y precipitar otras situaciones políticas.
- · Ante cualquiera de las anteriores alternativas es fundamental que se vayan sentando las bases para un acuerdo mínimo de gobernabilidad que refuerce la estabilidad del sistema político ante una eventual coyunturas en las alternativas el rol de las FANB será determinante y su opinión será fundamental para garantizar la estabilidad.
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