Por
Fernando Pereira
La semana pasada hice
mención al plan preventivo Cada Familia, una Escuela. Esta iniciativa fue
aprobada por el Ministerio del Poder Popular para la Educación durante el
tiempo de cuarentena. Entendemos el espíritu de la propuesta, mantener la
educación en casa, que cale el mensaje de que no estamos en vacaciones y que
los estudiantes deben mantener un ritmo de actividades escolares.
Hasta ahí todo bien. Incluso
como eslogan resulta motivante, pero debemos estar atentos ante las
desviaciones o excesos. Entendemos que hay un elemento fundamental que tiene
que ver con la improvisación; debemos admitir que no estábamos preparados para
una contingencia, ni siquiera de data más corta, y menos una como la que
estamos viviendo (que nos resultaba inimaginable).
La escuela no se puede
trasladar al hogar
Establecer rígidamente que
los niños y adolescentes tienen que levantarse a la misma hora de un día
ordinario de clases, que se deban uniformar, sentarse a realizar las tareas o
estudiar trasladando el horario para las distintas asignaturas y el tiempo de
receso. Muchachos atiborrados de trabajos con la lógica de que no tengan tiempo
para pestañear. No se puede replicar así sin más la rutina escolar porque la
casa no reúne los elementos fundamentales que conforman el clima escolar: la
presencia de los compañeros y el acompañamiento de los educadores.
Y para lograr lo anterior se
pretende que los padres estén avocados a hacer cumplir el horario, supervisar
los trabajos y explicar nuevos contenidos, para lo cual la mayoría no está
preparada ni cuenta con las herramientas pedagógicas para hacerlo.
Asociaciones como Fe y
Alegría han dado orientaciones para que los niños de preescolar
y de básica dediquen dos horas en las mañanas para sus deberes escolares y los
de media y diversificada tres horas. Recomiendan un horario donde se puedan
distribuir actividades para la higiene y el cuidado personal, la recreación y
el esparcimiento, el sueño.
Evitar más conflictos
No podemos ignorar que
estamos en un momento especial: las familias están estresadas gestionando la
manutención, la búsqueda de alimentos, de servicios básicos. La educación no
puede convertirse en un factor de conflicto que genere más tensión y problemas
adicionales en la convivencia que pudieran devenir en violencia y maltratos.
Debemos hacer de este un momento
educable, no por la cantidad de horas dedicadas a hacer tareas sino por darnos
el tiempo para analizar con ellos los aprendizajes, cuidados de la salud, del
medio ambiente, de valorar la vida y constatar lo vulnerables que podemos ser.
Darnos cuenta de lo necesaria que es la solidaridad, la convivencia ciudadana y
comunitaria en momentos como los actuales.
Compartimos la importancia
de que los muchachos no se desconecten del quehacer educativo, no añadirles una
frustración adicional al pensar que están perdiendo el tiempo o se va a perder
el año escolar. Mantener una rutina en casa que incluso les ayude a sobrellevar
los tiempos actuales, pero debemos estar atentos con los excesos que
mencionamos anteriormente.
No obviar la realidad de
buena parte de las familias
“Las medidas que tomó el
Ministerio del Poder Popular para la Educación con respecto a la evaluación son
buenas, pero sucede que no todo el mundo tiene acceso a Internet y a los medios
de comunicación necesarios para enviar los trabajos porque en Venezuela no se
había aplicado nunca este tipo de estudio.
Nos exigen que cumplamos una cuarentena social colectiva y unas actividades escolares, pero no tenemos los recursos ni servicios básicos necesarios para cumplirlas a cabalidad.” Esta reflexión me la hizo llegar Anabella Lorenzo (12 años).
Es tiempo para desarrollar
una actitud empática y no para la persecución. La exigencia de fotos con la
comprobación de que el niño está haciendo la tarea. El hecho de que las
familias deban enviar los trabajos a los docentes, estos a los directivos y así
sucesivamente no es una dinámica factible para muchas personas, tal como nos lo
recuerda Anabella.
El momento requiere una
educación para liberar mentes y no para atrofiarlas.
02-04-20
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