Escrito por Juan Guerrero Jueves, 31 de Octubre de 2013
@camilodeasis
Hace tiempo recibí por correo
electrónico un escrito sobre el por qué algunos países son ricos y otros
pobres. Japón, por ejemplo, no tiene mayores riquezas naturales, su suelo es
muy pobre. Sin embargo, es una de las diez economías más ricas y prósperas del
mundo. Su sociedad mantiene una expectativa de vida que supera en promedio los
85 años. Australia es un país relativamente nuevo. Su sociedad se estableció en
esa inmensa isla, inicialmente una gigantesca cárcel del imperio británico, con
los convictos y la escoria inglesas.
Sin embargo, en poco más de doscientos
años se presenta como una fuerte economía, de las más desarrolladas, al igual
que Nueva Zelanda, cuya base de sustentación es la cría de ovejas. Suiza no
cultiva cacao ni tiene puertos. Sin embargo, es el país que exporta la materia
trabajada del cacao en miles de formas y modelos de presentación de su ya
centenaria industria del chocolate y con una de las mayores flotas mercantes
del mundo.
Pero ¿qué hace de estos y otros países
ser lo que son: sociedades altamente desarrolladas económicamente y con un
nivel de vida que es la envidia de muchas naciones? Sucede igual con Italia,
Alemania, Canadá, Corea del Sur, Suecia, Finlandia, entre otras. La respuesta
parece estar en la actitud proactiva que muestran las mujeres y hombres, y no
tanto en los altísimos niveles de escolaridad y de protección social a sus
comunidades.
La actitud proactiva que un individuo
mantiene frente a situaciones que en un momento de su vida le son adversas,
parece ser la diferencia entre ser pobre o ser rico. Por eso, no es tanto la
abundancia de poseer bienes materiales y altos estándares de riqueza social
para sentirnos satisfechos y seguros, individual y colectivamente, como la
actitud proactiva que se tenga frente a la vida.
Algunas veces nos sorprendemos
gratamente cuando nos enteramos de las victorias de algunos de nuestros
compatriotas quienes obtienen triunfos fuera de nuestro país. Deportistas
galardonados, profesionales de las ciencias y la tecnología quienes reciben
distinciones por sus logros en investigaciones de altísimo nivel académico,
artistas que reciben reconocimientos por sus creaciones. Pero ¿por qué no
pudieron hacerlo en nuestro propio país?, nos preguntamos. Son sencillos
venezolanos, comunes ciudadanos que estudiaron en escuelas, liceos y
universidades públicas. Entonces, ¿por qué triunfan cuando salen fuera de
nuestro país y son siempre los más destacados?
La respuesta es casi siempre la misma:
porque han mostrado una actitud proactiva, positiva, de superación constante de
su propia condición intelectual, psicológica y espiritual, junto con un entorno
social que le permite desarrollar a plenitud sus potencialidades y habilidades.
Los nuevos paradigmas que se están
construyendo cada vez prestan mayor atención al desarrollo de la persona, tanto
como ser individual y sobre manera, como sujeto comunitario. En ello la actitud
que se mantenga establece la diferencia entre ser pobre o ser rico.
La experiencia que vive en la
actualidad la sociedad venezolana en su conjunto, no es tanto de orden político
ni mucho menos económico. Es la actitud que cada uno de nosotros presenta
frente a la cada vez más conflictiva realidad nacional. Por ello los conflictos
(realmente delicados) no se superan quejándonos ni lamentándonos por nuestra
“mala fortuna” ni en discusiones estériles ni en denigrar del Otro-diferente
tratándole de “enemigo”, sino manteniendo una actitud proactiva de comprensión y reflexión lógica
que permita superar positivamente esos conflictos, mostrando una actitud que
pueda enriquecernos intelectual,
psicológica y espiritualmente a todos por igual.
Quizá esos errores, esos quiebres y
esa manera de proceder en los liderazgos políticos, que nos parecen grotescos y
que rechazamos, son un espejo que presenta nuestra imagen que nos negamos a
reconocer. Mientras eso ocurra no podremos superar nuestra cuota parte de
responsabilidad social.
Sólo una nueva actitud, que sea
proactiva, integradora y que permita establecer acuerdos dentro de la
diversidad de pensamientos, podrá construir ese venezolano nuevo, pleno,
consciente de su destino y sobre manera, intelectualmente adulto y estable emocionalmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico