Por Jesús
González Briceño, 23/03/2014
Esta
dictadura no podrá resistir la presión de multitudes de ciudadanos con sus manos
limpias alzadas pacíficamente para
desmoralizarla. Todavía no hemos logrado la participación masiva en las protestas legales y justificadas de
los demócratas contra el Estado totalitario instaurado por Chávez y llevado a
su máxima expresión con Nicolás, escogido por su antecesor por ser un personaje
exclusivamente represivo, sin rastros de formación democrática y, escogido por
los jerarcas castristas para completar el modelo comunista iniciado en
1999, que su fundador no tuvo las
agallas de completarlo por ciertos remordimientos morales, manifestados en sus
días postreros al agudizarse su enfermedad mortal.
La lucha
por la libertad de una nación azotada por nazismos, fascismos, extremismos
religiosos y por comunismos marxismo-leninismo-estalinismo-castrismo, no es
fácil de revertir, al implantarse mediante el fraude constitucional y el
enmascaramiento democrático hasta que se
pone de manifiesto inexorable y públicamente cuando el zigzag del proceso no da para más y tiene
que apelar a los métodos represivos infringiendo daños a sus disidentes y
opositores, con el exilio, con la criminalización empleada por los tribunales
competentes, con su encarcelamiento, con
las amenazas y chantajes, con la utilización de las fuerzas uniformadas legales e ilegales, con
los grupos paramilitares, hasta causar la muerte y las desapariciones físicas de quienes
los adversan. Venezuela ha pasado este
proceso represivo de menos a más,
llegando a su zenit en la actualidad,
cuando un grupo de jóvenes dirigentes y
los estudiantes llamaron a ponerle un parao definitivo a esta situación que
cada vez se tornaba insostenible al
juntarse la violación de los derechos humanos con una crisis económica de
escasez de alimentos y demás bienes indispensables, una espiral inflacionaria
incesante, un endeudamiento oficial injustificable, una devaluación monetaria
voraz en menos de dos años, una inseguridad de bienes y ciudadana jamás vivida antes que han originado un éxodo de
nuestra juventud a otros lares buscando paz, tranquilidad y oportunidades de una convivencia normal denegada en su patria.
La tarea
de revertir esta situación no es nada fácil en el contexto de un apoyo irrestricto del castrismo con más de 50
años de experiencia de sortear todos los intentos de sus ciudadanos por abortar
la represión de un régimen comunista-castrista, que se ha posesionado de
nuestra dirigencia estatal en todos sus
órganos y estamentos públicos con la
ocupación de los mandos castrenses que ellos mismos han conformado para la
dictadura.
Gandhi, padre y alma del proceso espiritual del
independentismo hindú en la India Británica, logrado definitivamente en 1947,
con el arma de la no violencia, no es fácil de imitar por sus configuración sui géneris y por tratarse
de un caso único en las historias libertarias de la humanidad, pero es
digno de tenerse en cuenta permanentemente como lección.
Las
experiencias históricas nos enseñan cómo Lincoln puso la primera piedra para la
abolición de la esclavitud ( 1861-65) sometiendo por las armas a los
confederados sureños esclavistas, gesta continuada por el pastor de la iglesia bautista Luther King, en la
década postrera de 1960, en Estados Unidos,
por la lucha contra las rémoras y condicionamientos de los derechos
civiles de los afroamericanos, a tal punto que ahora ese país tiene como presidente reelegido, de un descendiente
directo africano. Y el más reciente
ejemplo de Nelson Mandela que rompió después de muchas décadas el apartheid en la nación surafricana,
otorgándoles todos los derechos civiles
a sus conciudadanos africanos.
En
nuestra patria el cometido de la lucha
democrática no se ha conseguido, tras
tres lustros de aberración política y
gestión gubernamental con los que se ha expulsado de nuestro lar cientos de
perseguidos políticos, se han encarcelado muchos conciudadanos por juicios
amañados parecidos a los procesos
sumariales de los Castro con miles de fusilamientos, se ha practicada la vejación de dirigentes opositores hasta con
ataques físicos y allanamientos a pesar de su investidura soberna del pueblo,
se han allanado viviendas y casas partidistas
por ser opositores; se están reprimiendo las protestas políticas de los
estudiantes y sociedad civil con bombas y gases prohibidos, causando torturas,
golpes, vejaciones y más de 40 muertos incluyendo los episodios del 14A por
protestar los resultados electorales de las elecciones presidenciales. En
fin gran parte de nuestra sociedad, se
ha visto defraudada por un Consejo Nacional
Electoral y por un Tribunal Supremo de Justicia que con descaro se han declarado
revolucionarios y prooficialistas
desechando su papel imparcial en sus funciones vitales de la
elección de representantes y en la aplicación de la justicia.
Es
necesario completar la faena de la restauración democrática en forma pacífica
con la mayor participación masiva de la sociedad civil al lado y confundidos con esa JUVENTUD GLORIOSA que ha sido siempre
el portaestandarte de las luchas civiles de Vargas, de la generación del 28, de
la junta Patriótica contra la dictadura perejimenista en 1948-58, y ahora para deshacernos de un
régimen que da muestras efectivas de
flaqueza que se sostiene en la corrupción
de la renta petrolera y la compra
de países y organismos regionales por la
entrega del petróleo, y por supuesto por el expediente de la criminalización,
encarcelamiento, vejación y violación
fragrante de nuestra Constitución. RECUPERACIÓN
DE LA REPÚBLICA NO SE PUEDE DETENER A PESAR DE LOS TÍMIDOS QUE NEGOCIAN EL
FUTURO DE NUESTRA NACIÓN .
Jesús González Briceño
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