ANTONIO MARIA DELGADO
El presidente de la Asamblea Nacional
de Venezuela, Diosdado Cabello, recibió al menos $50 millones en sobornos de
una empresa que obtuvo jugosos contratos del país petrolero, según se desprende
de una demanda presentada en una corte de Miami.
La demanda —presentada contra Derwick
Associates Corporation, Derwick Associates USA, y sus dueños— alega que decenas
de millones de dólares fueron pagados por debajo de la mesa a altos
funcionarios del régimen de Caracas para que estos aceptaran los enormes
sobreprecios facturados para la realización de las obras.
Los demandados, quienes han estado a
cargo de varios proyectos de electrificación en Venezuela, sostienen que las
acusaciones formuladas en la demanda son absolutamente falsas.
Pero la demanda por difamación,
introducida por el periodista y activista Thor Halvorssen Mendoza, sostiene que
las acusaciones contra Derwick y los funcionarios venezolanos provienen de ex
empleados de la empresa con conocimiento sobre las operaciones.
“Las actividades ilícitas de los
acusados han sido personalmente confirmadas por uno o más ex empleados de
Derwick”, declara uno de los documentos presentados en el caso.
“Uno o más ex empleados han confirmado
que Derwick ofreció sobornos por montos de al menos decenas de millones de
dólares a uno o más funcionarios venezolanos, incluyendo un pago de $50
millones a Diosdado Cabello-Rondón”, señala el demandante en los documentos de
corte.
Esos montos habrían sido pagados a
cambio de contratos públicos que los funcionarios sabían brindaban
oportunidades de sobrefacturación, señalan los documentos.
“Los pagos fueron realizados a
compañías con sede en Panamá con cuentas de Banesco en Panamá […] Esos pagos
substanciales de sobornos fueron realizados a funcionarios para que las
autoridades venezolanas se hicieran de la vista gorda con la sobrefacturación
de los demandados”, sostienen los documentos.
Esta no es la primera vez que Cabello
es implicado en operaciones de enriquecimiento ilícito. Según documentos del
Departamento de Estado y de la firma de servicios de inteligencia privada
Stratfor filtrados por WikiLeaks, el presidente de la Asamblea Nacional
encabeza uno de los grandes polos de corrupción en Venezuela.
Halvorssen demandó a Derwick y a sus
dueños —Leopoldo Betancourt, Pedro Trebbau y Francisco D’Agostino— acusándolos
de dañar su reputación tras enviar cartas a Forbes.com y el sitio de noticias
en internet Huffington Post que ponían en tela de juicio su integridad y
profesionalismo, según los documentos introducidos en la corte.
Joe DeMaria, abogado de los
demandados, dijo que los alegatos presentados por Halvorssen son totalmente
falsos.
“Mis clientes construyen plantas
eléctricas. Suministran electricidad a millones de venezolanos. Thor Halvorssen
no construye nada. Es un bloguero engreído que se esconde detrás de su
denominada Fundación de Derechos Humanos”, declaró DeMaria, de la firma
Tew-Cardenas, en un correo electrónico.
“Su modelo de negocios, como los de
muchos blogueros de mala fama, es amenazar con la denuncia a empresarios
exitosos. Mis clientes se rehúsan a dejarse intimidar con las amenazas. Y ahora
él alega que mis clientes perjudicaron su negocio al defenderse de sus
amenazas”, agregó DeMaria.
Los pagos de sobornos a altos
funcionarios del gobierno se ha vuelto una práctica común para operar en
Venezuela, según Transparencia Internacional, ONG que coloca al país
sudamericano como el más corrupto del hemisferio después de Haití.
Y Cabello —quien es uno de los
dirigentes más influyentes del régimen de Nicolás Maduro— ha sido denunciado en
más de una ocasión de estar involucrado en participar en prácticas de
enriquecimiento ilícito.
Según informes elaborados por la embajada
estadounidense en Caracas divulgados en el 2012 por WikiLeaks, Cabello es el
eje central de “uno de los tres principales centros de corrupción” cercanos o
dentro del gobierno bolivariano.
“El segundo polo, que opera en el
sector petrolero, está asociado con el ministro de petróleo y presidente de
PDVSA, Rafael Ramírez, y el tercero, que opera en el sector de distribución de
alimentos, está asociado con el Rey de Mercal, Ricardo Fernández”, según un
cable elaborado por la embajada en el 2009.
En otro cable de WikiLeaks, los
funcionarios de la embajada reportaron que Cabello, en asociación con otros
antiguos militares chavistas, estaba “ampliando su red de corrupción” al
servicio financiero, con la compra de varios bancos pequeños y aseguradoras.
Asimismo, los cables nombran al
presidente de la Asamblea Nacional como “el padrino” y el “socio en las
sombras” de varias de las compañías portuarias del país.
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