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domingo, 30 de marzo de 2014

Economía, educación y pobreza, Jesús A. González


Por Jesús Alexis González, 28/03/2014

Desde un enfoque de obviedad, se destaca la compleja relación que existe entre la educación y diversos elementos de la economía tales como el trabajo, el bienestar, la desigualdad, el ingreso, la equidad y la igualdad de oportunidades; así como del impacto de ambas sobre la pobreza. La educación es, sin duda alguna, una herramienta vital para procurar el desarrollo y crecimiento económico sostenido cuya potencialidad aumenta en la medida del alcance del logro educativo (años de estudio aprobados con relación a la edad normativa) del individuo, al extremo de reducir en un 6% la probabilidad de ser pobre por cada año de escolaridad alcanzada. La pobreza la conceptualizamos como un indicador de incapacidad social (en economía se emplea el ingreso como medida representativa, ya que brinda los medios para asegurar la atención de las necesidades básicas) e igualmente como un criterio de privacidad, es decir, estar privado de algo que los demás tienen acceso configurando una situación de marginalidad (estar al margen del disfrute, la participación y el uso de beneficios y espacios sociales); escenario que está en estrecha relación con la privación económica determinada por una línea de demarcación entre la pobreza y la no pobreza a la luz de estar privados de un conjunto de bienes y servicios que los sitúa cerca de la línea de pobreza ( ausencia en requerimientos mínimos de nutrición, alimentación, acceso a la cultura y a otros factores vinculados con el desarrollo humano); todo ello sin dejar de mencionar la definición clásica de pobreza: falta de acceso o dominio de los requisitos básicos para mantener un nivel de vida aceptable; definición que difiere de “equidad” entendida como igualdad de oportunidades.

El sistema económico tiene la capacidad de generar un marco ideológico, como consecuencia de sus requerimientos funcionales lo cual se traduce en la forma organizativa que utilizan los miembros de la sociedad, o lo que es lo mismo, la conducta de los individuos tiende a adecuarse ideológicamente y funcionalmente a las exigencias impuestas por la lógica del sistema; en tal sentido la forma organizativa que adquiere la producción condiciona la lógica fundamental de funcionamiento de la sociedad.

Existen variados marcos conceptuales que interpretan el papel de la educación en su relación con la economía y la pobreza; de los cuales haremos breve referencia a tres de ellos: 1,- La teoría del capital humano sostiene que los sistemas educativos cumplen las funciones de socialización; adquisición de habilidades y destrezas; y de entrenamiento, los cuales impulsan la movilidad social habida cuenta que mayor educación proporciona más “capital humano” propiciador de mayor productividad en la fuerza de trabajo que se les convierte en mayores ingresos, y por ende en una elevación del bienestar económico; 2.- La teoría social demócrata privilegia la acción gubernamental en aras de proporcionar educación, visualizando la superación de la pobreza desde una nueva organización social que asume como norte el “educar para poder” y no sólo “educar para saber”; y 3.- La teoría marxista sustentada en los supuestos del materialismo dialéctico, y considera a la educación como una actividad dirigida a mantener la estructura social de clases y de poder, estando por ello al servicio y en función de la clase de poder para reproducir la estructura dominante que les garantice mantenerse en el poder; sostienen de igual modo que la pobreza se acabará cuando se acabe el sistema social que la produce. En el ínterin, procuran la refundación de la educación a favor de lo popular y comunitario como estrategia para enseñar la participación y el uso del poder.

Mención especial y jerarquizada, merece lo atinente a que los contenidos que transmite la institución educativa a través de los textos escolares, guías de autoaprendisaje y otros apoyos didácticos expresan las relaciones de poder que se dan en la sociedad, habida cuenta que ni su acción ni su conocimiento son neutros sino que tienden a perpetuar la sociedad donde se inscribe. A tenor de lo expresado, resulta de perogrullo inferir que este material utilizado en el  aprendizaje constituye el apoyo más importante en la enseñanza, no sólo por ser uno de los factores que  sistemáticamente elevan los logros educacionales, sino que los fines de la educación se definen, en la práctica, en los textos escolares. Al propio tiempo, tanto la solidez del tejido social y familiar como la eficiente distribución de los recursos a la educación, son condiciones indispensables para educar con éxito evitando a toda costa una pobre educación para los pobres; y muy por el contrario ha de prevalecer que la educación sea una vía hacia una mejor manera de vivir, lo cual es diametralmente opuesto a recibir compensaciones mediante programas sociales focalizados en los pobres de hoy que continuarán como pobres en el mañana, al entrar en un círculo vicioso de la pobreza propiciado por un soslayamiento del aprender a aprender, aspecto vital para enfrentar la vida con  decisión y posibilidad de  cambio.


Econ. Jesús Alexis González



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