JOSÉ RAFAEL LÓPEZ PADRINO 20 marzo de 2014
"Desgraciado el país que necesita héroes"
Bertolt Brecht
El término Izquierda, como el de
Derecha política, tiene su origen en la votación que tuvo lugar en la Asamblea
Nacional Constituyente surgida de la Revolución Francesa (1789). A partir de
ese hecho el vocablo "izquierda" quedó asociado a las opciones que
defendían el cambio político y social, mientras que el término
"derecha" permaneció asociado a las que se oponían a dichos cambios.
Con el pasar del tiempo ser de izquierda significó: progreso, justicia social,
antimilitarismo, defensa de los trabajadores y respeto de los derechos humanos.
Lamentablemente los desvaríos
ideológicos de la izquierda latinoamericana la han llevado a cerrar filas en
torno a un proyecto autoritario, militarista y explotador: el socialfascismo
bolivariano.
Esta incomprensible genuflexión
ideológica de la izquierda, incluyendo buena parte de la venezolana, ha llevado
a aguerridos luchadores de antaño a defender "rodilla en tierra" a un
proyecto reaccionario y fascista que actúa brutalmente contra la disidencia
política como lo hacía la derecha de la IV república. Los antiguos paladines
del "derecho a manifestar" hoy apoyan sin escrúpulos la represión
masiva y el asesinato de jóvenes como Bassil Da Costa, Roberto Redman,
Geraldine Moreno y muchos mártires más.
Estos subordinados intelectuales
callan cobardemente ante el bombardeo inmisericorde de gases lacrimógenos
contra niños y ancianos en zonas residenciales. Enmudecen frente a los actos
vandálicos y salvajes de la Guardia Nacional, los cuerpos de seguridad del
Estado y de los escuadrones de la muerte (entiéndase colectivos). Los otrora
defensores de los derechos humanos han devenido en apologetas de una feroz
represión inédita tanto en extensión como en crueldad en tiempos recientes.
Son las meretrices ideológicas que
desde sus curules de la Asamblea Nacional (AN) felicitan a la GN por su
"impecable actuación" durante las protestas.
Recordemos que la GN siempre ha
constituido un pilar fundamental en la estrategia represiva del bloque
hegemónico. Desde su fundación (1937) ha estado implicada en la represión
contra campesinos, obreros y estudiantes, así como en el asalto a sindicatos,
domicilios y universidades.
A esta izquierda-militarista y
ramplona solo le queda su gastada verborrea para justificar lo injustificable,
así como su eterna creencia de que todo el mundo "complota" contra el
proceso bolivariano, desde Mr. Obama y su CIA, pasando por los poderes
fácticos, hasta llegar a Mickey Mouse.
Ha sido decepcionante la actitud
alcahueta y cómplice de los presidentes Mujica, Rousseff y Bachelet, quienes
sufrieron en carne propia la represión salvaje de gobiernos militaristas.
Igualmente las declaraciones de Camila Vallejo, líder estudiantil chilena,
quien no tan solo ha callado ante las violaciones de los derechos
fundamentales, sino que ha expresado su apoyo al régimen. ¡Esa no es la
izquierda en cuyas filas he luchado y seguiré luchando por el resto de mis
días!
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