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miércoles, 2 de marzo de 2016

Alejandro Gutiérrez: “Sin dólares se van a fundir los motores que anuncia el gobierno” por @vsalmeron


Por Víctor Salmerón


La sociedad venezolana ha devenido en una masa de hombres y mujeres atormentados por la escasez y el incesante incremento en el precio de los alimentos. Por primera vez en mucho tiempo la clase media recorta el consumo, al punto que ya no puede adquirir frutas ni carnes rojas todas las semanas y las familias con menos recursos se refugian en la compra de arroz, harina y pasta.

En este entorno los trabajos del economista Alejandro Gutiérrez, quien ha convertido al tema alimentario en el centro de sus investigaciones, cobran mayor relevancia. Su voz es una de las más autorizadas en la materia: profesor titular de la Universidad de Los Andes, doctor en estudios del desarrollo, consultor del Banco Mundial, la FAO y, desde la semana pasada, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.


Su trabajo de incorporación a la Academia, titulado El sistema alimentario venezolano: evolución reciente y bases para el diseño de una nueva estrategia, gravita a lo largo de esta conversación en la que también aborda la coyuntura macroeconómica y la urgencia de reformas estructurales.

En su trabajo de incorporación a la Academia Nacional de Ciencias Económicas usted tomó las cifras del Ministerio de Agricultura y Tierras, que registran el valor bruto de la producción agrícola vegetal, animal y pesquera aprecios de 1997 y lo dividió por la población de cada año para expresarlo en términos per cápita. El resultado es una tasa media de crecimiento anual de -1,5% y el hecho relevante de que en 2014 la producción era 78% de lo que fue en 1998.  Por períodos destaca que en 1998-2003 hubo una caída de 0,8%, durante 2003-2008 crecimiento de 1,6% y en 2008-2014 un declive de 4,7%. ¿Por qué fracasó la política agrícola del gobierno si entregó créditos, combatió el latifundio, creó empresas agroindustriales, repartió subsidios, exoneró impuestos, distribuyó maquinaria agrícola y creó sistemas de riego?

El gobierno comenzó a invertir grandes cantidades de recursos a partir de 2003 cuando el expresidente Hugo Chávez le pide al Banco Central de Venezuela el famoso “millardito” a fin de salvar el año agrícola después del impacto que el paro petrolero tuvo en la economía de ese año. Entre 2003-2008 hubo un ajuste apropiado en los precios controlados a nivel de productor, financiamiento, subsidios, crédito abundante y si bien hubo crecimiento hay que recordar que el PIB agrícola creció a tasas inferiores a las del resto de la economía.

En 2008-2014 los precios controlados permanecen congelados por largo tiempo y cae la rentabilidad y se siente el impacto de las expropiaciones de tierras en la inversión privada. Agroisleña, una empresa importante para el sector porque suministraba insumos, financiaba y daba asistencia técnica es estatizada y pierde eficiencia. Además no hay repuestos para reparar la maquinaria, aparece la insuficiencia de semillas, compañías agroindustriales que fueron estatizadas como Lácteos Los Andes se vuelven poco eficientes, los mercados no funcionan. Por eso está cayendo la producción agrícola.

En julio de 2015 el exministro de Tierras Elías Jaua señaló: “Todas las tierras que fueron rescatadas durante mi gestión eran tierras ociosas, mucha de ellas hoy están productivas, muchas de ellas no han podido levantar el esfuerzo productivo pero esa matriz de que nosotros destruimos el aparato productivo de la agricultura es totalmente falso”. ¿Usted qué opina?

Se rescataron tierras ociosas pero también se invadieron y se expropiaron tierras que estaban en producción. En materia de investigación científica se sabe poco sobre el tema pero están los reportajes periodísticos, por ejemplo, de lo que ocurrió en el sur del Lago de Maracaibo. Provea elabora un informe anual con base en información del Ministerio de Agricultura y Tierras, este informe señala que hay 6,3 millones de hectáreas rescatadas y en agricultura vegetal se cosecha al año alrededor de 2,4 millones de hectáreas. ¿Están productivas las tierras rescatadas?

Otro aspecto importante en este tema es que Venezuela no tenía un problema grave de latifundio, desde hace mucho tiempo la población es mayoritariamente urbana. Me pregunto si toda esa guerra contra el latifundio no fue más que un cliché de la clásica revolución de izquierda latinoamericana.

Ha habido un aumento muy importante del crédito al sector agrícola a tasas de interés preferenciales que supone un subsidio que otorgan los depositantes. Usted dice que en el período 1998-2013, la cartera crediticia de la banca comercial y universal, en términos reales, creció al ritmo promedio anual de 15,1 %. No obstante señala que hay una pérdida de eficiencia del crédito agrícola. Así, en el lapso 1998-2003 por cada Bolívar medido a precios constantes de crédito agrícola se obtenían 14,6 bolívares de producción en términos  reales, pero en el lapso 2008-2013 esta relación disminuyó  a 2,2. ¿A qué se debe esto?

En la producción de cereales o caña de azúcar es fácil controlar el destino del crédito, pero en otros rubros es más difícil, no es la primera vez que se desvía el crédito que supuestamente debe ir al sector agrícola. ¿A dónde pudo ir? Había incentivos para la compra de dólares, inmuebles, venta de licores, automóviles. No digo que el gobierno no haya actuado con buena intención, pero allí están los resultados.

La morosidad en los bancos del Estado es mucho más alta que en el resto de la banca. ¿Qué les pasó a esas personas que no pagaron sus créditos? Impunidad total.

Usted señala que los últimos datos oficiales (1° Semestre de 2014) comparados con 2008 registran reducciones importantes en el consumo per cápita de los alimentos que son los principales aportadores de energía y proteínas (harina de maíz, pan de trigo, pastas alimenticias, azúcar, leguminosas, aceite vegetal,  carne de pollo, carne de res, atún enlatado, sardina enlatada, leche en polvo completa, leche en polvo completa líquida, queso blanco, margarina y bebidas gaseosas). Llama la atención que en 2014 el país tenía más divisas para importar y la escasez y la inflación no se habían disparado como en 2015. ¿Por qué ocurrió este deterioro?

En 2014 ya había comenzado el descenso de los salarios reales. Por un tiempo esto se compensaba con los programas alimentarios del gobierno que han tenido su auge y su caída. ¿Qué pasa cuando en esos programas hace metástasis la corrupción y el sistema de precios crea incentivos para que se desvíen los alimentos? Una parte importante de los alimentos a precios subsidiados se desvían a través del contrabando de extracción, por ejemplo. Esta situación influye en esos resultados.

Da la impresión de que el país ha vivido una especie de tiempos primitivos mientras que en el mundo ocurrían transformaciones muy importantes: la agricultura ya no sólo producecommodities sino que las cadenas de producción generan bienes diferenciados, con atributos específicos para segmentos específicos del mercado. O las nuevas tecnologías que aumentan la productividad y reducen los costos de producción y la biotecnología que provee semillas genéticamente modificadas pero resistentes a plagas y enfermedades, bio-pesticidas. ¿Vamos a pagar un alto precio por el tiempo perdido?

Nos estamos quedando rezagados en el contexto de América Latina, hay países que ya decidieron cuál es su estrategia de inserción internacional, como Colombia, Perú, Costa Rica, Bolivia.

 Es doloroso pero hay que decir que cuando comencemos a reconstruir el país nuestras ventajas competitivas van a depender mucho del costo de la mano de obra, porque vamos a tener un proceso de devaluación. El salario en términos de dólares va a ser uno de los más bajos de América Latina, habrá que buscar políticas compensatorias para minimizar el impacto pero ya la viga está en el ojo.

En un tiempo relativamente corto Venezuela podría atraer inversión nacional y extranjera. Lo primero que vamos a tener que hacer es sustituir importaciones, a muchos economistas seguidores furibundos del mercado no les gusta este término, pero ese pensamiento también ha evolucionado. No se trata de sustituir importaciones que no están adaptadas a nuestro ecosistema como manzanas o trigo, pero si  las de arroz, azúcar, maíz blanco, parte de las que hacemos de maíz amarillo. Tenemos productores con experiencias, agro técnicos, pero hay que crear el entorno apropiado para la inversión.

¿Cuáles son las reformas más urgentes para mejorar el clima de inversión en el sector agrícola?

Si fuera ministro de Agricultura lo primero que haría es prohibir las invasiones de tierras y reformar la Ley para otorgar títulos de propiedad y acabar con el problema de la titularización. Establecer un impuesto que cobren los municipios a quien tenga grandes extensiones de tierra no productivas.

Lo segundo es poner a funcionar los mercados, aunque en una primera etapa no hay que liberar todos los precios. Los economistas que están asesorando a Raúl Castro en Cuba hablan de una complementación entre Estado y mercado, tienen un pensamiento de avanzada en relación a las personas que están tomando las decisiones en el país.

La tendencia es que el precio de los alimentos en la economía global sea bastante volátil por el aumento de la demanda, el uso de materias primas agrícolas para elaborar etanol y biocombustibles, por la erosión de los suelos y los cambios climáticos. ¿Si no aumenta la producción nacional el país va a un esquema en el que la importación de alimentos va a consumir una mayor tajada del menguado ingreso de divisas?

A un altísimo costo porque cuando hagamos los ajustes que requiere la economía vamos a tener que devaluar. Pero hay que decir que hay una amenaza, pero también una oportunidad. Se trata de concentrarnos donde podemos ser eficientes, por ejemplo, no sigamos con el cuento de la soya cuando nuestros socios comerciales en Mercosur son los productores más eficientes del mundo en este rubro. Dejemos que ellos nos vendan la soya y dediquémonos a producir cacao, café, frutas tropicales, mejorar la pesca, los cereales en los que tenemos ventajas comparativas.

Y tal vez tengamos que adoptar medidas de protección para asegurarnos el maíz blanco que es estratégico. Tenemos mercados naturales como Colombia, Estados Unidos. Con un tipo de cambio que refleje la competitividad del país, basada en bienes no petroleros, podemos comenzar a exportar productos donde somos competitivos.

En su discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Económicas dijo: “Nuestra tragedia, nuestra dramática realidad es que estamos en emergencia alimentaria. Que Dios nos ampare y nos favorezca. ¿Cree que el gobierno no tiene mecanismos de respuesta apropiados para enfrentar la crisis? ¿Por qué lo cataloga de emergencia?Es una tragedia porque se cayó la producción y si bien el gobierno ha anunciado los catorce motores, que viene hacer el plan de recuperación, hay que decir que esos motores se van a fundir muy rápido, no van a arrancar en las actuales condiciones porque el país no tiene dólares para soportar la compra de insumos, maquinaria, tecnología.

La producción no va a responder y tampoco podemos importar por falta de divisas. ¿Entonces qué vamos a comer? ¿Habrá menos disponibilidad de alimentos? ¿Qué ocurrirá con los salarios? Los pobres la están pasando muy mal y la clase media está reduciendo el consumo. Ese es el drama.

¿Por qué dice que Dios nos ampare y nos favorezca, el gobierno no está en capacidad de enfrentar esta crisis?

Con estas políticas y sin dólares, no. la primera urgencia que tiene el país es obtener dólares y nadie nos va a financiar con el mismo menú de políticas económicas, sea el Fondo Monetario Internacional, China o la banca internacional. Hay que presentar un programa, los ajustes serán mayores en las medidas en que más nos tardemos en tomar decisiones. Supóngase que Venezuela es una economía infestada y necesita un antibiótico de mil miligramos pero se le están suministrando 25 miligramos, la enfermedad sigue avanzando. Los seres humanos se mueren pero los países no, por eso es que los economistas decimos que siempre se puede estar peor.

El gobierno no ha anunciado nada que permita obtener financiamiento internacional en las cantidades que se requieren. Las estimaciones son que con un barril de petróleo a 25 dólares necesitamos más de 30 mil millones de dólares para cumplir los compromisos de este año, sin tomar en cuenta la deuda comercial. Con algunas medidas como operaciones con el de oro el gobierno puede obtener liquidez, pero quedará una brecha importante. ¿Va a continuar el recorte de importaciones? Eso significaría que los consumidores van a comer menos y el aparato productivo no va a funcionar.

¿Estaría de acuerdo con que el país acuda al Fondo Monetario Internacional?
Creo que lo primero es alcanzar un acuerdo de cuánto es el monto del financiamiento que necesita el país y si la cifra es muy grande, tenemos que ir al FMI. Por ejemplo, ¿cuánto se necesita para ir a una unificación del tipo de cambio y mantener un mercado donde el tipo de cambio flote así sea en un sistema de bandas? Ya hay un default comercial.

El FMI es el que puede darle el aval al país, se convierte en un fiador. Se puede negociar, desde los años 80 que comenzaron los programas de estabilización ha corrido mucha agua bajo el puente y el FMI se ha preocupado sobre los impactos sociales de sus programas. Pero ajuste es ajuste, después de la fiesta viene el ratón.

En su trabajo de incorporación a la Academia dice que una nueva estrategia agroalimentaria requiere que se cree confianza promoviendo el diálogo entre gobierno y sector privado, así como reformas legales que fomenten el respeto de los derechos de propiedad privada y el funcionamiento de los mercados. El gobierno ha creado unas mesas de diálogo, ¿cree que va en esta dirección?

Existen sectores del gobierno interesados en ir en esa dirección y grupos radicales que creen que ese paso supone entregar el legado de Hugo Chávez e ir contra el pensamiento revolucionario. Pero suponiendo que el gobierno quiera ir en esa dirección, nuevamente habría que preguntar: ¿dónde están los dólares, los recursos para decirle al sector privado aquí están las divisas para agroquímicos, para repuestos de la maquinaría agrícola?

Además afirma: “Salir de la crisis requiere en el corto y mediano plazo la aplicación de un programa de estabilización y de ajuste estructural integral, que mediante una sana coordinación y complementación entre el Estado y el mercado, permita restablecer los equilibrios macroeconómicos, permita un  mejor funcionamiento del sistema de precios, provea un marco institucional que garantice los derechos de propiedad y amplíe los espacios de inversión para el sector privado. Esto implica una política macroeconómica que minimice la tasa de inflación, la reducción o eliminación gradual de los controles de precios, del comercio exterior, y una nueva política cambiaria que unifique el tipo de cambio y evite su apreciación real”. ¿El gobierno de Maduro puede hacer este giro que implica desmontar el chavismo?

No veo señales, creo que el presidente Nicolás Maduro no tiene la suficiente autonomía y no sé si tenga la suficiente comprensión del problema económico. ¿Cuánto vamos a durar en este juego trancado? No lo sé, pero lo que le puedo asegurar es que no hacer nada significa que la economía va a seguir empeorando, la situación económica y social va a empeorar.

¿No es irreal pedirle a Nicolás Maduro que desmonte la política económica del chavismo?

En 2013 cuando Nicolás Maduro llegó a la presidencia tuvo la gran oportunidad de dar un viraje, pero prefirió ser fiel al legado de Hugo Chávez y Jorge Giordani. Tal vez continúa pensando que es mejor tener un fracaso económico que traicionar este legado.

Algo curioso es que quienes nos gobiernan siguen entrampados ideológicamente, mientras que Cuba avanza en sus reformas económicas. Tampoco han caído en esta trampa los presidentes de Bolivia, Ecuador, Nicaragua.

Otro tema que ha abordado es el del colapso del capitalismo rentístico. Su trabajo resalta que entre 1920-1977 Venezuela vivió un ciclo de expansión, prosperidad y modernización. Esa especie de milagro se debió a que en ese lapso la renta petrolera permitió una evolución armónica de la oferta y la demanda. No obstante el equilibrio se rompe en los 80 cuando aparece lo que se ha llamado el colapso del capitalismo rentístico, muy estudiado por Asdrúbal Baptista y Bernard Mommer: un sistema caracterizado por la sobrevaluación de la moneda, exceso de empleo en el sector público, rol protagónico y dominante de la inversión pública y baja correlación entre el crecimiento de la productividad y los salarios reales. ¿Por qué el chavismo acentuó las características del modelo que colapsó en los 80?

En la plana mayor de quienes gobernaban había personas que comprendían esto perfectamente, Alí Rodríguez, Bernard Mommer. ¿Qué significa salir del rentismo? Significa salir de la característica más estructural, que es que el Estado capta directamente esa renta y  la distribuye, asegurándose el control de los ciudadanos. Salir del rentismo supone despojar al Estado de ese inmenso poder para dárselo a los ciudadanos a fin de que el contrato social refleje el equilibrio que ocurre en cualquier economía no rentista: los ciudadanos sostienen al Estado y no el Estado a los ciudadanos.

 Esto supone cambios políticos y económicos profundos.

¿La sociedad venezolana desea este cambio fundamental?

No sé si lo entiende. El liderazgo político, no solo el del gobierno, todavía  no lo ha entendido. Ese es el gran desafío. No solo se trata de restablecer los equilibrios macroeconómicos y tener un presidente que amenace menos, el problema es más de fondo, es cómo superar el capitalismo rentístico.

29-02-16




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