Por José Bucete
En mi último artículo escribí
sobre los diversos argumentos que existen (todos absolutamente válidos) para
aquellos que dudan de votar y para aquellos que aseguran que lo harán.
Es entendible que existan
miedos, temores, angustias y desconfianza; sin duda alguna el aparato del
régimen funciona muy bien y logra imponer matrices de opinión a su
conveniencia. Sin embargo, analicemos cuáles son las conveniencias de ambos
bandos.
El Gobierno nacional necesita
de forma urgente la realización de una elección que cuente con dos elementos
fundamentales: legitimidad y participación del sector opositor. A pesar de que
vimos como el Gobierno nacional logró imponer su pseudo constituyente, el costo
para ellos ha sido elevadísimo, tanto así que no ha podido eliminar por completo
a la Asamblea Nacional. Los 14 millones de personas que participaron para
elegir la actual, vigente y legítima Asamblea Nacional de nuestro país le han
dado esa condición de legitimidad que tuvo esa elección, y a su vez fue
investida con legalidad. Recordemos también que en esa elección participó el
sector opositor del país, que logró la mayoría de las curules.
Mientras vemos esto, tenemos
por el otro lado a la Asamblea Nacional Constituyente, que fue electa con un
número de votos de los que aún se duda de su veracidad. Por un lado, la empresa
Smartmatic niega que los votos anunciados sean los que las máquinas han
arrojado, y por el otro, tienen que repetir las elecciones en dos estados
(Táchira y Mérida). No participó el sector opositor del país y su convocatoria
ha sido catalogada como espuria e ilegal por la Fiscal General de la República
y por un par de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. Súmele a eso que
diputados a la AN que fueron electos por el Gran Polo Patriótico y por PSUV han
denunciado la ilegalidad de la Constituyente. Y si quiere un agravante más, las
diferencias internas del madurismo se profundizan cuando entre aspirantes se
dan cuenta que han sido vulgarmente robados entre ellos mismos. Estos elementos
perturbadores que giran en torno a la constituyente madurista han generado un
gran peso político al régimen.
Pero aún así, ¿por qué el
Gobierno sabiendo que pierda las elecciones las convoca? Lo primero a resaltar
es que fue la ANC la que dijo que hay elecciones. De hecho, jugaron a adelantar
la fecha de la escogencia de los gobernadores, sin embargo aún el CNE no ha
ratificado la convocatoria. Por otra parte, la ANC se convirtió en la
“institución” con mayor rechazo nacional –sobre todo internacional– de los
últimos 50 años de república. Esa jugada de la ANC llevó a los límites de la
ilegitimidad al Gobierno y, en consecuencia, a buscar instituciones,
constitucionales y legales, como son los gobernadores de los estado. Además, la
fecha de estos comicios estaba vencida.
Mientras todo esto ocurre, el
sector opositor decidió participar en las elecciones que se han convocado.
Correcto o incorrecto asistir, hay una infinita cantidad de argumentos, pero el
costo de no hacerlo sería altísimo.
Sun Tzu, en el libro “El Arte
de la Guerra” decía: “Lo supremo en el arte de la guerra consiste en someter al
enemigo sin darle batalla”. Esa teoría es bien aplicada por el Gobierno para
someter a sus contrincantes y por ello disparan con fuerza matrices de opinión
contra la MUD. Muchos de los seguidores de la MUD han reclamado que este órgano
de encuentro de partidos políticos opositores haya decidido participar en las
elecciones, haciendo suyos argumentos que el mismo Nicolás Maduro, en sus
apariciones televisivas, ha dicho. Se critica, por ejemplo, que al inscribir
candidatos la oposición reconoce a la ANC y al CNE; que la oposición reconoce
que hay democracia porque participa en elecciones; que la oposición es
incoherente y negoció con el Gobierno.
Foto: Medios 24.
Nada más alejado de la
realidad, y por estar alejado de la realidad es que el Gobierno siembra esas
teorías para intensificar la abstención. Todos los estudios de opinión
vaticinan la mayor derrota electoral en la historia del PSUV; anuncian
igualmente el mayor rechazo contra un Presidente en los últimos años, pero
reflejan que, sumando a todos los líderes del madurismo, juntos no le ganarían
a un líder de la oposición unida. Esto no es nuevo. ¿Por qué razón el Gobierno
suspendió el revocatorio? ¿Por qué aplazaron las elecciones regionales y ahora
parece que por el mismo camino van las municipales? ¿Por qué el Gobierno le
huye a contarse con la oposición? ¿Por qué están suspendidas hasta las
elecciones de los consejos comunales? Y si se piensa que la oposición es
incoherente por haber logrado que el Gobierno realizara estas elecciones
regionales –su único acto constitucional en mucho tiempo– entonces no se ha
entendido que parte de la lucha es volver al país al cauce constitucional. Si
se cree que la oposición negoció con el Gobierno las elecciones regionales a
cambio de paz en la calle, no se han dado cuenta que luego del anuncio de la
MUD de participar en elecciones, ésta ha convocado por más de ocho veces a
actividades de calle. Es a la oposición a la que le han destituido los alcaldes
y perseguido dirigentes políticos y estudiantiles.
Decía el dramaturgo Robert
Ludlum: “Las estrategias se modificaban a medida que cambiaban las
condiciones”, y hoy las condiciones dan para seguir resistiendo y salir a votar
para arrancarle poder al régimen.
La MUD es un cuerpo
democrático por naturaleza, imagine usted cómo hace esa gran coalición de
partidos para ponerse de acuerdo y ejecutar en bloque una estrategia, es por
ello que la MUD no puede desestimar el camino del sufragio. Además, ha sido
mediante el ejercicio del voto como se han conquistado espacios de poder para
poner en el rincón al régimen y se ha logrado su deslegitimación. El mundo
tiene los ojos puestos en Venezuela. Hoy el mayor aliado del régimen madurista
es la abstención y de ella se va a nutrir para ganar las gobernaciones y buscar
cerrar las puertas y ventanas de todo lo que en estos cuatro meses hemos
logrado. Se es y se demuestra ser mayoría si se participa y se arrolla al
adversario con un gran aluvión de votos.
Cito nuevamente a Sun Tzu para
hacer hincapié en que el régimen tiene una gran debilidad y es ser minoría:
“Hay que comparar cuidadosamente el ejército opositor con el propio para saber
dónde la fuerza es superabundante y dónde deficiente”. Si tenemos eso bien
identificado, no se debe permitir que su debilidad se convierta en fortaleza
por la inacción del otro.
Termino con esta frase del
escritor y abogado francés Savielly Tartakower: “La táctica consiste en saber
qué hacer cuando hay algo que hacer. La estrategia, en saber qué hacer cuando
no hay nada que hacer.”
Que Dios bendiga a Venezuela.
30-08-17
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