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jueves, 24 de agosto de 2017

Francisco Moya lleva casi tres décadas entregado a la lucha vecinal @mabelsarmiento


Por Mabel Sarmiento


En Santa Rosalía, donde se mueve como pez en el agua, ha logrado recuperar espacios y rehabilitarlos, como canchas deportivas. Lleva cine foros a la comunidad y organiza jornadas de limpieza y desmalezamiento. Ayuda a la tercera edad para su incorporación en el sistema de pensiones y asiste al emprendedor social de la parroquia.

Con muy pocos recursos, Francisco Moya inventa, planifica y desarrolla proyectos para mejorar la vida de los habitantes de la parroquia Santa Rosalía.

Se dedica a esta labor voluntaria desde hace casi tres décadas y aunque no lleva en un libro de registros los logros alcanzados, hoy en día suma la satisfacción de escuchar por las calles de Puente Hierro comentarios como: “Oye, recoge ese papelito del suelo que a Moya no le gusta que las calles estén sucias”.

Si por casualidad el papel se queda en la vía pública y Moya pasa, entonces él mismo lo recoge. Claro, como quien dice, un solo palo no hace montaña.

Actualmente, las calles de esta parroquia del suroeste capitalino muestran más deterioro que arreglos. “Pero seguimos luchando, eso no nos quita el ánimo. Uno va y concientiza a la gente, eso es un trabajo de hormiguita. El tema de la recolección de los desechos sólidos en los barrios no es fácil. Sin embargo, hemos logrado que con la participación de voluntarios se organicen jornadas de limpieza y de desmalezamiento. Me encargo de ir a las alcaldías y de buscar apoyo, pues muchas veces contamos con la mano de obras, y no con los equipos”.



Moya es el único vecino de tendencia opositora que participa en el consejo comunal la Flor de Puente Hierro. No obstante, su tendencia política no ha sido impedimento para moverse como pez en el agua entre las comunidades de la parroquia Santa Rosalía, que tiene —según sus cálculos— cerca de 120.000 habitantes.

Barrios como Los Mangos, Los Sin Techos y Primero de Mayo, donde tienen mucha incidencia las bandas armadas, han sido beneficiados con los programas deportivos y recreacionales que Moya organiza.

Hace poco llevó a Los Mangos un cine foro, y pese a la poca seguridad ciudadana y a la falta de transporte público, logró reunir a los vecinos.

También está luchando para que la tercera edad reciba beneficios. Esta semana por lo menos consiguió que a cerca de 14 abuelos les tramiten sus pensiones de acuerdo con la ley de Seguridad Social.

Igual está buscando que los emprendedores de la parroquia se asocien y, en la medida de lo posible, puedan aportar dividendos que ayuden a mejorar la parroquia que, según Moya, es una de las que más genera dinero al fisco municipal y aun así no es retribuida con buenos servicios.

Santa Rosalía, dijo, está sumida en pobreza y miseria. No tiene buenas calles, no hay suficiente transporte público, ni iluminación. “Y por esas cosas es que nosotros estamos trabajando. Hace poco creamos una mesa social para saber las condiciones, incluso de salud de los habitantes, para de alguna forma darles respuestas a sus problemas”.

Los callejones de los barrios son uno de los espacios que Moya protege y aunque no tiene las condiciones, busca que se preserven como los sitios más sanos para la recreación y el deporte.

Donde hay canchas, el cometido se hace más ligero. El apoyo de la gente permite que las áreas se mantengan, estas son aprovechadas incluso por los más adultos, a quienes también les toca el momento y hacen torneos de béisbol o de pelotica de goma.

Una tarea nada fácil y muy ambiciosa para las personas que hacen esto ad honorem. “Sin embargo, para eso estamos formados los líderes comunitarios, para defender el bienestar de la sociedad”, reflexionó Moya, conocido también en zonas como Antímano y La Candelaria.

Foto: Cortesía

16-08-17




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