Por Mabel Sarmiento
En Santa Rosalía, donde se
mueve como pez en el agua, ha logrado recuperar espacios y rehabilitarlos, como
canchas deportivas. Lleva cine foros a la comunidad y organiza jornadas de
limpieza y desmalezamiento. Ayuda a la tercera edad para su incorporación en el
sistema de pensiones y asiste al emprendedor social de la parroquia.
Con muy pocos recursos,
Francisco Moya inventa, planifica y desarrolla proyectos para mejorar la vida
de los habitantes de la parroquia Santa Rosalía.
Se dedica a esta labor
voluntaria desde hace casi tres décadas y aunque no lleva en un libro de
registros los logros alcanzados, hoy en día suma la satisfacción de escuchar
por las calles de Puente Hierro comentarios como: “Oye, recoge ese
papelito del suelo que a Moya no le gusta que las calles estén sucias”.
Si por casualidad el papel se
queda en la vía pública y Moya pasa, entonces él mismo lo recoge. Claro, como
quien dice, un solo palo no hace montaña.
Actualmente, las calles de
esta parroquia del suroeste capitalino muestran más deterioro que
arreglos. “Pero seguimos luchando, eso no nos quita el ánimo. Uno va y
concientiza a la gente, eso es un trabajo de hormiguita. El tema de la
recolección de los desechos sólidos en los barrios no es fácil. Sin embargo,
hemos logrado que con la participación de voluntarios se organicen jornadas de
limpieza y de desmalezamiento. Me encargo de ir a las alcaldías y de buscar
apoyo, pues muchas veces contamos con la mano de obras, y no con los equipos”.
Moya es el único vecino de
tendencia opositora que participa en el consejo comunal la Flor de Puente
Hierro. No obstante, su tendencia política no ha sido impedimento para moverse
como pez en el agua entre las comunidades de la parroquia Santa Rosalía, que
tiene —según sus cálculos— cerca de 120.000 habitantes.
Barrios como Los Mangos, Los
Sin Techos y Primero de Mayo, donde tienen mucha incidencia las bandas armadas,
han sido beneficiados con los programas deportivos y recreacionales que Moya
organiza.
Hace poco llevó a Los Mangos
un cine foro, y pese a la poca seguridad ciudadana y a la falta de transporte
público, logró reunir a los vecinos.
También está luchando para que
la tercera edad reciba beneficios. Esta semana por lo menos consiguió que a
cerca de 14 abuelos les tramiten sus pensiones de acuerdo con la ley de
Seguridad Social.
Igual está buscando que los
emprendedores de la parroquia se asocien y, en la medida de lo posible, puedan
aportar dividendos que ayuden a mejorar la parroquia que, según Moya, es una de
las que más genera dinero al fisco municipal y aun así no es retribuida con
buenos servicios.
Santa Rosalía, dijo, está
sumida en pobreza y miseria. No tiene buenas calles, no hay suficiente
transporte público, ni iluminación. “Y por esas cosas es que nosotros
estamos trabajando. Hace poco creamos una mesa social para saber las
condiciones, incluso de salud de los habitantes, para de alguna forma darles
respuestas a sus problemas”.
Los callejones de los barrios
son uno de los espacios que Moya protege y aunque no tiene las condiciones,
busca que se preserven como los sitios más sanos para la recreación y el
deporte.
Donde hay canchas, el cometido
se hace más ligero. El apoyo de la gente permite que las áreas se mantengan,
estas son aprovechadas incluso por los más adultos, a quienes también les toca
el momento y hacen torneos de béisbol o de pelotica de goma.
Una tarea nada fácil y muy
ambiciosa para las personas que hacen esto ad honorem. “Sin embargo,
para eso estamos formados los líderes comunitarios, para defender el bienestar
de la sociedad”, reflexionó Moya, conocido también en zonas como Antímano y La
Candelaria.
Foto: Cortesía
16-08-17
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