Ramón Flores 21 de octubre de 2018
@liderhumano
¿Sabía
usted que por cada gramo de oro que se extrae del mal llamado Arco Minero del
Orinoco, se deben remover dos toneladas de tierra y emplear mil litros de agua?
¿Sabía
usted que la zona que el régimen de Nicolás Maduro destruye en el sur de
Venezuela con el “Motor Minero” es superior a Islandia, Cuba, Bulgaria,
Portugal o Panamá?
¿Sabía
usted que el proceso mediante el cual se limpian las impurezas para la
producción de oro, implica la excavación de cráteres profundos que se da
mediante la remoción de la cubierta vegetal, al igual que con la utilización de
cianuro, sustancia altamente tóxica que luego se vierte en los ríos provocando
la muerte de la fauna, así como toda una serie de daños irreversibles al
ecosistema?
¿Sabía
usted que en ninguna parte del mundo existe la “minería ecológica”, por lo que
Maduro y su régimen engañan descaradamente a Venezuela y al mundo afirmando que
la explotación del Arco Minero no destruye nuestro ambiente?
¿Sabía
usted que mientras en su casa no hay agua, la reserva del vital líquido más
importante del país como es la Cuenca del Caroní, está siendo contaminada -con
la anuencia de los que en mala hora gobiernan desde Miraflores-, con cianuro y
mercurio debido a la explotación del Arco Minero?
¿Sabía
usted que la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Naci
onal
(ELN) es uno de los tantos grupos irregulares que para hacerse del control de
la explotación del oro, así como de los degradantes negocios de la droga y la
prostitución, siembran esta zona del sur de Venezuela de muerte y terror?
Estos
y otros datos de extrema gravedad para nuestro país y el mundo fueron debatidos
en la más reciente sesión del Parlamento Amazónico de la Asamblea Nacional que
me honro en presidir, y que contó con un importante derecho de palabra del
presidente de la Comisión de Ambiente, el también diputado Luis Parra, quien
junto a nuestros colegas Américo de Grazia -que preside la comisión mixta-, y
el cacique Romel Guzamana –quien lidera el Parlamento Indígena-, fortalecimos y
estrechamos lazos de información y comunicación para la cruzada que emprendimos
en contra del mayor ecocidio que se comete en la historia de la humanidad, como
es esa maldición para el ambiente, nuestras comunidades originarias al igual que
para las generaciones presentes y futuras, llamada Arco Minero del Orinoco.
Es
importante que Venezuela y el mundo conozcan que ahora mismo estamos recabando
información junto a un grupo multidisciplinario para elevar ante las instancias
internacionales, y concretamente para que el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional, conozca de las violaciones a los derechos humanos que comete el
Ejecutivo venezolano en esta área de 111.843,70 kilómetros cuadrados, lo que
equivale al 12,2% del territorio nacional.
Asimismo,
también es de vital interés precisar y reafirmar que este mal llamado Arco
Minero no cuenta con la autorización de la Asamblea Nacional, en lo que
constituye otra violación más a nuestra carta magna, además de no tener la
anuencia de los pueblos indígenas.
Como
vemos, no solo por haber convertido a Venezuela en una nación de personas
sumidas en la miseria es que urge salir de Nicolás Maduro y su régimen, sino
también por el daño irreparable que le causa al ambiente, por lo que es
necesario que las fuerzas democráticas terminemos de articular alianzas y
estrategias que de una vez por todas acaben con esta desgracia llamada
“socialismo del siglo XXI”.
Nuestro
pueblo y la humanidad así lo demandan.
Ramón
Flores
Diputado
a la Asamblea Nacional
Presidente
del Parlamento Amazónico
@liderhumano
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