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martes, 30 de octubre de 2018

Taxonomía del chavismo, por @tulioramirezc




Tulio Ramírez 30 de octubre de 2018

La verdad es que los venezolanos somos una cosa seria. Ahora resulta que tenemos un nuevo entretenimiento. De un tiempo para acá la nueva modalidad es ponerle nombres a facciones, grupos y grupúsculos chavistas que se deslindan del gobierno, por vaya usted a saber por qué. El asunto consiste en identificar a los que se dicen ser pero que ahora no son, o de aquellos que dicen seguir siendo, pero diferentes a los que se dicen que son, pero que no son. ¿No entendió amigo lector?. Pues abróchese el cinturón (de seguro utilizará el último huequito), porque intentaremos explicarle en qué consisten y que describen estas denominaciones.

Los primeros fueron los llamados “chavistas Light”. En un primer momento creí que eran chavistas dietéticos o dedicados al Fitness. Luego me explicaron que se trataba de aquellos que entre palos y tequeños asentían y hasta acompañaban a furibundos opositores en sus críticas al gobierno, mientras que al día siguiente iban a las reuniones del PSUV. Estos Chavistas bajos en calorías, confesaban que si eran, pero no tan así como los “mascaclavos repartidores de trompadas”, que sí lo eran en extremo (¿¿??). Lo cierto es que este tipo de chavista disfrutaba de lo mejor de ambos mundos. Igual asistían a los cocteles organizados por opositores que ingenuamente los invitaban porque había que sumar y ganárselos, como asistían a las parrilladas y whiskysadas del gobierno, donde decidían en medio de la pea revolucionaria a cual opositor había que joder.

Años después saltaron a la palestra los llamados “Chavistas críticos”. Advertían que nunca han dejado de serlo y que eso no los invalidaba para criticar a los que son o dicen serlo (¿¿??). Estos chavistas críticos nunca fueron tan vivianes como los “Light”. Asumieron riesgos con sus duras críticas al régimen, es cierto, pero nunca han renunciado a su condición chavista. Eran los “nuevos aliados” a quienes había que tratar con manos de seda porque “hay que sumar”. Se nos advirtió que no se les podía culpar de nada, no vaya a ser que se devuelvan. Se hizo rutina verlos en los actos de la oposición, compartiendo tarima y micrófono con los que días antes criticaban de manera furibunda y rabiosa. Pero así es la política, no la he inventado yo.

O sea, algo así como que son pero no son, porque quieren seguir siendo (¿¿??). Su objetivo declarado es que cambie el gobierno chavista para imponer un gobierno chavista (¿?¿?)

Ahora aparecen los “chavistas originales”. Esta tercera categoría es un caso extraño. Dicen que son y siguen siendo, pero no quieren ser como los del gobierno porque dejarían de serlo (¿¿??). O sea, algo así como que son pero no son, porque quieren seguir siendo (¿¿??). Su objetivo declarado es que cambie el gobierno chavista para imponer un gobierno chavista (¿?¿?). En todo caso hay que comenzar por saber si lo de “originales” es para diferenciarse de los “imitadores” o porque fueron los que originalmente contribuyeron al caos que hoy nos azota.

Imagino que luego aparecerán los “chavistas arrepentidos” afirmando que si bien ellos eran, ahora no son y les avergüenza haber sido (¿¿??). Y por supuesto no está descartada la aparición de los “chavistas antichavistas” diciendo que si antes eran, ahora no son, y que no se explican porque fueron, si nunca estuvieron de acuerdo con serlo (¿¿??). Mi abuela Clemencia siempre decía ante estos enredos: “Aprenda mijo, no se engañe, loro no es humano porque hable. Puede hasta cantar, pero seguirá siendo un loro”.

Tulio Ramírez


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