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martes, 30 de octubre de 2018

Manuel Teixeira: Los mismos motivos que llevaron a la revolución al poder la van a sacar por @contrapuntovzla



Por Vanessa Davies


El diputado y dirigente del Movimiento Progresista de Venezuela subraya que el país necesita más democracia, no menos. "Tenemos que ir a reinstitucionalizar el país" y "a darnos un pacto social de unión nacional para rescatar el país"

Hay quienes deciden caminar entre fuego cruzado sin perder la sonrisa, Manuel Teixeira es uno de esos. Es dirigente de la oposición, pero tiene amigos en el chavismo y en el madurismo porque un trecho de su carrera política lo recorrió apoyando a Hugo Chávez, y es una de las voces que más fuerte suena en el llamado al diálogo nacional, al reencuentro y a la reconciliación entre venezolanas y venezolanos.

Hijo de portugueses, Teixeira es de los que no se iría de Venezuela ni por todo el oro del mundo. Cuando habla sobre el país y sus maravillas, y mientras conversa con Contrapunto, señala el Ávila, mira a su alrededor y lo reitera: No hay país como Venezuela.

Tal vez por eso su suerte está echada e insiste en que se necesita un pacto para reinstitucionalizar la nación.



—Reconciliación es una mala palabra para los sectores más extremos.
—Para ellos.
—¿Cómo se imagina Manuel Teixeira una reconciliación?
—Todos los países que han pasado procesos polarizantes, de violencia, de transiciones, de cambios de modelo o de posguerra, todos van a la reconciliación y al reencuentro. Porque al final somos connacionales; primos, vecinos. Por eso a veces la gente dice que los conflictos internos son tan malos, porque es la reconciliación del vecino, del hermano, y no de alguien de otro país. ¿Cómo vemos eso? Es natural.
—¿Cómo se lleva a la práctica?
—Cuando priorizas al ser humano, cuando pones al ser humano primero, cuando pones a la sociedad primero, cuando pones los intereses del país primero. Cuando logramos eso como sociedad, a pesar de que tengamos puntos de vista diferentes, buscamos en qué coincidimos. Coincidimos en que al país hay que sacarlo de la crisis, en que hay que tomar medidas económicas, hay que tomar medidas políticas. En lo que podamos coincidir, empecemos una ruta para sacar el país de la crisis, porque lo político no puede entrampar lo económico.

—¿Es lo que está ocurriendo?

—Es lo que está ocurriendo. El que tiene la mayor responsabilidad es el Gobierno, porque es el que gobierna, el que tiene que tomar las medidas, el que debe conciliar con los sectores porque debe gobernar para todo el país y no para un sector. Con todos debe conciliar para poder ejecutar las medidas.



Estado de hecho y Estado de derecho

—¿Estamos en el momento de esa reconciliación o todavía nos falta?
—Creo que la sociedad empieza a urgir una respuesta. La sociedad urge que el país cambie. Este país es invivible para cualquier persona. Esta crisis estructural no la vive ningún país en el mundo. El que está en guerra, está en guerra; el que tiene problemas económicos, tiene problemas económicos. Pero lo que vivimos nosotros es una cosa terrible.
—¿Tenemos una guerra de baja intensidad?
—A lo mejor tenemos una guerra de baja intensidad, que está concatenada con tantas cosas: la mala gestión, la mala implementación de las políticas, corrupción. Y bueno, sectores que se oponen al Gobierno que también han desatado unas matrices de opinión violentas, de decir que la única salida que existe es la violencia, y eso no es verdad. Eso no puede ser. La mayoría del país no lo quiere tampoco. La mayoría del país quiere salir de esto en paz. La mayoría del país lo que quiere es abrir y cerrar los ojos y que esto cambie, y que cambie en paz.
—¿Un cambio en paz qué implicaría? Hay un presidente, unas elecciones reconocidas y no reconocidas.
—Tenemos un Estado de hecho y un Estado de derecho en el país. ¿Hasta dónde aceptamos ciertas realidades? La carga no puede estar en quienes nos oponemos al Gobierno. La carga está en el Gobierno, que debe entender que ha hecho las cosas 'a la malandra'.
Teixeira cuestiona la constituyente, la forma como fue convocada.
—Pero es un hecho político. ¿Qué se hace con eso?
—Ante una degeneración de la democracia, ante una degeneración de las instituciones, priva un pacto, una tregua: qué eres capaz de reconocer en lo político para destrancar el tema económico y el tema social.


Una tregua entre chavismo y oposición

—¿Qué necesitamos? ¿Una tregua entre chavismo y oposición?
—La necesitamos. Pero esto no puede entenderse como una tregua para que un sector se quede, sino cómo empezamos a hacer las cosas bien para retomar la institucionalidad del país. Y que se vea que hay posibilidad de alternancia y que el oficialismo tenga oportunidad de seguir haciendo política.
—¿Esa tregua quién la debería pactar?
—La tregua es por el país, porque este país necesita retomar la institucionalidad y la democracia. Que un sector del oficialismo no sienta que hay unos kamikaze que quieren acabar con ellos, que la oposición sienta que el gobierno es capaz de gobernar para todos. Que exista la posibilidad de soñar con la alternancia de poder, que podamos soñar un país diferente.
—¿La tregua quién la pacta?
—Todo se va a originar cuando el Gobierno mastique, entienda y procese que tiene que hacer las cosas diferentes.
—¿Eso qué implica para el Gobierno hoy?
—El reconocimiento de la Asamblea como institución, para que pueda ejercer las funciones que tiene y que beneficiarían al propio Gobierno. ¿Por qué tanta corrupción y por qué tanta degeneración? Porque no hay un Poder Legislativo que pueda controlar al Ejecutivo. Una de las cosas que desvirtuó el proceso revolucionario fue el de los controles. Los mismos motivos que llevaron a la revolución bolivariana al poder son los que la pueden terminar sacando. Quienes apoyamos al presidente Chávez en un momento fue para combatir la corrupción, por la falta de bienestar de la población venezolana, por esa desigualdad que existía y que en los primeros años de Chávez disminuyó. Eso no se puede negar.

Para Teixeira, en la historia reciente “hay dos momentos de quiebre”, y a lo mejor un tercero: cuando la oposición y sectores económicos “decidieron darle un golpe de Estado al presidente constitucional”, porque “las cosas comenzaron a no tener un curso normal” y se le hizo daño al país; y cuando la oposición se retira de las elecciones parlamentarias. “Eso hace que el partido de gobierno absorba todo el poder y se convierta en partido-gobierno-Estado”.

El tercer hito podría ser el de las elecciones presidenciales del 20 de mayo, porque “ante la desvalorización del voto como instrumento” se podría llegar a un cambio constitucional que cambie el país “tal como lo conocemos, que es un temor de muchísima gente”.

—¿Qué teme que pueda ocurrir con la Constitución?
—Que se haga una Constitución a la medida, la Constitución comunal, el poder comunal, el poder popular. Ese es un error. Como decía Alfredo Maneiro, si el problema es la democracia, más democracia.


El bienestar debe ser el primer punto

El diputado reitera que es urgente “la reinstitucionalización del Estado, el respeto por las instituciones y el ciudadano y la reconciliación entre quienes vivimos en el mismo país”, el respeto por las diferencias de pensamiento.

—¿Cuál es la agenda en común?
—Darle bienestar a la gente, sacar al país de la crisis, conseguir mejor calidad de vida para el venezolano.
—¿El primer punto de la agenda sería parar la migración?
—Lograr una ruta efectiva para salir de la crisis económica, porque al evitar la crisis económica detienes la migración. La decisión es darle un parado a la crisis, tomar medidas políticas y económicas.
—¿Cuáles son esas medidas?
—Un gran consenso nacional. Por ejemplo, este país tiene que buscar financiamiento; lo dicen todos los economistas. Esto pasa por la credibilidad del Gobierno, por la credibilidad de las instituciones. Tenemos que ir a reinstitucionalizar el país, respetar las instituciones que tenemos y darnos un pacto de unión nacional para rescatar el país.
—¿Es un nuevo Pacto de Punto Fijo?
—No sé si es un Pacto de Punto Fijo, porque no es un pacto para llegar al poder. Es un pacto por el país, pensando que el país sea viable y que podamos vivir en paz y con calidad de vida.
–Pensemos en el mejor escenario, y en que el Gobierno dice que le interesa ese pacto. ¿Con qué sector de la oposición lo negocia?
—Es tarea de la más alta dirigencia opositora el reencuentro en función del país. El problema del reencuentro pasa porque nuestro leitmotiv sea el país y no los tableros individuales. Nos hemos ahogado en la política y no hemos pensado que el país no se acaba en 5 años, no se acaba en 10, que el país tiene que pensarse a futuro.
—Todos estamos en ese "como vaya viniendo, vamos viendo"
—Y hay otros que estamos tratando, a pesar de no tener la fuerza mediática y económica, de hacer un gran esfuerzo para llevar nuestro mensaje en búsqueda de una solución pacífica y un reencuentro entre hermanos. El venezolano no es como estamos viviendo. Nosotros somos amigueros, dicharacheros, echamos broma, somos conocidos en el mundo por ser como somos y estamos siendo transformados en otra cosa.


Que se sienten, pero de verdad

—Por eso, ¿cómo se construye esa reconciliación desde abajo?
—La sociedad misma está buscando presionar a los liderazgos para que haya una solución. Es la misma sociedad, es el poder desde abajo. La gente quiere una solución. Y la gente quiere que esa solución sea en paz, porque aquí nadie está dispuesto a poner sangre en la calle. La gente quiere paz, más allá de los discursos altisonantes.
A Venezuela le urge que los sectores que tienen liderazgo, tanto en el chavismo como en la oposición, “se sienten, pero de verdad”.
—¿Quién los sienta?
—Hay que buscar una intermediación como la ONU, pero solamente va a pasar cuando el Gobierno entienda que debe ocurrir para lograr los cambios. El Gobierno no puede utilizar un mecanismo de encuentro para ganar tiempo, o para un vacile o un sí, pero no. Es cuando diga que hay que gobernar para los venezolanos.
—No parece que el Gobierno se sienta presionado a llegar a ese punto. ¿Qué cree que lo pueda llevar a eso?
—Creo que la misma situación económica, producto de sus errores, los va a presionar a tener que tomar medidas.
Está demostrado, subraya, “que el Gobierno que comete el error de llevar la economía a un proceso hiperinflacionario sale” por sus propias políticas. “Entonces tiene que sentarse con los sectores productivos, con los gremios”.
—Puede decir que lo está haciendo. Está reunido con alguna gente

—Lo tiene que hacer de verdad, no de mentira. Acaban de presentar el presupuesto. Nosotros saludamos que la inversión social sea de 75 %, o es lo que dicen. Pero no queda claro quiénes ejecutan el presupuesto social.
—¿La AN no conoce el presupuesto?
—No, pero ¿qué veo yo como persona de izquierda? Aprueban 14 % para la economía productiva y 25 % para la importación de alimentos. Entonces no hemos entendido que el problema es la producción.
—¿Qué plantearía, como parlamentario, ante el presupuesto?
—La Constitución dice claramente que lo debes llevar a la AN. Lo segundo: los presupuestos se hacen con base en conversaciones con sectores productivos, con los gremios, pero sinceramente.
“Cualquier venezolano, por más opositor que sea, lo que quiere es que salgamos de la crisis”, asegura.
—Pero, ¿con qué Gobierno?
—Todo indica que para salir de la crisis debe haber un vía para salir de este Gobierno que no ha sido capaz de mostrar confianza para desarrollar el país.

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Llegar al perdón

—¿Eso implicaría una transición?

—Creo que nosotros vamos a un proceso de transición, porque después de 20 años de este modelo de gobierno aquí tiene que haber una transición de paz. La gente piensa que el liderazgo opositor tiene la fuerza para negociar una transición con el Gobierno, y eso no es así. Hay un sector que pareciera que le tiene miedo a la gente. Tenemos que ir a un proceso de reconciliación de sociedad, que yo no ofenda a nadie, como cuando está una gente oficialista en una mesa y los insultan y los humillan. Nosotros debemos trascender esas cosas y perdonar para ver una luz que permita destrancar este juego terrible.
—¿Qué implica el perdón?
—Yo soy altamente cristiano, y Cristo perdonó. Ahora, creo que nosotros tenemos que ir a un proceso de perdón, y el perdón pasa por asumir las responsabilidades. Las responsabilidades que ameriten algún tipo de sanción, buscar viabilidad para esa sanción. Pero debe haber un proceso de reencuentro. Todos los procesos de transición han tenido leyes, amnistías. Nosotros tenemos que horrorizarnos ante eso.
—¿Qué necesitaríamos? ¿Una amnistía general?
—Tal vez lo que haya que hacer para que este país cambie y nosotros podamos darles bienestar en un futuro a todos estos jóvenes que se están yendo y a los niños, nosotros tenemos que hacerlo.
—¿Ve eso en lo inmediato?
—Si no es pronto, es en algún momento. Creo que es pronto porque cada día que pasa la calidad de vida del venezolano se va degenerando. Te das cuenta del desgaste que tiene nuestra gente.

27-10-18




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