Emilio Nouel 26 de octubre de 2018
Solo
restan pocas semanas para que el gobierno de Nicolás Maduro concluya su mandato
constitucional. Como sabemos, se inició en el año 2013.
El
próximo 11 de enero de 2019, de no producirse una elección de conformidad con
las leyes de la República, estaríamos ante un gobierno, desde el punto de vista
formal-constitucional, de facto, aunque ya lo sea, de hecho, desde hace unos
cuantos años.
La
parodia de elección convocada el 20 de Mayo próximo pasado por una espuria
Asamblea constituyente al servicio de la tiranía chavista y desconocida por la
mayoría del pueblo venezolano, en modo alguno significó un proceso electoral
ajustado a la Constitución de la República y las leyes venezolanas. Fue un
proceso fraudulento que no cumplió con las garantías legales y estándares
establecidos para este tipo de elecciones, amén de haber sido extemporáneo. De
allí que de ningún modo pueda ser considerado como una reelección; no tiene
fundamento constitucional ni legal, como lo ha pretendido el gobierno. No otro proceder, por supuesto, se podía
esperar de un gobierno arbitrario y al margen de la Constitución.
La
Comunidad Internacional, la mayoría de los países democráticos, desconocieron
la legitimidad y legalidad de tal evento y sus resultas. Sin embargo, parte del
país pareciera pasar por alto o haber olvidado ese hecho, su gravedad, atareada
como está en sobrevivir y resolver, como puede, su situación personal, en medio de una hecatombe económica.
El
país todo debería estar consciente de la trascendencia política y social del
momento que se avecina.
La
fecha en cuestión no es un “deadline”, una suerte de hora cero, ni se trata de
anunciar que ese día se vaya Maduro.
Lo que
si aparece claro, que las fuerzas democráticas deben aprovecharla para
profundizar la presión nacional que abra paso a una transición política, a una
negociación, antes de que la crisis nos lleve a quien sabe dónde. En eso, son
seguridad, nos acompañará la Comunidad Internacional.
No
hace falta abundar mucho en las calamidades de la hora presente que todos
conocemos y padecemos. Estamos ante un país que día a día va apagándose. Sus actividades
económicas han ido paralizándose. Los
servicios públicos de salud, seguridad, electricidad y aguas, entre otros, son
un horror. Las empresas del Estado están por el suelo, campeando en ellas la
mayor corrupción nunca vista en nuestra historia. El Estado venezolano es un
Estado fallido. Hay regiones en donde no existe y el “gobierno” lo ejerce la
delincuencia organizada. Los venezolanos, por millones, huyen de un país que no
ofrece condiciones de vida medianamente aceptables.
El
país reclama un cambio urgente del estado de cosas ruinoso que tenemos. Maduro
y su pandilla deben irse, antes de que ocurra lo peor. Pero no basta con
desearlo y/o decirlo.
Los
venezolanos queremos que ese cambio sea pacífico. No otra cosa está demandando.
Una salida negociada es lo más deseable.
En
cualquier caso, para abrirse a una transición política y encaminar el país por
senderos de reconstrucción, prosperidad y en un entorno de libertad, seguiremos
aspirando a elecciones libres y justas, en las que se respeten los estándares
internacionales, organizadas por una institución electoral imparcial y
supervisadas por organismos internacionales.
El fin
del mandato constitucional formal el próximo mes de Enero impondría la
realización de un acto electoral con esas características. ¿Hay tiempo, a estas
alturas, para ello? No pareciera.
¿Qué
deberíamos hacer los venezolanos, entonces, llegada la fecha de marras?
Los
partidos políticos, los empresarios, los sindicatos, la sociedad civil en
general, tienen una oportunidad importante ante sí en muy pocas semanas, para
su recomposición y retomar la iniciativa política.
Deberían
comenzar a diseñar una estrategia política general que, entre otros elementos,
contenga acciones y movilizaciones concretas y conjuntas para la fecha que
comentamos. La Comunidad internacional, los principales países democráticos,
están muy claros al respecto. Hasta el Ministro de Relaciones Exteriores de
España, Josep Borrell, lo mencionó en días pasados. Dijo que el gobierno de Maduro
concluye el 11 de Enero que viene.
¿Qué
vamos a hacer los venezolanos para el 11 de Enero de 2019, cuando se inicie un
gobierno de facto, ya en términos constitucionales formales?
EMILIO
NOUEL V.
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