Sergio Gómez Maseri 08 de abril de 2020
@sergom68
Para
hablar de drogas y Venezuela quién mejor que Wiliam Brownfield, por casi una
década encargado de la política antinarcóticos de EE. UU. en el
Departamento de Estado y embajador de su país ante Caracas.
En entrevista con este diario, Brownfield analiza la nueva estrategia de Washington para forzar la caída del régimen de Nicolás Maduro y dice que, en cierto sentido, lo anunciado la semana pasada es la aplicación de la llamada ‘opción militar’ en este Siglo XXl.
En entrevista con este diario, Brownfield analiza la nueva estrategia de Washington para forzar la caída del régimen de Nicolás Maduro y dice que, en cierto sentido, lo anunciado la semana pasada es la aplicación de la llamada ‘opción militar’ en este Siglo XXl.
Advierte,
a su vez, que el plan de transición a la democracia en Venezuela que presentó
EEUU exige la salida total tanto del ELN como de la disidencias de las FARC,
incluyendo a sus líderes que llevan años escondiéndose bajo la sombra del
chavismo.
Algunos
ven en el despliegue de fuerzas anunciado la semana pasada un preludio de lo
que sucedió en Panamá a finales de los años 80. ¿Es eso lo que está pasando?
Es
peligroso interpretar de esa manera lo que sucedió, especialmente para aquellos
en Venezuela y para la oposición creer que están próximos a ver una especie de
intervención internacional como esa que menciona. No creo que eso vaya a
suceder y es importante que la oposición siga concentrada en los pasos que
deben tomar para acabar con esta tragedia. No deben contar con que EE. UU.
u otro entrará a solucionarles los problemas que tienen.
“No
deben contar con que EE. UU. u otro entrará a solucionarles los problemas que
tienen”
¿Lo que quiere decir es que no hay apetito en
Washington para una intervención de esta naturaleza?
Lo que diría también es que no estamos en 1989. Han
pasado 31 años y hay muchas opciones militares que no se parecen a las del
último siglo y no requieren miles de soldados desembarcando en las playas de
Venezuela y marchando hacia Miraflores.
Hay formas de hacer intervenciones indirectas o usando tecnología, de causar trastornos a la cadena de mando, de establecer zonas humanitarias en la frontera o de ataques de precisión que se pueden lanzar desde miles de kilómetros de distancia si se quiere mandar un mensaje sin poner en riesgo a la población. No es que no exista apetito de ningún tipo. Lo que hay son muchas opciones disponibles que son diferentes a esas que se mencionan.
Hay formas de hacer intervenciones indirectas o usando tecnología, de causar trastornos a la cadena de mando, de establecer zonas humanitarias en la frontera o de ataques de precisión que se pueden lanzar desde miles de kilómetros de distancia si se quiere mandar un mensaje sin poner en riesgo a la población. No es que no exista apetito de ningún tipo. Lo que hay son muchas opciones disponibles que son diferentes a esas que se mencionan.
Pero EE. UU. ha dicho que esto es una operación
eminentemente antinarcóticos. ¿Lo que usted nos dice es que quizá es más que eso
y va dirigido a sacar a Maduro del poder?
Puede ser parte de esa misma aproximación. Es algo que
se hace por fuerza del territorio de Venezuela en aguas y espacio aéreo
internacionales y que se hace entre muchos países entre ellos Gran Bretaña,
Holanda, Francia y valga decir, Colombia. Se está usando mucha tecnología en
lugar de una gran fuerza para lograr sus objetivos y está diseñada para
enviar un mensaje y golpear a aquellos en Venezuela que usan su posición para
lucrarse con millones de dólares provenientes de actividades criminales.
Es la aplicación de la opción militar en el contexto del siglo XXl. Es por eso, además, que pienso que se deben mirar los tres anuncios hechos por EE. UU., en estos días (despliegue naval, cargos por narcotráfico contra Maduro y su entorno y el plan de transición a la democracia que presentó el Departamento de Estado), como un paquete de acciones con un mismo fin.
Es la aplicación de la opción militar en el contexto del siglo XXl. Es por eso, además, que pienso que se deben mirar los tres anuncios hechos por EE. UU., en estos días (despliegue naval, cargos por narcotráfico contra Maduro y su entorno y el plan de transición a la democracia que presentó el Departamento de Estado), como un paquete de acciones con un mismo fin.
“Se
deben mirar los tres anuncios hechos por EE. UU., en estos días como un paquete
de acciones con un mismo fin”
¿Explíquenos como se relacionan esas tres medidas?
En su conjunto mandan un mensaje, y este es que las cosas se van a poner mucho más
difíciles para el régimen, para Maduro y sus aliados, pero que hay una
salida, una hoja de ruta que permite salir de esta situación y que es
democrática, que es aceptada para una mayoría de países y que ofrece a la mayor
parte del círculo de Maduro una amnistía. De eso se trata.
¿Qué les dice a los que piensan que la única razón por
la que el presidente Donald Trump está apretando en Venezuela es porque quiere
asegurar una victoria en la Florida, donde viven muchos venezolanos exiliados y
el tema es popular entre el anticastrismo?
Aunque no es imposible, en este momento EE. UU.
está en medio de una pandemia mundial y creo que pocos están pensando en eso.
Sin duda es un mensaje político, pero para Maduro y su gente. Y es que aun si
no quiere salir de manera voluntaria hay un marco desarrollado que permite
hacerlo a un lado y que le garantiza a los que lo hagan que pueden sobrevivir a
esto sin que se les castigue por lo que hicieron en el pasado.
Hay quienes dicen que la estrategia tiene serias
contradicciones por que al parecer elimina cualquier incentivo para Maduro y su
entorno de negociar ahora que saben que su futuro puede ser una cárcel en EE.
UU.
Cuando salieron los encausamientos, que fue lo primero
del ‘paquete’ que se conoció, debo decir que me tomaron por sorpresa dado el
momento en el que estábamos. Pero ahora que conozco los otros componentes de la
estrategia, ya no tanto. Era muy probable, como bien dice, que Maduro no
aceptara, y ya lo hizo. Él sabe que todavía tiene opciones, como tomar una
avión para La Habana o para Moscú. Y eso no lo cambia el hecho de que acaba
de ser acusado por una corte en EE. UU.
Pero el mensaje no era solo para él sino para la jefatura militar, para líderes chavistas, para gobernadores, de que existe una salida del problema. Y esa salida no tiene que suceder ya. El marco es una oferta que pueden tomar en dos meses o en 6 meses o en un año o cuando las condiciones se den.
Pero el mensaje no era solo para él sino para la jefatura militar, para líderes chavistas, para gobernadores, de que existe una salida del problema. Y esa salida no tiene que suceder ya. El marco es una oferta que pueden tomar en dos meses o en 6 meses o en un año o cuando las condiciones se den.
¿Cree usted que esas acusaciones por narcotráfico
pueden hacer parte de una eventual negociación con Maduro o son definitivas y
permanecerán por siempre?
Hoy no están sobre la mesa y no hacen parte del plan
de transición. Usted conoce el sistema legal de este país. Cuando el Fiscal
General o un fiscal presentan un encausamiento, eso quiere decir que tienen
suficiente evidencia para llevar el caso a juicio y creen que pueden
obtener una condena. Dicho eso, el mismo sistema permite que quien presentó esa
acusación, en este caso el Fiscal General, los retire o decida no enjuiciar. Su
potestad es absoluta.
En entrevista con este diario el exsubsecretario de
Estado para el Hemisferio Roger Noriega decía que el plan de transición
ofrecido por EE. UU. equivale a un “ablandamiento” de Washington frente a
Maduro, pues hasta le permite participar en elecciones futuras. ¿Qué opina?
La oposición cree que han sido quemados ya en tres
ocasiones cuando recurrieron a la comunidad internacional como mediadores para
un diálogo con Maduro y por eso no confían en otro proceso semejante. Ahora,
con la estrategia de EE. UU., se acusa a la cabeza del Estado de narcotráfico y
se ofrece un precio por su captura (15 millones de dólares). Eso lo que asegura
es que Maduro no pueda permanecer ni regresar a Venezuela nunca más. Es
poco probable que quiera quedarse cuando sabe que hay una recompensa por su
captura. Y creo que precisamente por eso que el presidente interino, Juan
Guaidó, apoya este plan. Porque los cargos y la recompensa son la garantía de
que Maduro no se quedará en el país.
El objetivo central de toda la estrategia parece ser
el misma de siempre pero que hasta ahora no se ha logrado: romper el respaldo
de las fuerzas armadas a Maduro. ¿Cree que ahora si se pueda lograr?
El plan tiene muchos componentes pero no hay duda de
que ese es uno muy importante. Y creo que ahora con el coronavirus, que en
Venezuela será una tragedia porque no tienen un sistema de salud, el punto de
inflexión está más cerca.
“Ahora con el coronavirus,
que en Venezuela será una tragedia porque no tienen un sistema de salud, el
punto de inflexión está más cerca”
¿Qué mensaje ve en todo esto para el Eln y las
disidencias de las Farc, cuyos miembros fueron incluidos en los encausamientos
del Departamento de Justicia?
El plan de transición exige la salida de todas las
fuerzas externas de Venezuela. Si bien la mayoría de personas vio en eso una
referencia a personal de Cuba y Rusia, también está dirigido a las disidencias
el las Farc y el Eln, de los que hay miles en Venezuela. Para ellos debe
haber cero espacio y deben salir de inmediato y eso quedó clarísimo en el plan.
Una vez se restaure la democracia y el régimen salga, se acabará también la protección que han recibido por más de dos décadas en ese país para avanzar en su agenda criminal. El negocio del narcotráfico se les va a acabar y todos los que han buscado refugio en este país tendrán que abandonarlo.
Una vez se restaure la democracia y el régimen salga, se acabará también la protección que han recibido por más de dos décadas en ese país para avanzar en su agenda criminal. El negocio del narcotráfico se les va a acabar y todos los que han buscado refugio en este país tendrán que abandonarlo.
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