San Josemaría 28 de mayo de 2022
@sJosemaria
Acostúmbrate
a poner tu pobre corazón en el Dulce e Inmaculado Corazón de María, para que te
lo purifique de tanta escoria, y te lleve al Corazón Sacratísimo y
Misericordioso de Jesús. (Surco, 830)
Cumplido
el tiempo de la purificación de la Madre, según la Ley de Moisés, es preciso ir
con el Niño a Jerusalén para presentarle al Señor. (Luc., II, 22.)
Y esta vez serás tú, amigo mío, quien lleve la jaula de las tórtolas. –¿Te fijas? Ella –¡la Inmaculada!– se somete a la Ley como si estuviera inmunda.
¿Aprenderás
con este ejemplo, niño tonto, a cumplir, a pesar de todos los sacrificios
personales, la Santa Ley de Dios?
¡Purificarse!
¡Tú y yo sí que necesitamos purificación! –Expiar, y, por encima de la
expiación, el Amor. –Un amor que sea cauterio, que abrase la roña de nuestra
alma, y fuego, que encienda con llamas divinas la miseria de nuestro corazón.
(Santo Rosario. 4º misterio gozoso).
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/dailytext/el-dulce-corazon-de-maria/
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