Por Mercedes Malavé
El testimonio de Leida Marcela León, dirigente sindical y presidente de la Central de Trabajadores Alianza Sindical Independiente (ASI) Venezuela, da fe de la enorme repercusión que tiene el movimiento sindical en materia de garantías y derechos de la población
“Inicié los pasos en la lucha social y comunitaria en mi barrio, en el barrio La Margarita, estado Táchira, parroquia La Concordia. Desde muy joven participé en villancicos, actividades deportivas y recreativas”, afirma Leida Marcela como parte de su experiencia personal en pro de la justicia social.
Desde esas primeras corazonadas que impulsan a los jóvenes a comprometerse con la acción social, hasta el ejercicio de la profesión con misión de servicio, la vocación a la lucha sindical se va forjando transversalmente mediante distintas experiencias de vida:
Por la situación económica de mis padres hacía compatible el estudio y el trabajo. Me inicié en la economía informal, compraba y vendía mercancía. Me acerqué a una vecina que era presidente del sindicato de vendedores ambulantes y ella me ayudó a trabajar y conseguir los recursos para estudiar. Me gradué de abogado y la rama que más me gustaba era el derecho laboral, el mundo sociolaboral, la economía de los trabajadores. Cuando me gradué, le pedí a papá contactar a algún amigo abogado y me llevó donde un laboralista de Maracaibo con quien me inicié en esta área. Luego laboré con el Dr. Luis Horacio Vivas Peña, que trabajaba con los sindicatos del Estado las discusiones de los contratos colectivos.
Con el paso del tiempo, Leida descubre que su inclinación a las luchas de los trabajadores trasciende el oficio netamente jurídico. Constituye una causa “sentida y querida” por la joven profesional. Es así como inicia una lucha que fue más allá del trabajo, involucrándose en actividades gremiales, de apoyo, protestas, marchas, luchas, encuentros, foros. Su preparación académica la dispuso al servicio de la formación de activistas sindicales, hasta que le llegó el turno de formar parte de una directiva regional:
Cuando vino el referéndum sindical y la Federación de trabajadores del estado Táchira decidió nombrar una junta transitoria –mientras se realizaban las elecciones de acuerdo a las nuevas normas–, fui electa miembro directivo de esa junta promotora y estuve allí por más de dos años conduciendo procesos de formación, de elección de organización.
Quizás un rasgo a destacar de la trayectoria sindical de Leida Marcela sea su amplia formación intelectual, profesional y doctrinal como católica. De ahí que su apoyo a la causa de los trabajadores estuviera asociado a la formación. También destaca en su esfuerzo por incluir a las mujeres en la causa sindical, llegando a organizar un incluso una plancha conformada por cien mujeres:
Comencé a defender sindicatos de todos los sectores con apoyo a la formación, organización y realización de elecciones. Trabajamos muchas mujeres gracias a un equipo que se formó e incluso participó en una plancha conformada por cien mujeres. Luego, nos unificamos varias planchas para enfrentar a la contraparte, pero fue una integración paritaria. Siempre entendí la lucha social de acuerdo a mis principios y valores de solidaridad, de humanismo; como católica formada en un hogar católico. Mis principios siempre fueron los que inspiraron mi lucha laboral junto a los trabajadores. Mi gran motivación siempre ha sido el tema sociolaboral.
En un país herido por las inequidades sociales y, más recientemente, por la persecución y el debilitamiento del sistema democrático, la lucha sindical se vio obligada a orientarse hacia la búsqueda de apoyos internacionales en los que se pudiera denunciar y alzar la voz en nombre de los trabajadores venezolanos. Primero, en la Alianza Sindical Independiente y luego en la Central Latinoamericana de Trabajadores, Leida León fue participando en eventos nacionales e internacionales, sin descuidar aquel rasgo que la distingue de querer conocer y seguir profundizando en la formación sindical. Obtuvo varias becas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para especializarse en seguridad social, economía internacional, normas internacionales, salario y muchísimos otros temas referidos a los trabajadores desde una perspectiva internacional; hasta culminar sus estudios en la Universidad de los Trabajadores de la OIT en Italia.
En el año 2015, constituye junto a Carlos “Chino” Navarro la Central de Trabajadores ASI Venezuela –ante el colapso del mundo sindical venezolano–, buscando ser una central referente a nivel internacional que empezara a desarrollar propuestas constructivas bajo un enfoque de derechos humanos.
Los sindicatos son una herramienta fundamental en toda sociedad. El mundo de las relaciones de trabajo tiene vital importancia en el crecimiento, desarrollo y construcción de un país. Es por eso que Leida León concibe la organización sindical como una familia; un ente que permite al trabajador la conquista del reconocimiento y el respeto a sus derechos humanos fundamentales, condiciones dignas de vida que permiten al trabajador y a su familia tener calidad de vida, vivir dignamente.
Si en una sociedad, los trabajadores organizados luchan por el respeto a su libertad sindical y a todas las normas internacionales del trabajo, desde el salario, la protección social, la maternidad, la salud, el medio ambiente, el desarrollo sostenible, empleo de calidad, etcétera, evidentemente se convierten en una institución fundamental para la construcción de una sociedad más justa. Las estructuras de las organizaciones sindicales también juegan un papel fundamental en la democracia para elegir y revocar dirigentes políticos, en todos los escaños de la vida nacional.
Además, la lucha sindical se concibe hoy bajo un sinnúmero de actividades y perspectivas complementarias:
Hoy en día los sindicatos se han expandido más allá de la esfera socioeconómica y practican el sindicalismo del servicio, la ciudadanía sindical; tienen un contacto más directo con sus comunidades, en alianza estratégica con la sociedad para construir un mundo más sostenible que garantice el futuro de las generaciones. Creemos también en la transversalidad de género, de juventud y de grupos vulnerables. Así contribuimos a que haya una sociedad más justa.
Los retos de las luchas sindicales en Venezuela saltan a la vista, en una sociedad que vive entre el atraso y la urgente necesidad de modernización que demandan las nuevas tecnologías:
Hemos sido impactados por la crisis socioeconómica, por la migración, por la confrontación política; en este momento estamos entre un retroceso de más de 80 años en nuestro país, y las enormes oportunidades de futuro en un mundo en el que el trabajo se ha venido transformando por las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial que hoy juegan un rol fundamental. De ahí que el sistema educativo y el sistema laboral se estén adaptando a estas nuevas realidades. Los sindicatos deben ser modernos y los líderes sindicales han de ser polivalentes para una nueva realidad del mundo del trabajo sin renunciar nunca a nuestros derechos, exigiendo el respeto a la vida, la condición humana y el valor del trabajo digno.
El sindicalismo tiene un fin que es la justicia social; consiste en reconocer el valor humano del trabajo, las relaciones de trabajo y el trabajo como hecho social que permite el crecimiento y desarrollo de una sociedad. Cuando un trabajador tiene condiciones de vida digna, la familia también se dignifica y los hijos tienen garantías de vida digna. El futuro de la sociedad está asegurado. El valor humano del trabajo y el reconocimiento de los derechos fundamentales de los trabajadores constituyen los pilares del bien común de la sociedad. Son garantía de convivencia y paz social, de justicia social y de justa distribución de la riqueza. Por eso el aporte del sindicalismo es fundamental para que un país tenga futuro y sea viable.
Tomado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico